Otra razón para comer saludable durante el embarazo
Investigadores clínicos del Hospital de Niňos Doernbecher de la Universidad de Medicina y Ciencia de Oregon revelaron recientemente que la obesidad y el consumo de una dieta con alto contenido de grasa durante el embarazo afecta las células madres hematopoiéticas fetales.
Estas son las células responsables de crear y mantener las células de la sangre y el sistema de defensa contra las infecciones. Estos hallazgos fueron publicados en noviembre en la revista “Molecular Metabolism”.
Estudios previos han mostrado que la obesidad materna y el consumo de una alimentación con alto contenido de grasa contribuyen con el desarrollo de defectos reproductivos, restringen el crecimiento del feto, alteran el desarrollo cerebral y causan anormalidades cardíacas. Sin embargo, se desconoce su impacto en las células hematopoiéticas fetales en desarrollo.
A diferencia de otras células, las células madre hematopoiéticas son particularmente vulnerables a cambios nutricionales en la etapa prenatal ya que su sobrevivencia depende fuertemente de la energía proveniente del consumo de carbohidratos y grasas presentes en la dieta materna.
Estas células aparecen en las primeras semanas de la formación del embrión, y migran posteriormente al hígado del feto para expandirse antes de trasladarse a su destino final, la médula ósea.
Kamimae-Lanning y coolaboradores evaluaron el impacto de una dieta muy similar a la dieta occidental (alto contenido de grasas, sal y azúcares simples) consumida en la actualidad por muchas mujeres en edad de procrear. Ellos reportaron que la obesidad materna y el consumo de una dieta con alto contenido de grasa durante el embarazo alteran la expansión, desarrollo así como la diferenciación de las células hematopoiéticas fetales en linfocitos B, linfocitos T y células mieloides, las células responsables de la respuesta inmune.
Estos hallazgos fueron demostrados en modelos de ratones y resaltan la importancia de una dieta apropiada durante el embarazo para asegurar un óptimo desarrollo del sistema inmune en el niňo en crecimiento, y reducir el riesgo de enfermedades inmunes o alérgicas futuras.