
Desde que en 2017 se promulgó la ley que regula el uso medicinal del cannabis, la industria que se dedica a la importación, producción y comercialización de esta planta y sus derivados con fines terapéuticos, ha venido creciendo a un ritmo pausado, pero sostenido. Según el Centro de Estudios del Cannabis del Perú, siete millones de peruanos que padecen distintas dolencias podrían beneficiarse de sus propiedades. El problema sigue siendo que existen barreras que aún limitan su acceso.
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SIN PREJUICIOS
Una decena de boticas especializadas en cannabis opera en toda la ciudad. Se trata de centros farmacéuticos autorizados por la Digemid y la Dirandro para brindar tratamientos seguros y confiables. “Las patologías más frecuentes que atendemos son el dolor neuropático, la fibromialgia, la artrosis, la epilepsia, el insomnio, el trastorno de ansiedad y los ataques de pánico, así como a pacientes oncológicos para aliviar los efectos secundarios de su enfermedad”, nos dice Raúl Lama, médico especialista en endocannabinología y director de Sativa Pharm.
Estas boticas cuentan con el respaldo legal de preparar “fórmulas magistrales” para sus pacientes, diseñadas para tratar una enfermedad específica. “Es importante recalcar que cada caso necesita su propia fórmula. Esto es básicamente porque hay distintos perfiles. Por ejemplo, a un paciente que usa morfina para el dolor, no le vamos a recetar el mismo aceite que para un paciente que toma anticonvulsivantes. Ese criterio lo aplicamos en la consulta y ya finalmente Sativa se encarga de la preparación del medicamento con la receta que yo emito”, explica Lama.

El médico señala que, poco a poco, se están rompiendo los estigmas y prejuicios con esta planta. “El paciente que llega a mí ya es un paciente que está predispuesto a recibir cannabis medicinal y que probablemente ya ha recibido terapia farmacológica y no ha tenido buenos resultados. Es una persona que ve al cannabis como una alternativa natural para tratar sus dolencias”, afirma.
PLANTA MADRE
Joshua Santos, egresado de la carrera de agronegocios de la UPC, abrió en 2022 Sant & Ana, una farmacia especializada en la elaboración de “fórmulas magistrales” a base de cannabis, que también expende otros productos derivados de esta planta. Este joven empresario decidió apostar por esta industria tras conocer de primera mano el trabajo que se realiza en Uruguay, un país donde su padre trabaja como gerente de una agropecuaria que cultiva cannabis a gran escala. “La gestión la comenzamos en 2020 y recién iniciamos las operaciones dos años después. El proceso fue engorroso, pero aquí estamos navegando esta ola que es bien interesante”, comenta Santos.


En Sant & Ana cuentan con un staff de médicos que receta cuál es el mejor producto para los pacientes. “Desde hace un tiempo nos estamos diversificando con los tratamientos y hemos incluido la vaporización”, cuenta. “También tenemos labiales para la resequedad, sérum faciales para hidratar la piel, y cremas para combatir las insolaciones, todo a base de cannabis. Actualmente, nos encontramos desarrollando una gama más extensa para ampliar la posibilidad de los pacientes”, dice.

Es importante señalar que estas terapias funcionan como acompañamiento a la medicina tradicional. “Muchas personas creen que es un sustituto, y no es así. Hay pacientes que toman clonazepam y lo quieren reemplazar con cannabis. Un clásico. Lo que puede pasar es que la planta los ayude a bajar de forma gradual las dosis de ese medicamento. Tampoco va a curar el cáncer, pero de pronto puede hacer que los pacientes con esta enfermedad duerman mejor, les estimule el apetito y por consiguiente tengan una mejor calidad de vida”, explica.
Por último, se aconseja evitar adquirir estos productos por Internet o en tiendas clandestinas, ya que es muy probable que no cuenten con registro sanitario, lo que podría causar una mala experiencia en el consumidor. “Es importante que se concientice a las personas sobre este asunto para que tomen mejores decisiones”, concluye Santos. Con la salud no se juega.
Los productos de cannabis y sus derivados deben ser adquiridos en farmacias y boticas que cuenten con licencia para su comercialización. No está permitida su venta fuera de estos establecimientos. En la imagen, Cannabis &Co (calle Federico Villareal 472, Miraflores).
