
Desde el 11 de abril, como parte de las rigurosas políticas antimigratorias de la administración Trump, los funcionarios en Estados Unidos pueden exigir a cualquier inmigrante que muestren sus documentos que acrediten su registro ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés).
Esta medida establece que todos los inmigrantes que residen en el país deben estar debidamente inscritos en el sistema del USCIS. La exigencia también se extiende a ciudadanos extranjeros que ingresen a territorio estadounidense. Ahora, quienes hagan caso omiso a esta solicitud deberán enfrentar diversas sanciones.

¿QUÉ SANCIONES PUEDEN RECIBIR LOS QUE NO SE INSCRIBEN EN EL USCIS?
De acuerdo con la orden ejecutiva 14159, quienes no cumplan con este requisito enfrentaran sanciones, incluyendo la detención, multas económicas de hasta $5,000 dólares, procesos de deportación e incluso la prohibición de volver a ingresar a Estados Unidos.
Como se recuerda, esta orden fue emitida bajo el argumento de “proteger al pueblo estadounidense” e impone nuevas condiciones migratorias que entraron en rigor este último viernes.
¿CÓMO REGISTRARSE?
Las personas que aún no se encuentren debidamente registradas ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) deben ingresar al sitio web oficial utilizando su cuenta personal y completar el formulario G-325R. Esta gestión es obligatoria, según lo informado por la agencia.
Una vez enviado el formulario, los solicitantes recibirán una notificación para asistir a una cita en la que deberán presentar sus datos biométricos. “De no acudir, podrían enfrentar sanciones penales”, advirtió USCIS a través de sus redes sociales.
Además del registro, los inmigrantes están obligados a notificar cualquier cambio de dirección. El incumplimiento de esta norma puede conllevar multas de hasta $5,000 dólares, detención de hasta 30 días o incluso la deportación, a menos que la persona pueda justificar el incumplimiento con una causa razonable.
La agencia también recordó que todas las personas mayores de 18 años que se encuentren en Estados Unidos deben cumplir con este requisito. Negarse a hacerlo o evitar el registro puede ser considerado un delito menor, con las consecuencias legales correspondientes.












