“Recibí el 2013 en una gran fiesta frente al mar, llamada Reveillon, en Río de Janeiro. La playa llena de gente haciendo ofrendas a Yemayá, la diosa del mar, con conciertos y fuegos artificiales maravillosos.
Era uno de mis sueños conocer ese lado de América del Sur, que besa el Atlántico, mar donde no hay distinción de raza o ideología. Ahí el sol está para todos. Visité el Cristo de Corcovado, Pan de Azúcar, Angras dos Reis y las favelas.
Además, recorrí Río en transporte público (el cual es ordenado y limpio) y visité el Maracaná, donde con mi pareja vimos la maqueta de remodelación del estadio.
Y como un viaje a Río no está completo si no vas al sambódromo, fui y quedé impactada con esas cinco cuadras de tribunas dedicadas al carnaval. Muy recomendable”.