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Bien lo dice un famoso refrán: «Perro que ladra no muerde». Y eso lo saben muy bien los dueños de mascotas, ya que, en ocasiones, sus engreídos ladran porque sienten una profunda emoción.
“Un perro ladrador no siempre es agresivo o desobediente”, explica Christine Spitta, entrenadora y adiestradora con más de 10 años de experiencia en comportamiento canino.
“El ladrido es parte del comportamiento normal de un perro y se utiliza para la comunicación. Los perros de algunas razas ladran más a menudo que los de otras razas. Estos incluyen, por ejemplo, razas de perros que fueron criadas para pastorear ganado, vigilarlos o ayudar con la caza”, agrega la experta.
Numerosas razones podrían motivar a que un perro ladre. Corregir este comportamiento de la mano de un experto es la mejor alternativa.
Para Spitta, es vital que las personas sepan que el ladrido de su mascota siempre tiene un significado concreto, y que está motivado por estímulos externos, emociones, e influencias ambientales.
“Un perro ladra para advertir o amenazar, por miedo a estar solo, por inseguridad (si se encuentra con perros o personas extrañas), por aburrimiento, por emoción, en respuesta al comportamiento de otro perro o, incluso, si está sobreexcitado”, señala Spitta.
¿Se pueden corregir los ladridos?
Nunca es tarde para corregir el comportamiento negativo de tu mascota, siempre y cuando recurras a apoyo profesional, y no a lo primero que encuentres en internet.
“Definitivamente, no vas a corregirlo con collares antiladridos, tranquilizantes o penalizaciones. El perro es un ser muy individual… La duración y el éxito de cambiar un comportamiento dependen de varios factores: la intensidad del comportamiento indeseado, la edad del perro, cuánto tiempo viene mostrando el comportamiento indeseado etc.”, recalca.
La adiestradora canina Christine Spitta tiene más de 10 años de experiencia en el rubro. Su misión es educar a través del refuerzo positivo.
Para lograr cambios positivos, el dueño debe comunicarse de manera decidida y con calma: sin comportamiento inequívoco ni gritos histéricos.
“Solo así tu amigo de ‘cuatro patas’ entenderá muy rápidamente de qué se trata y qué se espera de él. Pero, sobre todo, debes darle seguridad en todo momento, y mantenerlo ocupado tanto física como mentalmente. Así muchos ladridos se solucionarán solos”, añade.
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