
En el corazón de California, una historia de familia, orgullo y servicio se abre camino entre las patrullas de la autopista. Luis, Eduardo y Alejandra Quintero no solo comparten apellido y raíces latinas: comparten una vocación que los une bajo un mismo uniforme, el de la Patrulla de Caminos de California (CHP). Su objetivo es claro: mantener seguras las calles y autopistas del estado y demostrar a la comunidad latina que también está representada entre quienes protegen sus vidas.
Conocidos dentro del departamento como “los hermanos Quintero”, su presencia ha causado simpatía y comentarios en tono de broma. “Hay muchos que dicen: ‘oh, esto se va a convertir en el departamento de Los Quintero’”, cuenta entre risas Alejandra, la menor de los tres.

El inicio de un legado familiar
Luis, el mayor de cinco hermanos, fue quien abrió el camino. Desde joven soñaba con convertirse en policía. “Siempre quería ser policía, nunca se me quitó la ilusión. Después del colegio, empecé a investigar y decidí meterme con la Patrulla de Caminos de California”, recuerda a Telemundo 52 Los Angeles.
En 2017 comenzó patrullando las calles de Baldwin Park, aprendiendo que la tarea no solo consiste en imponer infracciones, sino en educar y cambiar comportamientos imprudentes al volante.
Hoy, Luis es una de las caras visibles de la CHP como oficial de información pública. “Nunca me imaginé que iba a ser vocero de una de las agencias más grandes, no solo de California, sino del país”, admite. Su profesionalismo y pasión por el servicio inspiraron a sus hermanos menores a seguir sus pasos.
Eduardo dejó atrás su carrera como ingeniero civil para unirse a la CHP. Ha compartido patrullas con Luis y, al igual que él, se ha convertido en vocero del departamento.
“Es mi hermano, pero ciertas cualidades o ciertas cosas hay que cambiar al salir juntos a patrullar”, dice entre risas. “Es divertido porque escuchamos música, incluso música que escuchamos antes de ser policías, pero ahora tenemos el uniforme puesto, entonces es diverso”, agregó.
La última en sumarse al legado familiar fue Alejandra. Como mujer en una institución donde solo el 6% de los oficiales son mujeres, sabe que representa algo más grande que ella misma. “Me da gusto enseñarles que de una mujer también puedo hacer lo que ellos pudieron hacer”, afirma.
Su meta es motivar a otras mujeres a creer en sus capacidades: “Espero que cuando una mujer me vea trabajando, la motive y piense: ‘Sí lo puedo hacer’”.

Comprometidos con su comunidad
Más allá de su vínculo familiar, los Quintero comparten un mismo propósito: servir a la comunidad latina. Para ellos, proteger las carreteras del sur de California también significa tender puentes culturales.
“Cuando llego a las escenas, a los accidentes, veo que muchos latinos a veces no comprenden las leyes, se sienten confundidos. Me siento bien de poderles ayudar, asistir, que estoy ahí para ellos”, confiesa Luis.
Su dedicación no termina ahí. Luis ya vislumbra que el compromiso podría continuar con la próxima generación: su hijo de 12 años sueña con seguir sus pasos.
“Me dice que él va a ser highway patrol y que vamos a trabajar juntos cuando cumpla 21”, cuenta con orgullo.
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