Sí me simpatizas
ESTE ES UN HOMENAJE Y UN RECLAMO PORQUE NUNCA DEBISTE IRTE… NUNCA
Me simpatizas porque también disfracé mi inseguridad de niño solitario con un juguete enorme y superior. Me simpatizas porque de alguna manera empatamos en el síndrome del padre ausente. Tú papi viejo (porque Jirafales es tu papi nuevo) descansa en pez (se lo tragó un tiburón) mientras que el mío viajaba tanto que algún día lo imaginé perdido en algún mar abierto. También presumí de un carro más grande que otros, también desesperaba con mi desfile de preguntas. Tú, niño engreído, tesoro de tu madre, esperaste que pasen algunos años para crecer, hacerte más rebelde e irte para no volver. Fíjate, fíjate, que hasta en esos nos parecemos. ¿Qué cosas? ¿no?Siento que te arrebataste porque te diste cuenta que nunca te iban a dar tu pelota cuadrada. Porque viste cómo eran las cosas en la vecindad del Chavo del Ocho y algo no te gustó. Porque eras el más inocente y cuando te curaron con una dosis de realidad preferiste salir de escena. Querido Quico, acabo de recibir un correo electrónico (no me preguntes qué es eso) y creo que muy pronto voy a conocerte. No sé si me alcance el tiempo para cerrar una entrevista pero me daré el gusto de saber ¿por qué lo hiciste? Si todo estaba bien, ¿por qué no te quedaste un tantito más?
Tú, Carlos Villagrán ‘Pirolo’, eres un maestro y me sobrará el aliento para decirlo y pedirte una foto que será por mucho tiempo mi imagen de Facebook, Twitter, Messenger y demás. Te cuento que yo somatizo, es decir, acumulo emociones y las dosifico o las entrego como lluvia sensorial cada cambio de estación. Para los que son como yo existe el momento extremo y la falsa muerte. Dentro de menos de 10 días moriré como lo hice el año pasado con tu ex amigo Chespirito, como lo repetí con Calamaro y como casi lo hago con Bunbury. Ojalá esta vez sí pueda, ojalá que el próximo no sea un relato de deudas sino de hazañas consumadas. Vamos Quico, anda di que sí.
Veo el comercial y aparece que es una gira de despedida. Que si no te ven esta vez, pues nunca más. ¿Vendrás de azul marinerito? ¿Vendrás con tu enorme balón y tus medias amarillas? Te imagino en tu camerino diciendo “¿de parte de quién?” cuando alguien de tu staff te mencione a un entrevistador emocionado que espera “allá afuera”. Me vas a simpatizar, si tengo que callarme para no desesperarte voy con mordaza. Anda ¿sí?
Así que como el año pasado busqué e intenté acercarme a Roberto Gómez Bolaños igual lo haré contigo. Ese correo se lee bien, hace posible que uno de mis sueños más delirantes se cumpla antes de Navidad: conocer a Quico y después salir bailando al son del “huesito, huesito… de chabacano”. Vamos a intentarlo y perseguirlo. Dale, Villagrán, no seas malo ‘Pirolo’. Será muy difícil que estés en Lima y que este admirador-periodista-bloggero dé la media vuelta diciendo “me doy”. No hay forma.
Seguro me contarás que esa separación del grupo que grababa El Chavo del Ocho fue simplemente una pelea de egos donde nadie cedía, donde el más grande siempre era uno mismo. Por plata, por una mujer, por el protagónico, no lo sé. Te fuiste y se acabó la mejor serie cómica de todos los tiempos en habla hispana. Eso es algo que, aunque pasen los años, será muy difícil perdonarte (así la culpa no haya sido tuya).
La próxima semana llegarás a Lima por última vez y aquí nos seguimos alistando para ese encuentro con el primer “claun” latinoamericano. Lo siento pero yo te miro y veo que haces del absurdo un método. Recuerdo la exitosa seria Pataclaun y creo que todos tienen algo de Quico. Te faltó la nariz roja y listo. Pero, con el respeto del buen Patch Adams, tú no la necesitabas, genio.
Mi sueño de niño siempre fue juntar a Quico con el Chavo por última vez. Que se amisten como en ese capítulo de Navidad y yo volver a llorar mientras veo eso. Eso nunca pasará. Hay que despedirlos por separado y esta vez le toca al marinerito, al que llegó tarde a la repartición de cerebros, al cachetes de marrana flaca.
Hace una semana jugaba con mi sobrino Alonso, de cuatro años, y pasaron la propaganda de Quico en Lima. Alonso señalaba y decía muy alegre “Quico, Quico”. Me encontré esa vez con el niño que te miraba sentado solo, en su sillón rojo antes que lleguen papá y mamá. Claro que iré con él a verte en esta última visita pero Alonso no sabrá que te despides porque está muy chiquito para entenderlo. Quizá de grande alguien le cuente qué pasó. Quizá allí él comprenda que el traje de marinerito ya no te quedaba o quizá sea como yo, que siendo adulto aún hago berrinches de niño, y cierro mis oídos y mis ojos, para no leer, escuchar o recordar que la vecindad cerró su enorme portón de madera el día que Quico se peleó con el Chavo para siempre.
¿Cuál es tu principal recuerdo con el gran Quico? ¿Qué otros personajes de Carlos Villagrán llegan a tu mente? ¿Tu capítulo favorito o escena favorita de Quico en el Chavo? ¿A quién le da la razón en este duelo eterno entre el Chavo y Quico?
La palabra es de ustedes
[Tenemos cinco pases dobles para el show de Quico en Lima. Dos ya están reservados para los mejores comentarios del post anterior. Vamos apuren que el comentario 10.000 está cada vez más cerca. VAMOS TODAVÍA]
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Aquí hay un mix con los mejores momentos de Quico en el Chavo. La escena de las Aguas Frescas no tiene precio]
[El capítulo de los dibujos. Es genial y con Quico muy inspirado]
[Quico en las clases de guitarra, uno de los mejores capítulos del Chavo]
[La última escena de Quico en la vecindad del Chavo: escuchen cuando dice saliéndose del guión "qué harán sin mí, qué harán sin mí"]
EL NOSTÁLGICO DE LA SEMANA
[Más de Camilo Sesto que ya se viene. Esta es una de mis favoritas "Piel de Ángel". Sobre todo por esta parte "somos conversación predilecta de gente que se cree perfecta". A escondidas como un cobarde]
LO MÁS CURSI
[Ahora que está apareciendo nuevamente seguido en televisión: Jean Paul Strauss. Háganme recordar si esta canción ya la puse más. Si es figura repetida, perdonen, pero como dice esta canción: "de todas las nostalgias, la mía es la más grande"]