El documental "Nombre artístico: Charlie Sheen" muestra detalles poco conocidos del actor de Hollywood (Foto: Netflix)
El documental "Nombre artístico: Charlie Sheen" muestra detalles poco conocidos del actor de Hollywood (Foto: Netflix)

Durante décadas, Charlie Sheen fue el actor más impredecible de Hollywood. Su vida era una mezcla de éxito, escándalos y adicciones, siempre bajo el ojo público, pero ahora, gracias al documental de dos partes , dirigido por Andrew Renzi y disponible en Netflix, el propio artista toma la palabra y esta vez, no para defenderse, sino para contar su historia con brutal honestidad.

Lo que hace especial a este documental es que no se queda en el espectáculo. No busca limpiar su imagen, pero tampoco lo convierte en una caricatura. Es simplemente humano. Y sinceramente, estoy seguro de que muchos de sus fans estarán agradeciendo que exista una producción que se atreva a mostrar los matices de alguien que la mayoría solo conoce por los titulares más extremos.

Aquí te comparto las 13 revelaciones más impactantes, dolorosas y reveladoras de un Charlie Sheen que, por primera vez, parece querer entenderse a sí mismo tanto como nosotros queremos entenderlo a él.

Charlie Sheen es un actor muy conocido en los Estados Unidos, pero su nombre también ha estado relacionado con una gran cantidad de polémicas y titulares en los medios de comunicación (Foto: AFP)
Charlie Sheen es un actor muy conocido en los Estados Unidos, pero su nombre también ha estado relacionado con una gran cantidad de polémicas y titulares en los medios de comunicación (Foto: AFP)

LAS PRINCIPALES REVELACIONES DE “NOMBRE ARTÍSTICO: CHARLIE SHEEN”

1. Pilotó un avión comercial estando borracho durante su luna de miel

Sheen cuenta, con cierta vergüenza y humor negro, que en 1995 —en plena luna de miel con su primera esposa, Donna Peele— fue invitado a la cabina del avión en el que viajaban. Allí, el copiloto, en un gesto impensable, le permitió tomar los controles del avión por unos segundos, mientras él estaba “borracho como un pirata”. Esa escena, que parece sacada de una película, fue una de las primeras veces en que notó que la fama lo hacía sentir intocable. “Supe que los problemas se avecinaban”, dice.

2. Su consumo de crack fue tan excesivo que su proveedor tuvo que intervenir

Uno de los momentos más oscuros del documental lo protagoniza Marco, un viejo amigo de Sheen y exnarcotraficante, quien revela que el consumo de crack del actor era tan peligroso que él mismo, por consejo de un terapeuta, comenzó a reducir poco a poco la potencia de las drogas que le vendía. Durante un año y medio, Marco lo “desintoxicó” sin que Sheen se diera cuenta, bajando gradualmente las dosis para salvarle la vida. Esta revelación muestra hasta qué punto se había normalizado la autodestrucción en su entorno.

3. Vivió su infancia en un hogar nudista y poco convencional en Malibú

Aunque parezca menor en comparación con otros temas, este detalle dice mucho del entorno en el que creció. Sheen recuerda que, cuando tenía cinco años, entró a la cocina y encontró a sus padres completamente desnudos. Era una etapa breve de exploración nudista que vivió su familia en Malibú. Lejos de escandalizarse, lo cuenta como parte de una niñez hollywoodense, alejada de la norma y muy influenciada por el arte, la libertad y el poco apego a las reglas tradicionales.

4. Filmaba películas caseras con Sean Penn y George Clooney desde niño

Una de las joyas del documental es el metraje en Super 8 de cuando Sheen tenía apenas 6 años. Junto a su hermano Emilio Estévez y amigos de la familia como Sean Penn, Chris Penn y George Clooney, hacían cortometrajes caseros. Estas imágenes no solo muestran el origen de su amor por el cine, sino también cómo creció rodeado de talento, expectativas y presión desde muy temprano.

5. Fue testigo del alcoholismo de su padre durante el rodaje de “Apocalypse Now”

A los 11 años, Charlie acompañó a su padre, Martin Sheen, al set de “Apocalypse Now” en Filipinas. En el documental, recuerda que, aunque era un niño, podía “sentir” que algo no andaba bien. Más tarde entendería que su progenitor estaba luchando contra el alcoholismo. Esa experiencia no solo fue formativa, sino también premonitoria de las batallas que él mismo tendría décadas después. Hoy, reconoce esa vivencia como un punto de conexión profundo con su la persona que le dio la vida.

