¿Qué hacer en Cusco cuando llueve?
En mi último viaje a Cusco, por Año Nuevo, aproveché para quedarme un par de días extra. Como no era mi primera vez en el destino y llovía, evité hacer las actividades tradicionales y al aire libre. En su lugar, opté por los planes indoor, que te muestran el lado B de la Imperial. Desde talleres de pintura hasta sesiones de spa, conoce lo que puedes hacer en Cusco cuando llueve.
1. Elabora una máscara de Paucartambo
En Hanaq Wasi, una casa de campo ubicada en Tipón (a cuarenta minutos de la ciudad de Cusco), Marlene Pacheco y su hijo Diego ofrecen un taller privado que te permite sacar tu lado creativo y experimentar la labor de un mascarero cusqueño.
Por si no lo sabes, la elaboración de las máscaras de Paucartambo es una actividad declarada Patrimonio Cultural de la Nación desde el 2018. Cada pieza es elaborada con técnicas heredadas de antiguas generaciones y representan a los personajes que veneran a la Virgen del Carmen durante su fiesta, que se celebra en julio.
Con paciencia y buenas técnicas, Marlene guía a los visitantes en la preparación del yeso, el amasado y el pintado de piezas. La jornada dura dos horas, en la que puedes replicar las expresiones de los personajes que danzan para la Mamacha Carmen o plasmar tu propio diseño. Al final, te llevas tu máscara como recuerdo de viaje.
2. Pinta toritos interactivos
A media cuadra de la Plaza de Armas, en calle Suecia, acaba de abrir la galería de Totemiq Experience, una propuesta de la artista cusqueña, Berenice Díaz, que busca poner en valor el arte popular en Cusco.
Ella ha diseñado diferentes experiencias como el taller de toritos de Pucará que te enseña 4 técnicas artísticas: el dorado colonial cusqueño, que se trabaja con láminas de bronce, aluminio y cobre, así como las técnicas de pintura acrílica, collage y realidad aumentada.
“Traemos los toritos de Pucará, en Puno. Trabajamos directamente con los artesanos locales, a quienes les brindamos oportunidades de comercio justo”, señala Díaz mientras seguimos el paso a paso de la decoración de estas piezas que son un emblema de la sierra peruana.
Lo más curioso del proceso es que, después del pintado, se eligen las piezas de realidad aumentada que la artista ha impreso para intervenir las obras. Se pegan con cola y, con la ayuda de una aplicación, puedes tener una experiencia interactiva.
3. Toma clases de cocina
Llega la hora del almuerzo y no encuentro nada mejor que la clase de cocina con ingredientes autóctonos del JW Marriott El Convento Cusco. La dicta el chef, Boris Aedo, quien me guía en la preparación de un ceviche de trucha que, a su vez, es un viaje por la historia de nuestra gastronomía.
“Aunque el ceviche se prepara en toda Latinoamérica, el Perú es el lugar donde se hizo por primera vez. Es una receta preinca que nació en La Libertad, donde los moches mezclaron ingredientes marinos, zumo tumbo y ají mochero”, explica Aedo.
Otra clase interesante es la de Pisco Sour, que se dicta todos los días a las 5 p.m. en la barra del restaurante Qespi. Una sesión donde mixólogos expertos brindan sus mejores consejos y datos sobre nuestra bebida de bandera. Cabe indicar que los huéspedes tienen incluidas ambas actividades. Pero si no te hospedas en el hotel, también puedes participar previa reserva y pago.
4. Descubre un bar oculto
The Library es el primer speakeasy de Cusco. Abrió en el mes de julio y está inspirado en los bares clandestinos neoyorquinos de los años 30, los cuales funcionaban detrás de un negocio legal, cuando estaba prohibido el consumo de alcohol en Estados Unidos.
La experiencia está llena de misterios. Es necesario reservar, pues en ese momento te dan la ubicación y el código que debes indicar en la recepción. Se abren las puertas del bar y encuentras un pequeño salón, con iluminación misteriosa y decorado con libros y páginas antiguas.
Su carta está compuesta por cinco clásicos, como el New York Sour o el Manhattan, y cócteles que llevan los nombres de escritores como Ernest Hemingway o Truman Capote. El precio promedio por copa es de S/40. Si bien se puede visitar todo el año, este bar resulta un buen plan en Cusco cuando llueve.
5. Engríete con un masaje y un circuito termal de lujo
¿Acaso hay algo mejor que una visita al spa después de una semana estresante? Aprovecha tu viaje a Cusco en esta temporada para desconectarte y refugiarte en el spa del JW Marriott El Convento Cusco, un espacio equipado con un circuito termal que promete acabar con el estrés. Empiezo en el sauna de vapor, sigo a la bañera de hidromasajes, las duchas de cromoterapia y finalmente, la piscina con temperatura regulada de la que no me quiero ir.
Durante mi estadía también tomé una exfoliación y un masaje relajante. Desde el ingreso al spa, el ambiente con luz tenue y silencio casi absoluto me lleva a un viaje de sosiego. Me coloco una bata, unas pantuflas y elijo entre un menú de esencias andinas que usan en los tratamientos corporales personalizados.
Hay lavanda, jazmín y 31 hierbas. Elijo la última que incluye eucalipto, romero y coca. “Es buena para el mal de altura y para descongestionar las vías respiratorias”, me dice Magna Mamani, terapeuta del spa del JW Marriott El Convento Cusco. Ella se encarga de mi sesión que inicia con el sonido de los palos de lluvia, sigue con un masaje exfoliante y cierra con otro relajante que me ayuda a dormir mejor que nunca.
¿Ya te convenciste de viajar a Cusco cuando llueve? Pásale este post a quien todavía no se anima y no olvides seguirme en las redes para más datos viajeros:
Instagram: @checklistviajero
Facebook: @ChecklistViajero
Youtube: www.youtube.com/c/ChecklistViajero