El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, habla durante un programa de radio en el norte de Quito, el 10 de enero de 2024. (Foto por Folleto / Presidencia Ecuatoriana / AFP).
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, habla durante un programa de radio en el norte de Quito, el 10 de enero de 2024. (Foto por Folleto / Presidencia Ecuatoriana / AFP).
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Redacción ECAgencia EFE

El presidente de , Daniel Noboa, anunció este miércoles que desde esta semana comenzarán las deportaciones de 1.500 ciudadanos extranjeros que se encuentran cumpliendo condenas en las cárceles del país.

El mandatario adelantó que comenzarán con los ciudadanos de Colombia, Venezuela y el Perú, por ser los países más cercanos. Explicó que posteriormente seguirán con las deportaciones de extranjeros de países más lejanos, de acuerdo con .

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“Empezamos esta semana. Estamos en contacto con Colombia, también tenemos venezolanos y peruanos. (Ellos son) el 90% de la población extranjera en las cárceles. No es extradición, se lo haría a través de tratados internacionales”.

Noboa agregó que estas deportaciones ayudarán a reducir el hacinamiento dentro de las cárceles y rechazó que actualmente se gaste más en la alimentación de estas personas privadas de la libertad que en el desayuno escolar de los niños del país.

Colombia dijo que nos querían ayudar y yo dije perfecto, ya les mandamos los 1.500 presos que los tenemos manteniendo en cárceles ecuatorianas”, manifestó Noboa en una entrevista con Radio Canela en la que se refirió a los ofrecimientos de apoyo para enfrentar la violencia recibidos de varios países, entre ellos Colombia.

La respuesta de Colombia

El ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, le respondió y afirmó que si Ecuador expulsa a 1.500 colombianos presos en cárceles de ese país el Gobierno nacional tendrá que recibirlos con independencia de si tienen o no cuentas pendientes con la ley.

Si los expulsan, en primer lugar los están expulsando es de la cárcel; es decir, los están dejando en libertad y al llegar a la frontera por supuesto que un ciudadano colombiano puede entrar a Colombia”, manifestó Osuna en declaraciones a la prensa.

Noboa decretó el lunes el estado de excepción en momentos en que se registraban disturbios en cárceles del país contra el traslado de reos.

La medida provocó ayer la reacción de grupos violentos que causaron terror con atentados con explosivos, y secuestros de policías e, incluso encapuchados armados -ahora detenidos- ingresaron en un canal de televisión en la ciudad costera de Guayaquil.

Expulsiones por la frontera

El presidente Noboa agregó que esos presos colombianos “tienen ya sentencias de cinco años o más, ejecutoriadas” y por lo tanto pueden ser devueltos a su país de origen.

“De acuerdo a la ley ecuatoriana y tratados internacionales podemos sacar esos 1.500 y dejarlos en la frontera y muchas gracias, quédense por allá”, agregó el mandatario.

Al respecto, el ministro Osuna explicó que si el Gobierno ecuatoriano concreta ese plan, las autoridades colombianas tendrán que examinar la situación judicial de cada uno de los presos que sean expulsados por la frontera.

“Al llegar a Colombia, si (un preso) tiene alguna deuda pendiente con la Justicia colombiana, pues tendrá que ser capturado y si no la tiene, pues seguirá su vida en libertad en Colombia”, explicó.

Los dos países comparten una frontera terrestre de 586 kilómetros con varios pasos limítrofes, de los cuales el más importante es el de las ciudades de Ipiales (Colombia) y Tulcán (Ecuador).

Osuna aclaró que este procedimiento es diferente de una repatriación de presos, para lo cual hay que completar unos trámites legales en los que se examina la situación particular de cada uno y la posibilidad de que completen la condena en su país de origen. Además, el reo debe solicitar esa medida.

“Si es una expulsión, pues quiere decir que simplemente llegan a la frontera y ya dependerá de la situación de cada uno de ellos frente a la justicia colombiana”, agregó el ministro.

Osuna reconoció que una situación de estas supondría un esfuerzo adicional para el sistema carcelario colombiano que también tiene graves problemas de hacinamiento al igual que el ecuatoriano.

“Si usted me pregunta si en la cárcel de Ipiales hay 1.500 cupos, por supuesto que no. Si hay una expulsión miraremos si las personas deben ser capturadas y pasar a disposición de un juez”, subrayó.

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