¡Yo amo a mi mami!
Por: María Fernanda Reusche Orozco
Corresponsal Colegio Montessori – Piura
Quisiera volver a ser una niña, para poder volver a jugar con las Barbies, para que me arrullen otra vez los brazos de mi madre, mientras me cuenta la más sutil de las historias.
Imagen: Felix Ingaruca Abad – El ComercioElevando una plegaria de agradecimiento a Dios por las personas asistentes, la directora del nivel inicial del colegio María Montessori, señora Cecilia Elías de Gulman dio inicio a la ceremonia por el Día de la Madre que habían preparado los más pequeños del plantel. Fue un espectáculo lleno de algarabía, sonrisas infantiles y el entusiasmo de las madres que compitieron en concursos de carreras, salto de vallas y muchos otros más. Esto ocurrió el viernes 8 de mayo en las instalaciones del nivel inicial del Colegio María Montessori. Escuchaba en la parte posterior, los ecos que algunas que gritaban: ¡No se sorprendan, porque mi hijo va a ganar!, ¡Como mi Pablo no hay ninguno! o quizás, ¡No tengas miedo, hijito, pues yo voy a estar contigo! Me senté al costado de una madre con un bebé entre sus brazos. Cuando su niño concursaba, sus ojos se llenaban de lágrimas, lágrimas de alegría y orgullo; y lo alentaba con un “Tú puedes, hijo, tu puedes”.
Todas las profesoras se veían airosas, como también las madres o hijas que eran. Logré divisar a la miss Lourdes, la mamá de mi mejor amiga, quien jugaba como la niña que llevaba en su interior. Los pequeños deseaban tomarse fotos de recuerdo con sus madres, entregarles el regalo hecho por ellos –aquél que con tanto cariño las profesoras habían preparado con los pequeñines- que insinuaba abiertamente ese original e inocente amor que solo puede albergar el corazón de un niño. Una lágrima furtiva vi brotar de los ojos de una joven madre al ver a su pequeña recitar una poesía, se la había aprendido de memoria, su cara estaba en medio de veinte rostros, pero sus ojos solo la miraban a ella, únicamente a ella.
Cuando abandoné el asiento desde el cual cubría el evento, miré a mi alrededor una y otra vez, y supe que nunca olvidaría esos momentos, ni todo aquello que logré vivir y sentir.