1 / 7 Walter Candido, de 75 años, y Marlene Amaral, de 73, se besan entre una lámina plástica usada para que pacientes y familiares puedan abrazarse en un hospital en la ciudad de Niteroi, Río de Janeiro (EFE/Antonio Lacerda).
2 / 7 Con turnos debidamente planificados, pacientes, familiares y hasta funcionarios del hospital Placi se apretujan entre sí para dejar atrás la melancolía que trae el obligado aislamiento por el coronavirus. (EFE/Antonio Lacerda).
3 / 7 La médica Anelisa Maciel Martins y la enfermera Ingrid Hellen se abrazan entre una lámina plástica usada para que pacientes y familiares puedan " tocarse". (EFE/Antonio Lacerda).
4 / 7 En momentos donde se limita el contacto físico por la pandemia, un hospital de las afueras de Río de Janeiro sin pacientes ingresados por COVID ha puesto en marcha su "hora del abrazo" gracias a una película de protección que posibilita demostraciones afectivas entre internos y familiares. (EFE/Antonio Lacerda).
5 / 7 Los arrumacos, no obstante, deben adecuarse a los tiempos del coronavirus y por eso solo pueden darse a través de una estructura diseñada para tal fin, que cumple con los protocolos de aislamiento necesarios para frenar la pandemia. (EFE/Antonio Lacerda).
6 / 7 Walter Cándido, un jubilado de 75 años que tras incorporarse de su silla de ruedas selló con un prolongado beso el reencuentro con su mujer, Marleni. (EFE/Antonio Lacerda).
7 / 7 La médica Anelisa Maciel Martins y la enfermera Ingrid Hellen se abrazan. (EFE/Antonio Lacerda).
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