Los colegios que han dejado huellas
El día de volver a las aulas escolares ha llegado. Algunos con más emoción que otros se alistan para su primer día de clases. Sin embargo, para quienes ya dejamos hace mucho tiempo aquellas aulas, esta fecha casi siempre nos llena de nostalgia, nos hace evocar viejos momentos, algunos buenos, otros malos, pero todos imborrables. A través de estas líneas haremos un breve recorrido por los colegios “emblemáticos” de Lima, los cuales seguramente comparten su historia con más de un peruano.
Los nombres de grandes personalidades en sus fachadas no pasan desapercibidos, y sus alumnos tampoco. Fue durante el “ochenio” de Manuel A. Odría (1948-1956) que se construyeron las Grandes Unidades Escolares. La idea era parte del Plan Mendoza, una reforma educativa del año 1950, que sirvió como solución al elevado numero de población escolar que se registró en la capital, debido al crecimiento poblacional de esos años.
El Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, el que albergaba a una gran cantidad de escolares, creó una serie de anexos para atender a todos, estos se convirtieron más tarde en grandes unidades escolares. Fue el gran despegue y masificación de la educación pública en el país.
Uno de los primeros fue la GUE Alfonso Ugarte, con su lema “Voluntad, Disciplina y Acción”. No obstante, este colegio ya había sido fundado el 2 de junio de 1927 y funcionó en la avenida Abancay hasta el año 1951. Un año después, se trasladó al actual local del distrito de San Isidro, constituyéndose en Gran Unidad Escolar.
Luego aparecería la GUE Melitón Carvajal, el cual con el paso del tiempo, sobre todo a partir de los años 90, se convirtió en el “archirival” del Alfonso Ugarte, ya sea por el control de la ”zona” o por la “amistad” de alguna compañera de estudios. El desquite era obligatorio, y la parte trasera de un bus era el mejor lugar para arreglar los problemas.
La misma historia se repitió entre los alumnos de chompa color celeste y pantalón azul marino, los guadalupanos, y los de la GUE Mariano Melgar de Breña, esta vez la disputa sería, como dicen algunos ex alumnos, por las señoritas del colegio Rosa de Santa María. Pero estos colegios no solo tienen estas historias, dentro de sus aulas se forjaron grandes personajes y un ejemplo de ello es el Primer Colegio Nacional, Nuestra Señora de Guadalupe, fundado el 14 de noviembre de 1840, un año después de la fundación del diario Decano.
Rumbo a los 170 años, este histórico colegio es el alma máter de presidentes, poetas, intelectuales, políticos, héroes y personajes ilustres desde Miguel Grau, Leoncio Prado, Melitón Carvajal, Augusto Salazar Bondy, Daniel Alcides Carrión, hasta el ex alcalde Alberto Andrade y el periodista Guillermo Thorndike. El colegio Alfonso Ugarte también tuvo en sus aulas a personalidades, hoy no tan gratas, como el ex presidente Alberto Fujimori.
Los grandes colegios también tienen grandes ideas. Hacia los años 60, una de las anécdotas que acaparó titulares en los periódicos de la época fue el lanzamiento del cohete espacial del colegio Hipólito Unanue. Con una lora en su interior, los estudiantes lanzaron este cohete en conmemoración de su décimo tercer aniversario. Sin embargo, la experiencia solo causó la muerte del ave, sin éxito alguno.
Los colegios de señoritas no podían pasar desapercibidas, el Juana Alarco de Dammert, el primer colegio de mujeres de Miraflores; el Teresa González de Fanning, el Mercedes Cabello, el María Parado de Bellido y el Rosa de Santa María, por mencionar algunas, son las más representativas.
A mediados de los años 60, lo característico de ellas era el uniforme escolar: una boina en la cabeza, la falda azul oscuro debajo de la rodilla, una blusa blanca con cuello redondo, zapatos negros, pantis claras, la chompa gris o un saco con muchos botones. Algunas más coquetas que otras sabían lucir muy bien el atuendo. Años más tarde, cuentan que muchas de las disputas entre colegios serían precisamente por estas señoritas.
El tiempo está pasando la factura, las aulas y los estudiantes de estos colegios ya no son los mismos. Tal vez como respuesta a ello, el actual gobierno ha emprendido el Programa Nacional de Recuperación de las Instituciones Educativas Públicas Emblemáticas y Centenarias del país.
Sin embargo, nada nos asegura que cambiar una fachada mejore la calidad en nuestra educación. Nos quedamos en que todo tiempo pasado fue mejor, haga lo que se haga.
(María Fernández Arribasplata)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio