Santiago de Chile: pedalea entre viñedos, recorre una ciudad patrimonio y vive experiencias imperdibles
Imagina transitar en bicicleta entre las parras de uno de los viñedos más antiguos de Santiago de Chile. Respirar el dulzor de las vides maduras que crecen en pleno Valle del Maipo, mientras pedaleas al pie de la Cordillera de los Andes. Oír la historia de la tradición vitivinícola chilena en la voz de un guía especializado que, después de conducirte a una bodega subterránea, cierra la jornada con una interesante cata de vinos premium.
Una experiencia increíble que ha sido diseñada por Cousiño Macul para acercar a los visitantes a su pasión por los vinos. Esta bodega funciona desde 1856 en la misma ciudad de Santiago. Se trata de la única en Chile que todavía pertenece a la familia fundadora. Elabora vinos de 9 variedades de uva y ha sido elegida como Viña del Año 2023 por la Guía Descorchados.
En lo que va del recorrido hemos degustado, al menos, 5 variedades de vino y es momento de iniciar la cata guiada. En la tierra donde se produce el mejor Carmenere del mundo, es imposible dejar de probarlo. Thiago Dos Reis, guía de Cousiño Macul, asegura que beberlo “es como besar los labios de Dios”. Y no exagera.
En la cima de Santiago
Quien llega a Santiago no solo visita los viñedos y las bodegas. También sube al cerro San Cristóbal, el destino principal de la ciudad que recibe anualmente a 2 millones de visitantes, según informa Felipe Díaz, jefe del área comercial de Turistik, la operadora de los medios de transporte del cerro.
En 1923 se colocó la primera piedra del funicular histórico que abordamos en la estación Pío Nono para ascender a la cumbre del cerro San Cristóbal. Díaz comenta que este ascensor “opera desde 1925 y solo estuvo parado un par de años hasta que en el 2013, Turistik tomó la licitación (…) En el 2020 se renovaron los carros, que eran de madera, así como el sistema mecánico. Además, se reforzaron las estructuras de rodaje”.
Unos 7 minutos de viaje, con impresionantes vistas panorámicas de Santiago, y llegamos al café Tudor, el rooftop de los años 20 que ha reabierto después de más de 90 años. Probamos su característico chocolate caliente y subimos al santuario de la Inmaculada Concepción, ubicado en la cima.
Después de ver la capital chilena a nuestros pies, bajamos en un teleférico que muestra las dos caras de la ciudad en un viaje tranquilo por los cables. De un lado la zona más popular y del otro, los barrios más caros.
Justamente en una de las zonas más pudientes, llamada Providencia, se ha construido el Sky Costanera, un edificio de 300 metros de alto que es considerado el mirador más alto de Latinoamérica. Cada año recibe 600.000 visitantes, quienes llegan a los pisos 61 y 62 para obtener una vista espectacular de la ciudad. Imperdible.
Otra torre monumental es la del Marriott Santiago Hotel, edificación que ha sido -hasta el 2010- el edificio más alto de Chile. Está ubicado en Las Condes, junto al centro comercial Parque Arauco y el parque Bicentenario. Su atención es excelente y es pet friendly.
Viña del Mar más allá del Festival
Si durante el invierno, la parada obligada en Santiago de Chile es Valle Nevado, un centro de esquí y snowboard a una hora de esta metrópoli. En primavera y verano, no puedes dejar de ir a Viña del Mar, la ciudad que cada año celebra el Festival Internacional de la Canción. Evento programado del 25 de febrero al 1 de marzo del 2024 y que contará con artistas como Alejandro Sanz, Andrea Bocelli y Anitta.
Viña está situada a un par de horas de viaje en auto desde Santiago. Al llegar nos instalamos en el Sheraton Miramar, un hotel en medio del mar que es el favorito de los artistas que se presentan en el Festival. Las habitaciones, el restaurante y las piscinas gozan de una privilegiada vista al océano. Aunque, para mí, la mejor parte ha sido la sesión de masajes que brindan con un cargo adicional y la promesa de aliviar el estrés.
No te vayas sin conocer las playas de Concón, Las Salinas y Reñaca. La última está entre las más populares y bohemias del país. Además, es ideal para la práctica de deportes acuáticos y para salir de fiesta por bares y restaurantes exclusivos.
Valparaíso: patrimonio multicolor
Salimos en auto hacia la ciudad portuaria de Valparaíso, la vecina de Viña del Mar que Neruda eligió para construir La Sebastiana, una de sus tres casas en Chile. Es una tarde primaveral perfecta para caminar sin tanto calor, subir a los cerros por medio de los funiculares del siglo XIX y descubrir el corazón de esta ciudad patrimonio.
Tras un paseo por la plaza Sotomayor abordamos el ascensor El Peral, una reliquia que funciona desde 1901. Desde lo alto del cerro observamos un sinfín de casas de color pastel y calles repletas de arte callejero, que componen una pintoresca postal de “Valpo”, como lo llaman los locales.
Te sugiero contratar un guía oficial para recorrer la ciudad donde el poeta Pablo Neruda se refugiaba para escapar de la vorágine citadina, despertar la creatividad y, como él mismo decía: “vivir y escribir tranquilo”.
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