La forma en la que te atas los zapatos podría estar afectando tus pies más de lo que crees. Aunque la mayoría aprendió a hacerlo en la infancia y nunca más volvió a prestarle atención, los expertos en salud del pie sugieren enfocarse en el patrón de cordones, sobre todo si sientes molestias o dolores. Ajustar los cordones de manera estratégica puede marcar una gran diferencia en tu comodidad.
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La fisioterapeuta Milica McDowell explicó que pequeños cambios en la forma de atarte los zapatos pueden adaptarse a diferentes anatomías del pie. “Puede ayudar con protuberancias óseas, arcos muy altos o talones muy estrechos”, dijo la especialista en conversación con el HuffPost. Añadió que ajustar el patrón de cordones es una manera de personalizar el calzado y lograr un mejor ajuste.
Por su parte, la podóloga Suzanne Fuchs señaló que “las técnicas de cordones adecuadas pueden mejorar la estabilidad, reducir el riesgo de ampollas y aliviar la presión sobre áreas específicas del pie, lo cual es especialmente importante para los atletas”. Antes de probar nuevos métodos, es clave tener un zapato del tamaño correcto. “Más del 60% de los adultos usan la talla incorrecta”, advirtió McDowell.
Hacerlo correctamente ayuda a sujetar el pie dentro del zapato sin ejercer presión excesiva, lo que puede prevenir ampollas, torceduras y otras molestias. (Foto referencial: Freepik)
Kaleigh Ray, escritora especializada en biomecánica, también aconseja atarse uno mismo los zapatos cuando se prueban por primera vez. “Hacer que otra persona los ate puede hacer que el calzado se sienta incómodo”, dijo. Esto permite tener una mejor sensación del ajuste real. Además, el podólogo Dr. Adenike Sonaike comparó los cordones con “sastrería para tus zapatos”, ya que ayudan a mejorar el ajuste y la estabilidad.
Marion Yau, especialista en pies y creadora del canal Miss Foot Fixer, explicó que un mal patrón de cordones puede provocar deslizamiento del talón, ampollas o dolor en los dedos. “Si están demasiado sueltos, el pie se desliza. Si están demasiado ajustados, puede causar irritación o incluso inflamación de tendones”, indicó. Por eso, es importante encontrar un equilibrio en la tensión de los cordones.
Ray recomendó evitar apretar todo el zapato. “La mayoría de las personas debería dejar más espacio en la parte delantera del pie y ajustar más hacia el tobillo”, dijo. La forma del pie varía, así que es útil experimentar con diferentes técnicas hasta encontrar la adecuada.
Un buen ajuste puede mejorar el rendimiento en actividades físicas como correr. (Foto referencial: Freepik)
Existen varios métodos según el problema: el “bloqueo del talón” ayuda si tienes pies planos, la “hélice diagonal” alivia la presión en arcos altos, el “Lydiard Lacing” mejora el flujo sanguíneo si sientes mucha presión en la parte superior del pie, y el “Gap Lacing” reduce molestias si tienes espolones o protuberancias.
Finalmente, hay debate sobre si se deben desatar los zapatos después de usarlos. Kaleigh Ray admite que a veces simplemente se los quita sin aflojarlos, pero Simon O’Brien, gerente médico de Altra Running, advierte que eso puede dañar el zapato. “Volver a atarlos cada vez asegura un mejor ajuste y evita puntos de presión”, dijo.
Un ajuste correcto evita que el pie se deslice dentro del zapato, lo que puede causar ampollas y fricciones. (Foto: Liudmila Chernetska / iStock)
Cómo atar los zapatos para evitar lesiones
Para atar tus zapatos de forma que ayudes a prevenir lesiones, asegúrate de que queden ajustados pero no demasiado apretados. Un buen ajuste permite que tu pie esté seguro dentro del zapato sin deslizarse, lo cual puede causar ampollas o inestabilidad. Al atar los cordones, asegúrate de que la tensión sea uniforme a lo largo de todo el pie.
Una técnica útil es la de “bloqueo del talón” o “lazo del corredor”. Después de atar los cordones, haz un lazo en cada lado cerca del final. Luego, pasa el cordón del lado opuesto a través del lazo del otro lado. Aprieta estos lazos antes de hacer el nudo final. Esto ayuda a fijar el talón en su lugar, reduciendo el movimiento y la fricción que pueden llevar a lesiones como ampollas.
Finalmente, revisa el ajuste de tus zapatos antes de cualquier actividad, especialmente si es de alto impacto como correr o saltar. Asegúrate de que no haya puntos de presión incómodos y que tu pie no se deslice excesivamente dentro del zapato.
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