El 13 de noviembre de 1966 se vivió en el Perú un desborde de civismo cuando más de 2 millones de electores acudieron a las urnas para elegir a 1,662 alcaldes y tres diputados.
El sábado previo a las Elecciones Municipales y Complementarias, El Comercio publicó la relación actualizada de mesas de votación en la capital. Así ayudó a los vecinos del recién creado distrito de Jesús María y a los electores cuyo centro de votación había sido cambiado debido al sismo del 17 de octubre de aquel año.
Unos 30 mil miembros de mesa fueron elegidos a través de un sorteo. De ellos unos 1,200 pidieron dispensa por ser mayores de 60 años o tener problemas de salud.
Aquel domingo fueron instaladas unas 15,000 mesas de sufragio donde no faltó tinta indeleble, tampones, lapiceros, cédulas de votación y formularios. Unas 1,082 de ellas funcionaron en el Cercado de Lima, entre ellas la número 12,474 presidida por don Luis Miró Quesada de la Guerra, ex alcalde de Lima (1916-1918), director de El Comercio y, por sobre todo cargo, un ciudadano que a sus 86 años estaba comprometido con su deber cívico.
La votación se inició a partir de las 8:30 a.m. Muchos limeños madrugaron para ser los primeros en votar; mientras que otros esperaron los últimos minutos antes del cierre de las mesas de sufragio.
La libreta electoral, el número de mesa, la tinta indeleble y el “dónde queda” fueron las frases más repetidas durante ese domingo en todo el Perú. Una de las escenas pintorescas fue la de los electores tratando de borrar la tinta roja del dedo medio.
La ley seca fue burlada por algunos electores en los distritos de Barrios Altos, La Victoria, Rímac, Breña y San Martín de Porres. A hurtadillas en bares y restaurantes se vendió licor a precio recargado y en tazas de café o envases de gaseosas.
El conteo de votos se realizó de forma ordenada y rápida gracias a la buena capacitación que recibieron los miembros de mesa. A las 8:30 p.m. ya habían sido entregadas unas 2,700 ánforas, notándose una cola de casi dos kilómetros para entregar más. Alrededor de las 2 a.m. se terminó la recepción de las mismas. El ganador de aquella jornada electoral en Lima sería Luis Bedoya Reyes, quien así era reelegido en el cargo.
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