Simplemente felices fiestas
Para muchos de nosotros, desde que empezó este mes, empezó también el espíritu navideño. En mi caso, este espíritu se refleja en todos y cada uno de los días que me toca vivir al lado de mi familia, mis amigos, mis colegas, los pacientes, es decir, de todas las personas que me rodean. Sin embargo, al margen de tanto despliegue publicitario y comercial y fuera de reuniones, celebraciones, despedidas, ágapes y congestión vehicular, no se me escapa la sensación de que todos en nuestro corazón vamos cargados de una enmarañada red sentimientos (felicidad, alegría, nostalgia y hasta tristeza) que en otras épocas del año no sentimos con la misma intensidad. Es que así es la Navidad, una fiesta verdaderamente de amor y ternura. En esta época del año, las personas nos sentimos más abiertas hacia los demás, más dispuestos a ayudarnos y apoyarnos unos a otros dejando de lado muchas otras cosas.Hace unos días tuve que afrontar un momento muy difícil, pues, repentinamente, la hija de un amigo presentó una enfermedad muy rara, de esas que a veces solo se describen en los libros y que cuando las lees, te preguntas si alguna vez las verás y piensas que más fácil que nuestra selección clasifique a un mundial a que te toque algún caso de esos. Lo cierto es que esta vez me tocó vivir una situación así (aunque la verdad, no creo que lleguemos al mundial), sin embargo, entre la agitación de las pruebas, los diagnósticos, la incertidumbre de saber cómo evolucionará, el tratamiento y las explicaciones a la familia, hubo un momento en que mi amigo y yo nos quedamos conversando sobre algo que me dijo: “qué importante es sentirse respaldado y acompañado, sobre todo en momentos como este. No sabes el valor que tiene para nosotros el que ustedes los médicos, mis amigos y mi familia estén con nosotros”. La verdad es que me quedé pensando en esto y recién sentí algo que debe resumir los actos de las personas y es lo que nos diferencia de ser solo individuos: la capacidad de ayudar, el altruismo y la solidaridad, estas grandes virtudes de las que algunos seres humanos adolecen mientras que a otros les sobran.
Por eso es que esta entrega nada tiene que hacer con un tema médico. No tiene nada que hacer con alguna enfermedad física, aunque de alguna manera tiene que ver con el bienestar en nuestros corazones, nuestro espíritu y nuestra alma, considerando que ese bienestar es parte de nuestra salud. Hago propicia la ocasión para desearles una feliz Navidad.
José Recoba
*Estimados lectores: Desde el 16 de junio del 2008, el autor del blog “Cuida tu salud” es el doctor Elmer Huerta. Este post escrito por José Recoba seguirá en línea pero sin opción de dejar comentarios.