Un rol en Natacha fue suficiente como para que Diego Bertie se ganara una legión de admiradoras. Su rol de chico sensible casi lo encasilla, pero el artista logró construir no solo una carrera en televisión sino en cine, teatro y música. Así lo demuestran las fotografías y notas que se han escrito desde la década del 90 en el diario decano.
Diego Bertie estudió en el colegio Markham donde participaba en toda actividad artística. Aunque en la adolescencia se alejó del canto y la actuación sería a mediados de los años 80 cuando integró el grupo pop Imágenes. En marzo de 1989 participó en el primer Festival de la Canción por la Paz que se realizó en el coliseo Amauta.
El camino difícil
Diego Bertie tenía 22 años cuando en 1990 concedió una entrevista a El Comercio sobre sus inicios en el teatro. En ese momento, el actor tenía al aire la miniserie “Santa Rosa”, la telenovela “El hombre que debía morir” y por si fuera poco Osvaldo Cattone le había asignado un papel interesante en la obra teatral “Un don Juan en el infierno”.
A la pregunta de nuestro periodista sobre cuando decidió ser actor, respondió:
“Cantando rock se presentó la comedia ‘Fantástico’, que no tuvo mucho éxito pero sirvió para hacerme notar. Me llamaron para ‘Santa Rosa’ que grabamos, pero tardó mucho tiempo antes de ser proyectada y aunque había ya tomado la decisión de dedicarme por completo al arte, quedé luego en nada, varios, muchos meses. Pero el personaje que tuve en la miniserie, que era un novicio en busca de su verdad, me sirvió para orientar mi vida y encontrar mi camino. Ahora ya sé lo que quiero y trato de hacerlo cada día mejor”.
En otro pasaje de la entrevista contó: “toco guitarra y pinto cuadros que regalo a la gente que quiero; es como darles algo de mi afecto; escribo canciones de amor y otras relacionadas al momento que vivimos, como un llamado a los jóvenes a la reflexión”.
En la década del 90, Diego Bertie continuó participando en series de televisión como “Fandango” junto a la actriz Mari Pili Barreda. Su personaje era Bruno, un joven que era botones en un hotel y estudiaba cine. En esa ocasión debió mantener la barba porque comenzaba a filmar la película “Reportaje a la muerte” bajo la dirección de Dany Gavidia.
“Yepeto”, “Eclipse total”, “Contragolpe”, “Locos de amor”, “Bodas de sangre”, “Simón” y “La Vida es sueño” forman parte de una acelerada trayectoria en las tablas durante la década del 90.
Durante una entrevista realizada por la periodista Pilar Flores, el actor contó cómo llegó al teatro: “Por esos impulsos raros que uno no sabe de dónde vienen. Comencé de la forma más directa. Había una prueba para hacer pequeños papeles en una obra donde no necesitabas mayor experiencia. Solo saber moverte… y así empecé, sin saber muy bien qué era. Esa obra fue “Annie” que dirigió Osvaldo Cattone. Luego, poco a poco, me fui metiendo hasta ir conociendo cómo era el trabajo e ir situándome y… hasta ahora sigo en eso. El teatro es como un largo camino, en el que siempre tienes que estar optando y tratando de encontrar tu lugar”.
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