El presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue recibido por todo lo alto durante su visita de esta semana a Corea del Norte, la primera que hizo en casi un cuarto de siglo y que captó la atención mundial. A la pompa desplegada por el líder Kim Jong-un le siguió la diplomacia, ámbito en el cual ambos líderes firmaron el llamado Acuerdo Integral de Asociación Estratégica, un pacto de defensa que la prensa de Estados Unidos está comparando con el que existe entre los aliados de la OTAN.
El acuerdo se da en plenas tensiones entre Estados Unidos y la OTAN con Rusia por el apoyo de Occidente a Ucrania, además de la permanente crispación militar entre las dos Coreas. Otro actor destacado en entramado geopolítico es China, aliado muy cercano al régimen norcoreano que podría sentirse desplazado.
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En Occidente preocupa que el acuerdo implique que Corea del Norte proporcione a Rusia cada vez más municiones de artillería que necesita para su guerra en Ucrania. Ello a cambio de asistencia económica y transferencias de tecnología que podrían aumentar la amenaza que supone el programa de misiles y armas nucleares de Kim Jong-un.
El martes, un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que en los últimos meses Washington ha verificado que Corea del Norte “transfirió ilegalmente docenas de misiles balísticos y más de 11.000 contenedores de municiones para ayudar al esfuerzo bélico de Rusia”.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó que la visita de Putin ilustra cómo Rusia intenta, “desesperada, desarrollar y fortalecer relaciones con países que puedan proporcionarle lo que necesita para continuar la guerra de agresión que inició contra Ucrania”.
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Tanto Pyongyang como Moscú niegan las acusaciones de transferencias de armas, que violarían múltiples sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU que Rusia respaldó en el pasado.
El jueves, Corea del Sur reaccionó a la alianza entre Kim y Putin y dijo que consideraría enviar armas a Ucrania, algo que se había negado a hacer hasta ahora. Seúl solo ha entregado ayuda humanitaria a Kiev.
Casi de inmediato, Putin respondió y advirtió a Corea del Sur que enviar armas a Ucrania sería un “gran error”. Agregó que Moscú podría entregar también material bélico a Corea del Norte.
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En China, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, calificó el pacto entre Moscú y Pyongyang como “acuerdos bilaterales entre dos Estados soberanos”, sin abundar en detalles.
Lo que se sabe de la alianza Putin - Kim
Según el texto del Acuerdo Integral de Asociación Estratégica publicado por la Agencia Central de Noticias de Corea y citado por la agencia AP, si cualquiera de los dos países es invadido y empujado a un estado de guerra, el otro debe desplegar “todos los medios a su disposición sin demora” para proporcionar “militares y otros medios de asistencia”. Pero el documento también dice que tales acciones deben estar en consonancia con las leyes internas de Rusia y Corea del Norte y con el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que reconoce el derecho de un Estado miembro de la ONU a la autodefensa. Rusia no ha publicado una versión del texto.
El acuerdo marca el acercamiento más fuerte entre Rusia y Corea del Norte desde el final de la Guerra Fría.
"Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte. Cualquier ataque armado de esta naturaleza y todas las medidas adoptadas en consecuencia serán inmediatamente puestas en cono-cimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las disposiciones necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales".
Analistas citados por AP dijeron que el acuerdo sería una promesa de que cualquiera de las naciones intervendría si la otra fuera atacada, renovando así un pacto hecho bajo un tratado de 1961 entre Corea del Norte y la Unión Soviética. Ese pacto fue descartado después del colapso de la URSS y reemplazado en el 2000 por uno que ofrecía garantías de seguridad más débiles.
El nuevo acuerdo, según algunos expertos, está redactado de manera cuidadosa para evitar que implique intervenciones automáticas y limita estrictamente las circunstancias en las que cualquiera de los países estaría obligado a implicarse en una acción militar.
Durante la cumbre en Pyongyang, Putin dijo que Rusia y Corea del Norte tenían una “ardiente amistad” y que el acuerdo era el “tratado más fuerte que jamás haya existido”. Por su parte, Kim le prometió pleno apoyo a la guerra en Ucrania.
