Para Salvador del Solar, la vida es prestada y hay que cuidarla. Por eso, se esfuerza en estar en espacios en los que pueda compartir ideas y que estas sean escuchadas. “Algo que venía extrañando es la conversación”, dice el peruano durante una entrevista por teléfono con Saltar Intro de El Comercio. Después de su paso por la política como Presidente del Consejo de Ministros en 2019, ha reflexionado sobre la paradójica forma en que las personas se comunican. A sus 53 años y mucho después de “Pantaleón y las visitadoras” (2000), sigue siendo actor —lo vemos en “Soltera Codiciada 2″ y participa en un próximo estreno argentino—. También es entrevistador, así se presenta en su nuevo programa de Youtube filmado en Argentina, “Aire Libre”. Pero, más que nada, ejerce como director (“Magallanes”, “Los Prisioneros”, entre otras).
MIRA: Hasta 57% de dscto. en lo mejor del entretenimiento. Conoce todas las promociones aquí
Son las 10:30 de la mañana en el país y el peruano agradece el espacio para hablar. Está en Colombia, donde va terminando algunos proyectos. “Autogol” es la primera película colombiana original de Paramount+ dirigida por Carlos Moreno y Del Solar. Antes de dejar Lima, filmó “Astronauta”, bajo la dirección de Paul Vega, y después viajó a Argentina para dirigir “Un lugar para Ramón”, su segundo largometraje. Además, sabe que el negocio de las series y películas evoluciona hacia el streaming. “Todas las producciones en las que trabajé en estos años estarán en alguna plataforma”, dice.
Esta llamada telefónica es una oportunidad de entrevista con este diario por la película donde actúa junto a Gisela Ponce de León y Norma Martínez, pero Del Solar aprovecha en hablar de su amor por las artes, las sensaciones que deja el paso por la política peruana y de dar una reflexión en este mes patrio sobre lo importante que es escucharse y respetarse entre humanos.
“Soltera Codiciada 2″ es dirigida por la peruana Joanna Lombardi y una historia escrita por la bloguera de los 2000, María José Osorio. Aunque es una comedia fresca de fin de semana, la historia de una publicista arequipeña en Lima y sus mejores amigas tiene un profundo mensaje sobre la vida y el duelo. En el elenco, están también Jason Day, Carlos Carlín, Jely Reátegui, el actor e integrante de RBD Christopher Uckermann, así como la protagonista de “Yo soy Betty, la fea” y gran amiga de De Solar, Ana María Orozco.
- Desde siempre, el cine independiente ha sido lo tuyo. Pero “Soltera Codiciada 2″ es una producción más comercial, una comedia popular. ¿Qué fue lo que te llamó la atención del guion?
Desde niño, cuando fantaseaba con la idea de ser actor, aunque no pensaba que sería una profesión, lo hacía intuitivamente preguntándome si deseo ser parte de esas historias o no. Salía emocionado de ver “Rocky”, “Indiana Jones” o “Volver al futuro”. Más allá de que, al crecer, fui apreciando un cine no tan accesible en salas comerciales, encontré que también habían otras historias conmovedoras para contar. Eso sentí con “Soltera Codiciada 2″. Es un guion bien trabajado y, no solo me divirtió, sino que me emocionó mucho al leerlo. Tan pronto terminé la lectura, no dudé en aceptar, ya habiendo conversado con Joanna Lombardi sobre mi rol de padre, el de Gisela Ponce de León como mi hija y Norma Martínez como mi esposa. Ella es una gran amiga y alguien admirable.
- Norma Martínez es una maestra.
Sin ninguna duda. Más allá de que dicte clases y talleres, ella merece el término ‘maestra’. Es una palabra que no se debe malgastar gratis, pero en el caso de Norma Martínez, es absolutamente pertinente.
- ¿Cuál es la guía que ella te dio?
Uno de los principales atributos de la actuación: la atención. Los actores ofrecemos nuestra presencia y humanidad para jugar a que estamos ‘haciendo’ la verdad. Es un juego en el sentido más serio de la palabra.
- ¿Cuál es la verdad de tu personaje?
Es ‘Fefo’ de Fernando. No se menciona tanto su nombre en la película. Es una persona que tiene un amor particular por la existencia. Y una inclinación hacia el disfrute. Debería medirse con la comida. Le recomiendan que deje de comer algunas cosas, pero vuelve su situación un chiste. Él juega junto a su hija a comer lo que no debe a escondidas de su esposa, quien se convierte como en una policía para poder protegerlo de él mismo. En el fondo, esto tiene que ver con esa alegría de vivir y de no privarse de los placeres. Además, es una persona muy amorosa y generosa. Esa es su verdad. La vida es prestada y hay que disfrutarla, hacer reír y ser generosos, no importan los altibajos.
