El día que un campeón mundial de clavados se lanzó varias veces desde “el Salto del Fraile” en 1972: la visita de Oscar Biscione a Lima

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Risco de leyenda

“El Salto del Fraile” es un peñasco de más de doce metros de altura que fue conocido por una leyenda urbana que data desde inicios de la década de 1860. Esta historia cuenta un romance secreto entre Clara y Francisco, dos jóvenes que pertenecían a clases sociales diferentes.

Clara era la hija del marqués de Sarria y Molina, una de las familias más distinguidas de Lima en esa época. Ella tenía 12 años de edad y había perdido a su madre. Por eso, quedó bajo el cuidado de su nana llamada Evarista. Esta mujer vivía con su hijo Francisco, que era tres años mayor que la hija del marqués. También era muy querido por el patriarca de la familia.

Con el pasar de los años, Clara y Francisco se enamoraron; lo que hizo que la joven quedara embarazada. Este hecho originó un verdadero escándalo en la sociedad limeña de la época. Por eso, el marqués, ofuscado y ofendido, ordenó que el joven fuera encerrado en el Convento de La Recoleta, donde lo harían fraile. También decidió que su hija realizara un largo viaje sin retorno.

Un mes después, el marqués y su hija se embarcaron en una fragata desde el puerto del Callao. El viaje sin retorno estaba por darse. La embarcación partió y siguió su rumbo por la isla de San Lorenzo. Cuando pasaba frente al Morro Solar de Chorrillos, Clara vio que su amado Francisco se encontraba parado en la punta de un risco. Ella sabía que el hijo de Evarista estaría allí para despedirse.

Instante después, Francisco empezó a agitar su traje de fraile y se lanzó desde lo más alto del peñasco. Al ver el trágico desenlace, Clara no lo pensó dos veces y también se arrojó al agua desde la borda del barco. Ambos fallecieron en el acto. Esto hizo que el prohibido romance entre ambos quedara unido en la inmortalidad. Por esa historia de amor, el peñasco chorrillano se llama así.

Saltos para el recuerdo

La tarde del 14 de julio de 1972, el clavadista argentino Oscar Biscione llegó, junto a su pareja, al conocido risco chorrillano. El deportista había ganado el campeonato mundial de clavados y saltos ornamentales de Acapulco en 1971. Tras inspeccionar el lugar, el nadador se arrojó desde el arrecife de más de doce metros de altura. Una demostración poco vista por esos años.

El salto lo hizo con una precisión increíble. Tras salir del mar, decidió realizar este acto nuevamente. De esta manera, volvió a saltar dos veces más; esta vez, realizando acrobacias en el aire. Es por eso que recibió la ovación de cientos de personas que estaban en el lugar. Esta fue la primera vez que se realizó una prueba de esa magnitud en nuestro país.

Luego de ello, el argentino declaró para el cronista de El Comercio. “No tenía miedo a la altura ya que no era mucha, pero si a lo que había abajo. Sé que en este lugar cuando sube la marea hay metro y medio y cuando baja llega hasta los 40 centímetros”, señaló el nadador. El deportista había llegado a la capital limeña para trabajar en una empresa circense.

El reconocido campeón participó por cinco años consecutivos en el torneo mundial de clavadistas de Acapulco, en México. “Allí acuden los mejores saltadores. Solo el año pasado pude lograr el título”, dijo Biscione. El nadador también había asistido a campeonatos realizados en Asía, Europa y Norteamérica. Además, poseía el récord de salto en piscina de 30 metros de altura.

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