Redacción EC

No cabe duda que tomar se ha convertido en una práctica diaria para millones de personas, pues ya sea para luchar contra el sueño, acelerar el metabolismo o simplemente porque les gusta su sabor. Sin embargo, diversas investigaciones han revelado que el consumo en grandes cantidades podría traer problemas a la salud, sobre todo para los adultos mayores. En la siguiente nota, te contamos todos los detalles.

¿POR QUÉ LOS ADULTOS MAYORES NO DEBEN TOMAR MÁS DE 3 TAZAS DE CAFÉ?

Según una investigación que llevó a cabo Helsingin Sanomat, los adultos mayores de 60 años que beban más de tres tazas de café todos los días pueden presentar deterioro en las capacidades cognitivas. Y es que este estudio se realizó a 8.451 personas que tienen más de 60 años del biobanco del Reino Unido, lo cual estaba conformado por el 60% de mujeres.

Asimismo, se observó que la inteligencia flexible de las personas que consumieron poco café descendió 8,83% menos a diferencia de los otros que sí bebieron más café mientras se hacia seguimiento a la investigación.

Como dice el refrán, los excesos son malos. El consumo moderado de café está bien, pero probablemente no se recomienda excederse”, dijo Kelsey R. Sewell, investigadora del Advent Health Research Institute, a la publicación médica Medscape.

Es importante mencionar que se trata de una investigación observacional, pues aún se necesitan más estudios para llegar a la conclusión de este impacto a este grupo etario.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE TOMAR CAFÉ SIN AZÚCAR?

Según el portal La Tienda del Café, tomar café sin azúcar todos los días contiene múltiples beneficios que ayudan al organismo. Estos son:

  • Aumenta la memoria.
  • Previene la caries.
  • Ayuda al funcionamiento del estómago.
  • Previene enfermedades de hígado.
  • Aumenta el metabolismo y ayuda a perder peso.
  • Previene el alzhéimer y la demencia.
  • Mantiene el corazón sano.
  • Evita la diabetes tipo 2.
  • Ayuda a prevenir el cáncer.
  • Aporta antioxidantes.
  • Disminuye la celulitis.

Mientras que consumir café con azúcar podría traer lo siguiente:

  • Insomnio.
  • Ansiedad y síndrome de abstinencia.
  • Agitación.
  • Estrés.
  • Efectos cardíacos.

Es importante mencionar que la cafeína no se almacena en el torrente sanguíneo ni se queda en el organismo ya que esta sale expulsada del cuerpo humano a través de la orina luego de varias horas de haber sido bebido, según MedlinePlus de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

¿CUÁNTO SE DEBE CONSUMIR DE CAFÉ?

De acuerdo con los especialistas, se recomienda beber entre 3 y 5 tazas al día en caso que no pasen los 400 mg diarios de cafeína. Por lo que corresponde al tipo y la preparación del café, se sugiere seleccionar un producto de calidad, orgánico y de comercio justo, con la finalidad de que garantice un buen proceso de cultivo, recolección y tostado.

¿CÓMO SE DEBE TOMAR EL CAFÉ FRÍO O CALIENTE?

La elección entre tomar café frío o caliente es una cuestión de preferencia personal, pero desde un punto de vista nutricional, el café caliente tiene una ligera ventaja. Según Álvaro Díaz, nutricionista en Bilbao, el café caliente mantiene mejor los beneficios del propio café. Esto se debe a que los polifenoles y otros compuestos bioactivos no se diluyen como sucede cuando el café se enfría con hielo. Por tanto, el café caliente ofrece una mayor concentración de estas sustancias beneficiosas.

Sin embargo, es importante aclarar que los beneficios del café no se pierden por completo cuando se consume frío. Aunque algunos compuestos pueden diluirse, los efectos antioxidantes, vasodilatadores, antiinflamatorios y en la flora intestinal siguen presentes. La diferencia radica en que la composición y variedad de estos compuestos pueden ser menos efectivas en el café frío en comparación con el caliente.

Otro mito común es que el café frío contiene más cafeína y, por lo tanto, activa más que el café caliente. Álvaro Díaz desmiente este mito, explicando que no existe una relación directa entre la temperatura del café y su contenido de cafeína. La cantidad de cafeína depende más del tipo de café y del método de preparación que de la temperatura a la que se consume.