Putin dijo el jueves que el acuerdo exige asistencia militar “sólo si se comete agresión contra” una de las partes. Sostuvo que Corea del Sur “no debería preocuparse” si no está planeando ninguna agresión contra Corea del Norte.
En cuanto a la cooperación mutua, Putin indicó que no “excluiría el desarrollo de la cooperación técnico-militar con la República Popular Democrática de Corea de acuerdo con el documento firmado”.
Según la agencia AP, los medios estatales norcoreanos dijeron que el acuerdo requiere que los países tomen medidas para fortalecer sus capacidades de defensa conjuntas, pero no especificaron cuáles serían esas medidas, o si incluirían entrenamiento militar combinado.
El acuerdo también exige que los países cooperen activamente en los esfuerzos por establecer un “nuevo orden mundial justo y multipolar”, dijo la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte.
¿Se avecina un conflicto mayor?
Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, considera que tras el acuerdo posiblemente se vea reforzada la entrega de armas de Corea del Norte a Rusia para la guerra en Ucrania.
“Quizá sea un indicador de que Rusia está necesitando armamento, porque su producción no va al ritmo de los requerimientos de la guerra. Ello debido a factores como la corrupción, el desfase tecnológico, las sanciones y embargos que están teniendo algún efecto. Los rusos también están reciclando armamento antiguo”, aseveró Banús a El Comercio.
Sostuvo que en general el pacto no cambia mucho la situación porque tanto Rusia como Corea del Norte están situados en el eje de los no amigos de Occidente, pero indicó que agudiza la situación geopolítica actual.
“No veo que esté cerca un conflicto con Corea del Norte, no creo que haya alguien interesado en abrir un frente más y complicar la situación actual más de lo que ya está. Obviamente, si pasa algo, Moscú y Pyongyang tienen un pacto y estos están para ser cumplidos”, aseveró.
Banús indicó que cabe preguntarse ahora cómo queda la relación entre Corea del Norte y China. “¿Cambia algo? En teoría no tiene por qué cambiar, pero no se saben cuáles son las sensibilidades en Beijing y si ven algún motivo para reducir su apoyo a Kim”.
Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa, coincidió en que queda clara la necesidad rusa de tener municiones convencionales de artillería y cohetes de corto y medio alcance norcoreanos, que ya han sido utilizados por el ejército ruso en Ucrania.
“Por parte de Corea del Norte, hay una necesidad muy clara, que es la mejora de su tecnología balística, porque necesita sistemas de lanzamiento de cohetes para colocar satélites. Hay una preocupación muy importante por parte de las fuerzas armadas de Corea del Norte de mejorar sus tecnologías mediante los llamados satélites espías, de búsqueda de información, en donde al parecer han tenido muy mala experiencia. Esa es una necesidad urgente en términos estratégicos”, remarcó a este Diario Gómez de la Torre.
“Una lectura adicional es la preocupación de China por esta alianza, relacionada con las famosas políticas pendulares que se dan en materia de seguridad. Es lo que los chinos también hicieron durante la Guerra Fría en 1972, cuando se acercaron a Estados Unidos y jugaron la carta rusa, es la complejidad de las relaciones internacionales”, agregó Gómez de la Torre.
El internacionalista Francisco Belaunde Matossian considera también que Putin está desesperado buscando más municiones y misiles, pues su industria, a pesar de haber sido puesta en pie de guerra, ha sido rebasada. “Para eso Corea del Norte es perfecto, porque desde el punto de vista técnico, ellos han elaborado su sistema armamentístico a partir del modelo soviético. Le viene muy bien. Entonces, definitivamente tras este acuerdo va a haber un incremento del apoyo que ya se está dando”.
En cuanto a las preocupaciones de otras potencias, Belaunde Matossian dijo que ya hay inquietud en Corea del Sur, que podría enviar armas a Ucrania en respuesta. “Y, aunque sea paradójico, China ve con cierta reserva el acuerdo, porque se supone que quiere mantener las relaciones más estrechas con Corea del Norte, digamos que no le viene tan bien el pacto. Y por supuesto que Japón, Estados Unidos y Europa también ven la alianza como una amenaza”.
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