
Muchas veces asociamos un malestar fuerte o recurrente con un problema de salud en particular pero, ¿qué pasa con aquellos síntomas leves que dejamos pasar y en realidad están escondiendo condiciones médicas serias? Si eres un adulto mayor o tienes a uno a tu cargo en casa, te recomiendo quedarte en esta nota porque te revelaré, de la mano de un experto, a qué debes estar atento para evitar un posible infarto al miocardio con consecuencias fatales.
A medida que las personas envejecen, es común que ciertos dolores o sensaciones se atribuyan al paso del tiempo; sin embargo, señales como el cansancio constante, la pérdida de apetito, el insomnio, la desorientación leve o los problemas de equilibrio no deben ser considerados “normales”, ya que podrían estar alertando sobre problemas de salud que aún no han sido detectados.
“Hay muchos signos que suelen pasarse por alto porque no parecen graves. Pero cuando hablamos de adultos mayores, una caída, una pérdida de apetito o un cambio de ánimo pueden estar anticipando algo más serio”, explica el Dr. Alfredo Vásquez Colina, Jefe de Urgencias de la Clínica Anglo Americana.

Los síntomas que no debes ignorar para evitar un posible infarto al miocardio
El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que va al corazón. Desde Mayo Clinic destacan que “por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón (coronarias)”. Estas forman placas y cuando se deterioran, puede formarse un coágulo de sangre y cuando se produce un infarto al miocardio, “el tejido del músculo del corazón muere por la falta de flujo sanguíneo”.
En personas de la tercera edad que se mantienen activas, muchas veces las enfermedades pueden avanzar sin producir síntomas claros. Incluso si llevan una vida saludable, pueden desarrollar hipertensión sin molestias, diabetes silenciosa, fallos renales leves, pérdida de masa muscular o cambios en la memoria que no se notan hasta que afectan su rutina diaria.
“Sentirse bien en general no siempre significa estar bien. Muchas veces, los problemas comienzan de forma tan sutil que solo se detectan si prestamos atención a pequeños cambios”, añade el especialista quien profundiza que “en adultos mayores, un infarto puede no generar dolor en el pecho. Los síntomas más comunes son falta de aire, náuseas, debilidad extrema o simplemente ‘no sentirse bien’, lo que puede confundirse con malestar general o fatiga”.

¿Qué señales demuestran problemas de salud en adultos mayores?
Una caída sin causa aparente, una confusión momentánea o un simple malestar pueden tener detrás una infección, una alteración en la alimentación o efectos de medicamentos. Por eso, es importante no subestimar estos episodios. Con la edad, el cuerpo cambia su manera de reaccionar: una infección puede no causar fiebre, y un dolor puede presentarse de forma muy leve o distinta a lo habitual.
Por ejemplo, Vásquez agrega que para las infecciones urinarias, “en lugar de presentar fiebre o dolor al orinar, muchas veces se manifiesta con confusión repentina, somnolencia, caídas o agitación, lo que lleva a subestimar la causa y retrasar el tratamiento”.
Ante esto, los expertos recomiendan que las personas mayores reciban una atención más completa, que considere su historial, su estado físico y mental, y cómo se desenvuelven en su vida diaria. Por eso es vital realizar chequeos periódicos que incluyan pruebas de movilidad y equilibrio, evaluación de la memoria, análisis de sangre, control del corazón y de la vista, revisión de la alimentación y de los medicamentos que consumen. Esto ayuda a mejorar tanto la calidad de vida del adulto mayor como la tranquilidad de su familia.
Si se produce un ataque cardíaco, es necesario recibir tratamiento de inmediato a fin de evitar la muerte. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que estás teniendo un infarto de miocardio.
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