
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia y el endurecimiento de las políticas migratorias, el temor a la deportación ha crecido entre los migrantes indocumentados en Estados Unidos. En este nuevo contexto, incluso acciones cotidianas como conducir un auto pueden convertirse en un factor de riesgo. Y aunque muchas infracciones de tránsito son menores, hay cuatro delitos graves al conducir que podrían encender las alarmas migratorias y poner en peligro la permanencia de una persona en el país.
LOS DELITOS DE TRÁNSITO QUE PODRÍAN CAUSAR LA DEPORTACIÓN DE MIGRANTES
En Estados Unidos, una simple parada de tráfico por exceso de velocidad, luces defectuosas o uso del celular al volante puede llevar a que la policía notifique al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Si bien esto no ocurre en todos los casos, organizaciones como Illinois Legal Aid Online advierten que el resultado depende del lugar, del oficial que haga la detención y de tu historial. Es decir, una infracción menor podría desencadenar consecuencias mayores, sobre todo si hay antecedentes o estatus migratorio irregular.

Según el despacho de abogados Black Rock Legal Group, es poco probable que una infracción de tránsito común lleve a una deportación, pero hay excepciones claras.
Los cuatro delitos de tráfico más peligrosos desde el punto de vista migratorio son: conducir bajo los efectos del alcohol (DUI), participar en un choque y huir de la escena, conducción imprudente que ponga en peligro vidas, y conducir reiteradamente sin licencia. Estos actos pueden ser considerados delitos graves o de vileza moral, lo que abre la puerta a procesos de expulsión.
Especialmente delicado es el caso del DUI. Según el Shouse California Law Group, un inmigrante con residencia legal no suele ser deportado por una sola sanción por DUI, pero si hay otros factores en juego —como un accidente con heridos o antecedentes previos—, el caso se complica. Además, quienes no tienen estatus migratorio legal enfrentan un mayor riesgo, ya que la infracción se convierte en un agravante sobre su presencia ilegal en el país.

LOS RESIDENTES PERMANENTES TAMPOCO ESTÁN A SALVO
Lo más preocupante es que ni siquiera los residentes permanentes están completamente protegidos. Si un delito se considera grave o implica depravación moral, puede haber una audiencia de remoción, lo que significaría la pérdida de la residencia y una posible deportación. Es una situación donde la combinación de antecedentes, infracciones y estatus puede ser explosiva.
Ante esta realidad, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC) ofrece recomendaciones claras para migrantes detenidos en paradas de tráfico. Lo primero es identificar si el oficial pertenece a la policía local o a inmigración (ICE). En el primer caso, se deben mostrar los documentos legales si se tienen. En el segundo, es fundamental conocer y ejercer los derechos básicos, como el derecho a guardar silencio y a no revelar el estatus migratorio.
Para quienes están indocumentados, lo más importante es no proporcionar información migratoria durante la detención, ya que todo lo dicho puede ser utilizado en un tribunal de inmigración. Tampoco están obligados a firmar documentos o aceptar ser interrogados sin la presencia de un abogado. En estos casos, el silencio no solo es un derecho, puede ser una herramienta de protección legal.
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