6. Rechazó el papel de “Karate Kid” por cumplir un compromiso previo

Antes de convertirse en estrella, Charlie audicionó para el papel principal en Karate Kid. El director, John G. Avildsen, se lo ofreció, pero Martin Sheen lo convenció de cumplir primero con una película menor que ya había firmado: “Grizzly II: Revenge”. Ralph Macchio terminó siendo Daniel LaRusso, y el resto es historia. Esta anécdota no solo revela un “casi” histórico, sino también la influencia que su padre tenía sobre sus decisiones en ese momento.

7. Perdió su virginidad a los 15 años con una escort en Las Vegas y con la tarjeta de su papá

En una de las confesiones más inesperadas, Sheen cuenta que perdió su virginidad con una trabajadora sexual llamada Candy, durante un viaje a Las Vegas cuando tenía solo 15 años. Lo hizo usando la tarjeta de crédito de su padre. Lo cuenta sin ocultar nada, con una mezcla de humor y melancolía, como una señal más de la adultez prematura a la que fue empujado por su entorno.

8. Fue descubierto como cliente de Heidi Fleiss, la “Madame de Hollywood”

En 1995, su nombre fue revelado como uno de los clientes habituales de la red de prostitución de Heidi Fleiss, luego de pagar con cheques de viajero. La mujer en cuestión es entrevistada en el documental y habla con franqueza sobre cómo testificó en su contra. Es uno de los escándalos más conocidos de su carrera, pero el documental lo aborda con contexto y sin sensacionalismo, revelando lo que realmente pasaba tras bambalinas.

9. Usó un cubo de hielo por vía rectal para poder seguir filmando tras una borrachera

En lo que probablemente sea una de las anécdotas más absurdas y tristes a la vez, Sheen cuenta que, durante el rodaje de “Free Money” en Montreal, no podía mantenerse en pie tras una maratón de cocaína y alcohol. Para reanimarse, se metió en el baño con un vaso de hielo y utilizó un cubito de forma poco convencional para despertarse. El documental incluso muestra la escena que filmó justo después. El nivel de deterioro físico y mental era extremo.

10. Experimentó sexualmente con hombres durante su etapa más adictiva

Aunque no entra en detalles explícitos, Sheen admite que su “hipersexualidad” producto del crack lo llevó a explorar todo tipo de experiencias. Usa una metáfora fuerte: “Si estás mirando un menú, en algún momento, vas a voltear a ese cabrón”. No etiqueta su orientación sexual, ni lo convierte en un tema escandaloso, solo lo menciona como parte de la liberación que hoy siente al poder hablar de todo eso sin miedo ni vergüenza.

11. Fue diagnosticado con VIH y afirma que nunca contagió a nadie intencionalmente

El diagnóstico llegó tras insistencia de su exesposa . Sheen habla de síntomas severos que lo asustaron: sudoración, dolores de cabeza, fiebre. Al recibir la noticia, sintió tanto temor como alivio. Dice haber sido siempre honesto con sus parejas sexuales y denuncia haber sido extorsionado por millones de dólares por personas que amenazaban con hacer pública su condición. “Nadie contrajo la enfermedad por mí. Punto final”, asegura.

12. Niega haber abusado de Corey Haim y apunta a su madre como defensora

El documental no esquiva la grave acusación hecha por Corey Feldman, quien aseguró que Charlie abusó sexualmente de Corey Haim durante el rodaje de “Lucas”. El actor lo niega rotundamente, lo llama una “vil ficción” y señala que incluso la madre de Haim ha negado públicamente esa versión. Es un tema delicado, y el director Andrew Renzi decidió abordarlo desde todos los ángulos, sin tomar partido, pero sin ocultarlo.

13. Dejó el alcohol al darse cuenta de que no podía cuidar de su hija

El momento más emotivo del documental es, sin duda, cuando Sheen recuerda que un día no pudo llevar a su hija Sami a la peluquería porque estaba demasiado ebrio. Fue el punto de inflexión. “El alcohol era la última droga que me quedaba”, dice. Ese día decidió que era suficiente. Hoy, tras siete años de sobriedad, reconoce que fue su deseo de ser un mejor padre lo que lo salvó.

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SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

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