
Lo que debía ser un viaje tranquilo para conocer a la familia de su novia en Arizona se convirtió en una pesadilla de 10 días para José Hermosillo, un joven ciudadano estadounidense de 19 años con discapacidades cognitivas. Aunque ha vivido toda su vida en Nuevo México, fue detenido por agentes migratorios en abril y retenido injustamente como si hubiera ingresado ilegalmente al país.
Según su abogado, Homero Torralba, todo ocurrió cuando José decidió salir solo a una tienda de conveniencia durante su visita a Tucson. Allí fue abordado por un oficial que, presuntamente, no solo le preguntó si había cruzado ilegalmente la frontera, sino que lo hizo utilizando un insulto racial. A pesar de que Hermosillo negó haber entrado ilegalmente, el agente insistió en que sí lo había hecho.
“Él puede ser fácilmente influenciado”, explicó Torralba a People. “Le pueden decir: ‘No eres ciudadano, estás aquí ilegalmente’ y él podría terminar creyéndolo”.
La situación se volvió aún más alarmante al saber que Hermosillo fue entrevistado en español, un idioma que apenas comprende, y que en los registros oficiales se afirma que él mismo acudió voluntariamente a una estación de la Patrulla Fronteriza y confesó haber llegado desde México un día antes, buscando trabajo. Su abogado niega rotundamente esa versión.

Peor aún: los documentos señalan que Hermosillo fue detenido en Nogales, México, cuando en realidad se encontraba en Tucson. “Eso es imposible”, asegura Torralba, señalando un patrón de errores que, en su opinión, no pueden pasarse por alto.
Durante los diez días que estuvo encerrado, José sufrió acoso verbal por parte de otros detenidos. “Me dijo: ‘Nunca he tenido tanto miedo en mi vida’”, relató el abogado. Finalmente, el joven fue liberado el 17 de abril a las 2:30 a.m., solo después de que su familia presentara su certificado de nacimiento.
Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional defendió la detención, diciendo que fue “el resultado directo de las propias acciones y declaraciones de Hermosillo”. Pero para Torralba, la realidad es otra: “Lo que vivió fue simplemente cruel. Todo esto parece estar motivado por una política de miedo y rechazo hacia los inmigrantes”.

Aunque en abril la fiscal general de Arizona, Kris Mayes, calificó el incidente como “totalmente inaceptable”, su oficina ha confirmado recientemente que no abrirá una investigación formal. Mientras tanto, el abogado de Hermosillo considera emprender acciones legales por una posible violación de derechos civiles a nivel federal.
La familia del joven vivió esos días con una angustia insoportable. “Pensaron que iban a deportarlo, que lo perderían para siempre. Fue devastador”, concluyó Torralba.
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