Es un día normal en los estudios de France 24, transmitiendo las 24 horas desde Bogotá: un reportaje exclusivo sobre las elecciones en Senegal es cubierto por la oficina francesa; atendemos un análisis sobre la actual crisis social en Irán, material enviado desde la cadena árabe. Y en inglés, tomamos nota de los estrenos teatrales en el West End londinense. Por su parte, la parrilla informativa en español tiene como tema central la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, material que se enviará a París, donde operan las cadenas en francés, inglés y árabe, retroalimentando y complementando el concierto de información internacional.
France 24, canal gubernamental de televisión informativa por suscripción, celebra los 5 años en el aire de su cadena en español, la mitad de ellos vividos en pandemia y el último instalado en zona de guerra. Solo en Colombia, México y Argentina, sus países de mayor audiencias, se registran 3 millones de espectadores por semana.
La cadena destaca siempre su “estilo francés” para presentar las noticias. Vanessa Burggraf, directora de las oficinas de France 24 en París, presente en la capital colombiana para acompañar la celebración por el aniversario de la señal en castellano, explica que esta singularidad tiene que ver con los valores que Francia cultiva desde el Siglo de las Luces. “Todos nuestros periodistas tienen en cuenta la defensa de la democracia, de las minorías, de la laicidad y la igualdad entre hombres y mujeres”, explica. Por supuesto, a su fórmula se suma la difusión de la cultura francesa, desde la gastronomía a las artes, el cine, el teatro o la literatura. El estilo de vida galo siempre despierta apetito y curiosidad.
—Europa sale de una pandemia para entrar a una guerra. Desde los Balcanes, el Viejo Continente no había visto una guerra estallar dentro de sus fronteras...
Para todos los europeos, el estallido de una guerra en el corazón de Europa ha sido un shock. Nosotros enviamos a Ucrania a una treintena de periodistas de nuestras cuatro cadenas. Varios habían cubierto la guerra civil en Siria, pero la guerra en Ucrania los ha impactado particularmente. Han visto cosas horribles en otros países, pero ver a mujeres y niños despidiéndose en las estaciones de tren para salir del país les recuerdan imágenes de la Segunda Guerra Mundial. Nuestros enviados están en el terreno contando a diario lo que pasa con imparcialidad, reconociendo también que hay un país agresor y un país agredido.
—A eso se suma la lucha contra la desinformación...
Así es. Tenemos que explicar las noticias para desmontar la propaganda rusa. Y la ucraniana, que también existe. Pero repito: tenemos claro quién tiene el rol de agresor y quién el de agredido. Hay que decir que nuestras cadenas en francés e inglés fueron cerradas en Rusia.
—¿Cómo ser objetivos cuando se está en medio de una guerra?
Nuestro objetivo central es dar la palabra a todos. Hemos tenido entrevistas en vivo tanto con Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania, como con Putin. Y acompañando esto, el análisis de la noticia por parte de expertos. No podemos comprender un conflicto sin tener una idea de lo que piensan las personas que lo desencadenan y las que lo resisten.
—¿Sabe de bajas entre los periodistas a causa de la guerra?
No en nuestro canal, pero sí sabemos de casos de colegas estadounidenses. Para nuestras cuatro cadenas hay un jefe de seguridad que sigue a cada periodista en el terreno. Todos están geolocalizados. No podemos eliminar todo el riesgo, pero tratamos de mitigarlo cuanto sea posible.
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