
Muchas personas tienen dificultades para lograr un descanso reparador, ya sea por el estrés diario, el uso excesivo de pantallas o la falta de una rutina estable. A menudo, el problema no radica en la cantidad de horas que dormimos, sino en la calidad del sueño. Por otra parte, dormir más no siempre es la solución si el descanso es interrumpido o poco profundo.
Rachel Barr, neurocientífica estadounidense y divulgadora que escribió el libro “How to Make Your Brain Your Best Friend” mientras completaba su doctorado en neurociencia, compartió tres consejos sencillos y respaldados por la ciencia para mejorar la calidad del sueño.
El primero es mantener una temperatura fresca en la habitación, idealmente entre 16 y 19 grados. “El cerebro necesita pasar por ritmos y procesos químicos delicados, y para ello requiere una temperatura fresca”, explica. Para evitar la incomodidad del frío, sugiere utilizar mantas o ropa de abrigo.

El segundo consejo es evitar distracciones en la cama. Barr recomienda usarla solo para dormir, evitando actividades como ver televisión, usar el teléfono o incluso hablar con la pareja. “Se trata de fortalecer la conexión entre el cerebro y la cama como un lugar exclusivo de descanso”, señala.
Por último, destaca la importancia de los horarios. Irse a la cama y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular los ciclos del sueño. “El cerebro funciona como un jubilado: necesita una rutina predecible para liberar melatonina por la noche y cortisol por la mañana”, comenta.
Aplicar estas estrategias ayuda a sincronizar los ritmos del organismo, creando las condiciones óptimas para un descanso profundo y reparador.

Más consejos para mejorar la calidad del sueño
Según el portal especializado MedlinePlus, para disfrutar de un sueño reparador es importante establecer una rutina regular de sueño. Dicho de otra forma: implica acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Además, es recomendable crear un ambiente propicio para el descanso: un cuarto oscuro, tranquilo y a una temperatura agradable.
Evitar comidas pesadas y bebidas con cafeína o alcohol antes de dormir también es esencial para conciliar el sueño más fácilmente. Asimismo, realizar ejercicio regularmente puede mejorar la calidad del sueño, pero es importante evitar actividades físicas intensas justo antes de acostarse.

Crear una rutina relajante antes de dormir, como leer un libro o tomar un baño con agua tibia también puede ayudar a preparar el cuerpo para el descanso. Además, es importante limitar el uso de dispositivos electrónicos con pantallas brillantes antes de acostarse.