- Desde mi perspectiva, el padre de cada ser humano debería ser un héroe, que te dice que la vida es bonita. Por desgracia, en el Perú, estadísticamente no es usual que todos los padres peruanos sean unos héroes. En tu caso, ¿qué tanto late en tu corazón el personaje del padre?
Mucho. En una gran cantidad de casos en el Perú, el padre ni siquiera está presente en la familia. En América Latina, según las estadísticas, la responsabilidad de la crianza recae muchísimo en las madres. Por supuesto, hay padres que están presentes y tratan de ser la mejor guía para sus hijas e hijos. En el caso de mi personaje, no demuestra tener grandes ambiciones o empujar a su hija hacia los grandes logros. Tampoco está buscando la heroicidad. Solo trata de que ella se sienta acompañada. ‘Fefo’ no es el modelo de padre usual, que te dice ‘tienes que hacer tu mejor esfuerzo’. En cambio, es cómplice de su hija, no porque no le interesa su éxito, sino que considera que vivir a su propio ritmo y estar juntos, entender cuando no tienes ganas de hacer algo o, si estás triste, sentir tu propia tristeza, es más importante que tener éxito.
MIRA: Conciertos, obras de teatro, circos, cine y más con hasta 50% de dscto. Descubre tus promos
- ¿Tu padre era un personaje heroico?
No. Mi padre no tiene un perfil de padre heroico. Más bien, es un padre amigo… Él… Es… En el caso de mi papá, siempre ha sido una persona que vive la vida en sus términos. Nunca ha sido quien incita a vivir en términos abstractos, hegemónicos o predominantes, como decir ‘sé justo’, ‘sé correcto’, ‘sé exitoso’. Desde su ejemplo más que con palabras, reflejaba que vivas como crees que debes hacerlo, y si en eso estás de acuerdo con la sociedad, está bien. Si no, también.
- Qué complicado es tener que calificar al padre.
Sí. Afortunadamente, mi padre todavía está con nosotros. Yo también soy padre, y no soy uno jovencito. Mis dos hijas son mayores de edad. Vivo la paternidad como hijo y como padre, y eso es parte de los elementos con los que he podido trabajar como actor para ser el padre de ‘Fefa’ o María Fe, un personaje que Gisela Ponce de León interpreta con dosis infinitas de verdad. Ella es una de nuestras grandes actrices peruanas.
- ¿Y tú como padre eres un héroe?
La pregunta tendría que ser respondida por mis hijas Manuela y Antonia, porque puedo pensar que lo estoy intentando, pero no sé cómo se percibe del otro lado. Intento ser un padre que escucha, acompaña, más que ser un ejemplo particular y mucho menos uno inalcanzable o heroico. En los últimos años de adultez de ellas, siento que tenemos una relación de confianza y honestidad.
- Qué bonito conversar de la trama de la película de esta forma. De hecho, me guie del estilo de la entrevista que le hiciste a la actriz y directora argentina Dolores Fonzi en tu programa “Aire Libre”.
¡Ah, mira! Qué bueno. Me alegra.
- “Aire Libre” es un programa de conversación por Youtube, pero no es el único proyecto en streaming donde trabajaste. Fuiste uno de los directores de la serie de Movistar Play, “Los Prisioneros”, y también dirigiste la primera película colombiana original de Paramount+, “Autogol”. ¿Tú también quieres estar en la vanguardia de las plataformas?
Luego de “Magallanes” y “Los Prisioneros”, encontré muy apasionante el trabajo como director. Todas las producciones en las que trabajé en estos años estarán en streaming. Las plataformas han pasado de ser una novedad marginal tecnológica a ser un referente. Hoy tienen un peso mayor en la creación del audiovisual. No son una vanguardia, sino otra forma de producir y distribuir. Hace poco, el principal crítico de cine de “The New York Times”, Anthony Oliver Scott, se retiró y pasó a otra sección del diario, porque la actividad cinematográfica se transformó. Considera que se quedó sin objeto de trabajo y, ahora, lo que queda para los cines se redujo a muy pocos tipos de audiovisual, como las películas de superhéroes o de extrema acción. Sin embargo, el trabajo de quienes queremos dirigir y actuar necesita de las plataformas. Es una vía de oportunidades. Pero tenemos que seguir viendo cómo evoluciona, porque también se restringen preferencias de contenido. A veces, producciones se financian en desmedro de otras. Esto no es nuevo. Antes, el mercado cinematográfico mundial daba preferencia a unas películas sobre otras, y los guionistas y actores siempre han trabajado en esas condiciones. Hoy nuestro trabajo consiste en ver qué tipo de historias nos emocionan y si son un aporte.
- Es interesante hablar de lo que nos emociona.
