Los trabajadores de salud van a trabajar después de un descanso en el hospital La Fe en Valencia, España, uno de los países más afectados por el coronavirus. (AFP / JOSE JORDAN).
Los trabajadores de salud van a trabajar después de un descanso en el hospital La Fe en Valencia, España, uno de los países más afectados por el coronavirus. (AFP / JOSE JORDAN).
/ JOSE JORDAN
Redacción EC

Madrid [AP]. Cuando ella misma empezó a toser, Patricia Núñez ya conocía esa temida tos de ruido seco que martirizaba a los enfermos que desde hacía semanas acudían a la sala de emergencias madrileña donde ella trabaja.

“Estamos hartos de oírla dentro del hospital. Era cuestión de tiempo”, dijo Núñez, una enfermera de 32 años que se contagió el nuevo hace una semana.

En una teleconferencia desde su casa, Núñez dijo que está ávida por recuperarse para relevar a sus colegas sobrecargados de trabajo ante una ola creciente de enfermos y las cifras menguantes de médicos y enfermeras.

“Es un dolor doble. Primero por ti, por tu familia, porque temes infectarlos, pero lo peor es que sabes que en el sitio en el que tienes que ir a trabajar haces mucha falta”, dijo a The Associated Press.

El está librando una guerra de desgaste contra los trabajadores de la salud en todo el mundo y en ningún lugar está avanzando más que en Italia, donde escasean el equipo protector y el material para exámenes desde hace semanas.

Los españoles están orgullosos de su sistema de atención de salud universal, que se suele considerar una de las razones de la legendaria longevidad de su gente, pero la epidemia está sacando a la luz algunas de sus deficiencias, resultado en parte de años de recortes presupuestarios.

Los hospitales del país se resienten bajo el peso de la epidemia. En dos hospitales de la capital, los pasillos y las salas de emergencias están atiborrados de enfermos, muchos conectados a tanques de oxígeno. En el hospital universitario 12 de Octubre había gente tendida en el piso a la espera de una cama, aunque las autoridades dicen que posteriormente se les pudo acomodar.

El miércoles, la cifra de personal médico infectado ascendía a 6.500 en todo el país, según las autoridades, el 13,6% del total nacional de 47.600 casos y el 1% del personal médico en el sistema. Al menos tres trabajadores del sector han muerto.

“Ahora mismo estamos colapsados, faltan recursos humanos”, dijo la enfermera Lidia Perera, del Hospital de la Paz, de Madrid, con 1.000 camas.

Esta semana, 11 de los 14 pisos del hospital estaban ocupados por enfermos de y aun así faltaba espacio: los casos menos graves son alojados en el gimnasio o en una gran carpa en el exterior.

“Si me dicen hace 3 meses que vamos a trabajar en estas condiciones en España, no me lo creo”, dijo Perera. Añadió que al personal en La Paz “no dan pruebas hasta que estás enfermo... El problema es que quedarían sin personal, así que no les interesa”.

En la mayoría de la gente, el nuevo provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.

La pandemia global ha infectado a más de 436.000 personas y causado más de 19.600 muertes en el mundo, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins. Ha paralizado economías e impuesto restricciones a los desplazamientos de millones de personas para tratar de impedir que el virus siga propagándose y abrumando a los sistemas de salud.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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