
Después del caos emocional que dejó los episodios anteriores, el capítulo 10 de “El verano en que me enamoré” (título original: “The Summer I Turned Pretty”) se siente como un buen adelanto al gran cierre de la próxima semana: introspectivo, reparador y lleno de decisiones importantes. La historia da un salto temporal y nos muestra cómo los personajes comienzan a reconstruirse un año después de aquel verano que lo cambió todo.
Conrad, Jeremiah y Belly han tomado caminos distintos, pero sus emociones siguen profundamente entrelazadas. Este episodio, titulado “El año pasado”, se centra en la sanación, el perdón y, por supuesto, en esos amores que nunca se terminan del todo. A continuación, te cuento todo lo que pasó en este capítulo, que sin duda marca el tono para el esperado cierre de temporada y de toda la historia de este triángulo amoroso que ha dadod e qué hablar en redes sociales.

RESUMEN DE LO QUE SUCEDIÓ EN EL CAPÍTULO 10 DE “EL VERANO EN QUE ME ENAMORÉ” - TEMPORADA 3
Una nueva vida en París para Belly
Belly ahora vive en París. Trabaja en un bar, comparte piso con tres chicas francesas y trata de adaptarse a esta nueva etapa lejos de casa. Aunque desde fuera parece que por fin está viviendo la vida que quería, por dentro extraña a su familia y, más que a nadie, a los hermanos Fisher, aunque no lo acepte en sí.

La escena de Acción de Gracias es especialmente dolorosa. Belly, sola en su pequeño departamento, le deja un mensaje de voz a Laurel, su madre, contándole lo que planea hacer ese día. No hay lágrimas, pero la tristeza está implícita en cada palabra. Se siente el peso de la distancia, y también el de todo lo que dejó atrás.

La visita de Taylor y el beso que lo cambia todo
La llegada de Taylor a París es uno de los momentos más reconfortantes del episodio. Las dos amigas necesitaban reencontrarse, y su mejor amiga—como siempre— funciona como la voz que Belly no se atrevía a escuchar. Le recuerda que su historia con Conrad y Jeremiah no tiene por qué definirla ni acompañarla por siempre.
Durante una fiesta de Navidad, animada por Taylor y con el corazón un poco más liviano, Belly besa a Benito, un chico que había estado interesado en ella desde hace tiempo. Con ese beso, no solo inicia una nueva relación: también marca el comienzo de un proceso de cierre con su pasado. La protagonista por fin da un paso hacia adelante, lejos del triángulo que la mantuvo atrapada emocionalmente durante años.
Jeremiah busca respuestas, y Denise lo ayuda a sanar
Mientras tanto, en casa, Jeremiah también intenta seguir con su vida. Ha estado saliendo con los amigos de Taylor y Steven, y aunque se muestra fuerte, por dentro todavía está destrozado por lo que pasó con Belly. Lo más sorprendente del episodio es su acercamiento con Denise.
En una conversación íntima durante Navidad, Jeremiah se sincera como nunca antes. Le confiesa a Denise que, en cierto modo, perder a Belly le ha dolido más que la muerte de su madre, Susannah. Una afirmación fuerte, pero que cobra sentido cuando explica que con su madre al menos entiende la pérdida como definitiva. Belly, en cambio, sigue viva, sigue ahí afuera… pero lejos de él.
Denise le responde con la claridad y firmeza que solo una madre puede ofrecer: “Tienes que llorar y perdonar. Solo perdonando puedes soltar”. Esa frase lo impacta profundamente. Y es que Jeremiah no solo necesitaba hablar necesitaba ser escuchado. Denise, contra todo pronóstico, se convierte en una guía emocional para él. Su vínculo es uno de los descubrimientos más sinceros del episodio y todo hace indicar que ellos conformarán una nueva relación o se convertirán en mejores amigos.
El reencuentro de los hermanos Fisher
Otro momento clave ocurre cuando Conrad y Jeremiah se reencuentran por fin tras semanas de silencio. El motivo: el aniversario luctuoso de Susannah. La escena está cargada de nostalgia, pero también de reconciliación. Los hermanos se enfrentan a sus heridas con honestidad. Jeremiah tilda de “tonto” a Conrad por haberlo ayudado con la boda mientras aún amaba a Belly, pero el mayor le confiesa que nunca tuvo intención de herir a nadie.
Hablan de las promesas que le hicieron a su madre antes de morir y de cómo, a pesar de todo, se siguen necesitando. Terminan abrazándose, y ese gesto es más poderoso que cualquier diálogo. Como broche final, Jere le dice algo que nadie esperaba escuchar: le anima a no desaprovechar la oportunidad de reconectar con Belly.

Cartas, recuerdos… y un viaje a París
Mientras Belly empieza a cerrar etapas, Conrad sigue aferrado a ella desde la distancia. Durante todo el episodio le escribe cartas, le manda regalos y, en una escena particularmente significativa, le envía el collar de infinito junto con un peluche significativo.

Después de meses sin responder, Belly por fin le escribe de vuelta. Le agradece sus palabras, los recuerdos y le da su nueva dirección en París para que le escriba más cartas. No es una invitación directa a que la vaya a ver, pero es claramente una puerta entreabierta.

Y justo cuando el episodio parece terminar, vemos a Conrad tomando un vuelo rumbo a París. Lo hace sin certezas, pero con esperanza. No sabemos si va a buscar una segunda oportunidad, una conversación pendiente o simplemente un cierre. Pero lo que sí queda claro es que aún no ha soltado del todo.
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