En “Aire Libre”, disfruto algo que venía extrañando: la conversación, que es una convergencia, como en la actuación. Es decir, tratar de explorar un ejercicio que hemos ido perdiendo como sociedad, la escucha. Si estás frente a una artista como Dolores Fonzi o el profesor Ricardo Gareca, es importante abrir un espacio para revisar lo que ellos ofrecen a la sociedad. Un artista se define por ofrecer, en vez de llevarse algo para sí mismo, sino por soltar unas fichas en el juego y tratar de que quienes estamos alrededor nos sintamos tocados en cualquier dirección. Es un placer conversar así de las cosas. ¿Qué significa la paternidad? ¿Qué quiere decir ser, no solo papá, sino hombre? ¿Si estás reproduciendo algo sin pensar o bajo consciencia de ello? En fin.
- Empezaste la respuesta diciendo que extrañabas la conversación. Entiendo que también extrañabas hacer cine y contar historias tras tu etapa en política.
Estoy de acuerdo con eso, pero no me refiero solo a lo político. Es muy claro y triste que conversar se ha vuelto una práctica extinta en la política. Tenemos una especie de soliloquios simultáneos. Cada quien habla para sí mismo y por sus propias ideas. Estamos todos involucrados en esto. Es como una enfermedad. Cada vez, hay más evidencias de que la economía que rodea a nivel de negocio a las redes sociales, o sea la forma en cómo buscan sus ganancias, tiene como uno de los efectos colaterales la evaporación de la conversación. Ya no conversamos. Porque tener una conversación implica abrirse con el otro en ideas, como hace tanta falta en la política, pero también de corazón. Eso hacemos en la actuación. Uno no va a actuar para pegar en la pared un manifiesto de sus ideas, sino para descubrir los sentimientos del otro y dejarse tocar con la guardia abajo.
- Salvador, ¿contar historias te salvó de la política, los soliloquios y el enclaustramiento por la pandemia?
No lo pondría en esos términos personales. Creo que hemos vaciado el diálogo del espacio público y se ha llenado de algo diferente, en su mayoría, tóxico, como el enfrentamiento y la sordera. Por lo tanto, como sociedad, la música, la lectura, la experiencia artística, están entre los espacios que nos permiten conectar con lo que verdaderamente nos motiva. En lo personal, en el paso que tuve por la actividad política, traté de transcurrir con las herramientas que valoro, como la escucha, en un contexto muy complejo. Por momentos, hostil. Y en el que todo es muy difícil. De vuelta en el terreno que elegí para mi vida desde joven, siento la reconexión con aquellas herramientas de la comunicación.
- Es donde te sientes a gusto.
Obviamente, la comunicación nos hace crecer como humanos. En el caso de mi trabajo, a través de relatos audiovisuales, puedo ofrecer algo. Esto no es un debate o una competencia de quién tiene la razón. Escucharnos, cuestionarnos, abrir nuestra mentalidad. Valoro eso.
- En el Perú, eres una persona amada y odiada, porque has tenido una exposición que trasciende el espectáculo. ¿Cuál es la gran pregunta que te haces hoy a ti mismo?
Vivimos una etapa bastante triste en un montón de sentidos. Tener una participación en el servicio público, puede generar automáticamente detractores en cualquier momento de la historia. Es parte del precio que pagas. Habrá gente que no estará de acuerdo contigo y otros te querrán. Son las reglas de juego. Pero, en estos tiempos tan polarizados y extremos, donde las voces que más se escuchan son las que más gritan y no necesariamente razonan, el precio puede ser un poco más alto. Es algo que se debe asumir y cada quien desde el lugar en el que está, debe tratar de revertir esto. Es decir, no solo hay un problema medioambiental con el desastre climático, también hay una crisis en el ambiente público, que está tomado por voces absolutamente contaminantes, y eso nos afecta a todos. Entonces, una de las preguntas que me planteo hoy como padre, actor, guionista y director es: qué podemos hacer para mejorar. Hay que sumar elementos que abran la conversación y que permitan a la mayoría del público, de la ciudadanía de nuestro país, recuperar su espacio imaginario, la idea de que podemos ser más creativos y constructivos, incluso amables, y no solo destructivos. Desde la cinematografía y el teatro, la ciencia, la docencia, el periodismo y, por supuesto, la política, podemos hacerlo. Aunque resulte de ciencia ficción decirlo, es posible imaginar que el Perú pueda ser un país más sano.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Finalizó el rodaje de la cinta “Astronauta” con Salvador del Solar y Gustavo Bueno, bajo la dirección de Paul Vega
- “Al fondo hay sitio”: Salvador del Solar y Christian Meier fueron convocados a la serie y más secretos
- Stephanie Cayo y Salvador del Solar jugaron partido de fútbol con exestrellas de LaLiga española | VIDEO
- Finalizó el rodaje de la cinta “Astronauta” con Salvador del Solar y Gustavo Bueno, bajo la dirección de Paul Vega