
Cuando Ben Affleck y Jennifer Lopez decidieron poner punto final a su historia de amor en 2024, muchos pensaron que el vínculo que habían construido sus hijos durante el matrimonio también se rompería. Sin embargo, la realidad ha sorprendido: a un año de la separación, los jóvenes han demostrado que la amistad que surgió entre ellos permanece intacta.
Affleck, padre de Violet (19), Seraphina (16) y Samuel (13), fruto de su matrimonio con Jennifer Garner, y Lopez, madre de los gemelos Max y Emme (17), hijos que comparte con Marc Anthony, supieron integrar a sus hijos en un mismo núcleo familiar durante los años en que estuvieron juntos. Y aunque la relación entre los adultos ya terminó, ese esfuerzo parece haber dejado huella en los chicos, que hoy continúan viéndose, conversando y compartiendo momentos con naturalidad.

La muestra más reciente de esta cercanía llegó en 2025, cuando Jennifer Lopez fue vista en Beverly Hills junto a su hija Emme y Samuel, el hijo menor de Ben Affleck y Jennifer Garner. De acuerdo con imágenes difundidas por Page Six, los tres disfrutaron de una salida de compras y una cena relajada. La escena llamó la atención de los fans, pues la última vez que se había visto a López y Samuel juntos en público fue en agosto de 2024, también en una jornada de compras.
Además, fuentes cercanas a la expareja aseguran que tanto Affleck como Lopez han priorizado un ambiente sano y de apoyo para los hijos. De hecho, mantienen comunicación cordial con el objetivo de que los jóvenes puedan seguir cultivando sus lazos. “Lo más importante es que los niños sepan que estamos bien y que ellos tienen toda nuestra atención”, han señalado personas allegadas a los actores a People.

Lo que sorprende es que el cariño no se ha limitado a los años de matrimonio. JLo, reconocida por su rol de madre protectora, siempre trató a los hijos de Affleck con el mismo afecto que a los suyos. Incluso después de la ruptura, procura que se sigan viendo cuando lo desean. Por su parte, Affleck respalda que los cinco mantengan su amistad, entendiendo que los lazos entre hermanos no siempre tienen que ser de sangre.
En entrevistas recientes, Lopez confesó que el divorcio no fue sencillo, pero que decidió enfrentar la situación con honestidad ante sus gemelos. Prometió a Max y Emme que saldría fortalecida y hoy asegura sentirse más tranquila y orgullosa de haberlos acompañado en ese proceso. Esa fortaleza también ha permitido que el entorno familiar extendido fluya con más calma y que la nueva etapa se viva con menos tensiones.
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