¿Messi en Ayacucho?
En el fútbol, cuando un jugador se lesiona, es reemplazado por otro. En este caso, tuvimos que cambiar la combi que nos trasladaba por un pequeño carro compacto, un Kia Picanto. A este nuevo miembro del equipo lo hemos apodado “el Messi”, debido a su velocidad, ‘dribbling’ y –por supuesto– en honor a la máxima estrella de la selección argentina.
Aunque no es tan espacioso como nuestra “lesionada” combi, las ganas de llegar al Mundial Brasil 2014 están intactas. Así llegamos hasta Cusco, en un camino un poco difícil de recorrer, pero que nos dejó increíbles postales e historias fascinantes que les cuento a continuación.
En Pampa Galeras, Ayacucho, nos llevamos una inesperada sorpresa: nos cruzamos con unas vicuñas a las que tratamos de no asustar con el ruido del carro, y a las que queríamos fotografiar sin saber cómo. Entonces pensé: ¿cómo podría captar su belleza sin asustarlas? De pronto se me vino la idea de hacerlo desde el sunroof del carro.
Después de un largo rato, con el viento en el rostro y algunas dificultades, pude captar unas bellas fotografías. Estos hermosos animales se acostumbraron a nuestra presencia y pudimos verlas correr por los campos abiertos. Les recomiendo que si tienen un tiempo, vengan y paren aquí para que sientan su magia y ver lo felices que son al sentirse libres.
Ya por Lucanas, viví una de las experiencias más hermosas de mi vida. A más de 3,400 metros de altura, mi compañero y yo vimos algo muy curioso: un partido entre niñas, algo que normalmente uno no está acostumbrado a presenciar, pero que se convertía en el marco perfecto en nuestra travesía hacia Brasil.
Decidimos parar y ofrecer un premio al equipo ganador. La “copa” sería unos polos con el logotipo del Mundial. El entrenador –que además hacía de árbitro– accedió, y dio inicio al encuentro. Debo confesar que me embargó la adrenalina, la garra y el espíritu en equipo con el que jugaban estas muchachas.
Por un momento, pensé: si nuestra selección jugara así, de repente estaríamos en la Copa del Mundo. Justo en ese preciso instante, apareció una goleadora de aquellas que, al mismo estilo de Neymar, le dio un remate al balón y metió el gol del triunfo para su equipo.
Así pasamos la noche en Abancay, Apurímac, donde conocimos a otro viajero: Manuel Seminario, un peregrino de la hoja de coca. Nuestro nuevo amigo anda por toda Latinoamérica promocionando y promoviendo las bondades de este insumo. Por casualidades de la vida, nos invitó a una ceremonia por el inicio del solsticio. En ella se le hace una ofrenda al sol. Vivimos esta emocionante experiencia y nos reencontramos con la cultura de nuestros antepasados.
Continuando con nuestro recorrido, nos dirigimos al distrito de Curahuasi, un valle ubicado al norte de Abancay y conocido por sus verdes praderas. Fue la última parada antes de llegar a Cusco, donde decidimos parar y descansar un día entero para poder recuperar energías y seguir con nuestra loca travesía.
El siguiente paso es arribar a Puerto Maldonado y cruzar la frontera para alcanzar el objetivo de llegar al Mundial Brasil 2014. ¡Ya les cuento cómo vamos!