Doro Pesch: icono total del metal en Perú
Doro Pesch es más que una cantante de heavy metal; es un icono de nuestra cultura. Siempre se ha destacado que fue la primera mujer en escalar tan alto dentro de las cimas del metal, normalmente monopolizadas por hombres. Yo no creo que ser mujer de éxito en el metal sea su mayor mérito, en ese caso su importancia sería solo circunstancial. Yo prefiero valorar su trabajo como artista de heavy metal de pleno derecho.
Dorothee Pesch comenzó su carrera en su natal Düsseldorf con la banda Snakebite en los primeros años 80, muy influida por la NWOBHM. Luego pasó a uno de los grupos más emblemáticos y efimeramente exitosos de le escena alemana, los Warlock. Con ellos, su estilo se aceró más y se hizo más fuerte. Sobre todo los dos discos iniciales, el Burning the Witches (1984, qué tal año) y el Hellbound (1985) que la llevaron a tocar con grandes nombres como Judas Priest y los ascendentes Metallica en su tour europeo. Discos en los que cada tema exudaa una brillantez y metalicidad apabullantes, sobre todo el primero. De aquella época nos ha quedado registrado el concierto en el Camden Palace de Londres en septiembre de 1985, lleno de vibrante fuerza y energía speedicas, testimonio de un movimiento metal joven y en plena expansión. Además es el momento de ver a una veiteañera Doro, guapa y hasta inocente, de repente catapultada al lugar de una estrella del rock/metal.
La estrella de Warlock aún brilló un poco más, por un par de discos, Triumph and Agony (1986) y True as Steel (1987) que son la fuente de sus temas más emblemáticos, Metal Tango, Für Immer y All we Are, himnos clásicos, pero para nada sus mejores canciones. Poco a poco, debido a fricciones con el manager, las pocas ganancias que recibían, pese al éxito masivo (fue la primera banda de heavy metal alemana en tocar en Monster of Rock), así como el creciente interés de los medios en Doro, por el mero hecho de ser mujer (ella tuvo muchos problemas con el management acerca de la imagen que querían que ella proyecte, al estilo de Lita Ford, algo que ella no terminaba de aceptar), llevaron a la banda al desgaste. Los músicos no pudieron seguir adelante con el nombre de Warlock, debido a que perdieron los derechos y solo Doro, independizándose artísticamente y aprovechando la atención ganada, continuó con su carrera.
Comenzaban los 90 y el mundo parecía del metal. Todas las corrientes estaban en auge y los grandes medios se abrían a bandas no solo de glam, sino de speed/thrash y power metal (en el viejo sentido de la expresión, no el power melódico de hoy) y hasta el death alcanzaba un nivel de mediana difusión. Lanzó entonces Force Majeure (1989) y Doro (1990) que tuvieron bastante éxito de crítica y comercial. El video Unholy Love del útlimo disco fue de una inversión mayor y tuvo mucha rotación en la MTV, en el programa dirigido por Ratchman en esos años, Headbanger’s Ball.
Sin embargo, en 1992 apareció el rock alternativo, o lo crearon los medios, escojan ustedes, y todo lo que sonaba a metal comenzó a ser repudiado. Curiosamente sus primeras víctimas fueron el glam y el thrash, dos enemigos históricos fueron despachados con la misma celeridad por las hordas vestidas con camisas a cuadros desabrochadas, chancabuques y melenas desarregladas. Doro se enfrentó repentinamente a un mundo hostil, en el que solo parecía tener lugar para el metal al estilo de Pantera.
Trató con un disco como True at Heart o Angels Never Die, pero, así como los subsiguientes, pasaron casi desapercibidos. Se recuerda con especial decepción el Machine II Machine, un trabajo de claras huellas industriales, que sin embargo no es ineficaz. Tiene un buen puñado de temas, que con los arreglos adecuados sería bastante resultón.
El siglo XXI le dio a Doro una nueva oportunidad y el mundo estuvo abierto nuevamente a su sonido más rock ‘n’ heavy en los discos Calling the Wild(2000) y Fight (2002), trabajos en los que aún hay rastros de sus aventuras industriales, y que tuvieron una mejor acogida. Pero es Classic Diamonds (2004), con el acopañamiento de instrumentos de música clásica en nuevas versiones de sus temas más emblemáticos, el que la puso otra vez de lleno en el centro del panorama metálico.
Warrior Soul (2006), Fear No Evil (2009) y Rise your Fist (2012) son trabajos más típicos e incluso cercanos a su etapa intermedia con Warlock. Han recibido por ello, quizás, más atención metálica sobre todo de los fans clásicos. Sin embargo la vigencia de Doro se basa ante todo en su constante devoción a su carrera artística y a sus fans. La actividad conciertística y discográfica de Doro es enorme. Periódicos DVD con conciertos por sus 20 o 25 años la han mantenido en el ojo público. Sus campañas con la boxeadora Regina Halmich o a comienzos de siglo su trabajo de cuerpos pintados acompañado de cuervos, han sido formas de seguir estando vigente en el mundo del metal, sin contar las numerosos colaboraciones con artistas clásicos como Biff Byford (Saxon), Udo o post clásicos como Tarja Turunnen.
Esto claro ha traído como consecuencia que Doro no haya formado familia ni tenga pareja, al menos no oficialmente (se la ha relacionado sentimentalmente con Lemmy, Gene simmons y Dave Mustaine, salvo en el último caso, todo parece pura habladuría) y con frecuencia ha declarado que su familia somos los fans; y sus hijos, los discos. Ok
Así que la llegada de una artista tan comprometida con el heavy metal y su cultura, es una oportunidad imperdible de reafirmar por qué somos headbangers. La noche del 4 además estarán por el Perú El Loco Cervantes y la joven agrupación Mandragora, en la que hay una cantante, Fátima ‘NattHammer’. Así que a celebrar la igualdad de género en el metal, pero sobre todo a celebrar una vida entregada al metal. La cita es Céntrica.
Impresionante show de WArlock en el el Camden Palace en 1985