Kiko Ledgard: el señor extravagancia
El 23 de este mes se cumplen 15 años de la partida del legendario animador de televisión Kiko Ledgard. Su contagiosa alegría y sus locuras eran seguidas por miles de espectadores en el Perú y España. Este es un repaso de su vida.
A Kiko Ledgard nadie le enseñó a pararse frente a una cámara, sonreír y hacer locuras para cautivar a un público, cuya retina estaba acostumbrada a inicios de la televisión peruana a ver atildados conductores, de voces graves y perfecta dicción.
No estudió en ninguna escuela el arte de la simpatía, pero logró conquistar a ese implacable juez llamado “teleaudiencia”. ¿Cómo escribir con tristeza sobre Kiko si su desbordante personalidad y esa audacia para transformar la excentricidad, en un signo de distinción, lo convirtieron en el mejor animador de nuestra televisión?
Multifacético
El cuarto hijo del matrimonio de Carlos Ledgard Neuhaus y Maria Jiménez Correa, nació en Lima un 28 de noviembre de 1918 y creció en una casa de Miraflores rodeado de sus 5 hermanos, Sara, Walter, Carlos, Rodolfo y Reginald. Como la mayoría de los miembros de aquella familia, Kiko se habría criado en un ambiente en el que una sana libertad lo condujo por distintas disciplinas del arte y del deporte.
Fue quizá esta amplitud de pensamiento con la que fue creciendo la que hizo que se desempeñara en diversas actividades antes de llegar a la televisión, hay quienes sostienen que desarrolló 17 oficios diferentes, entre los que destacan su paso por la aerolínea BOAC, su labor como vendedor de IBM y sus gloriosas apariciones en los cuadriláteros de box.
Sin embargo, sería su trabajo de publicista en una conocida agencia el que llevaría a su extravagante personalidad por los linderos de la farándula, debutando en la década del 50 como locutor comercial de radio, antes de su triunfal inicio en la televisión.
Kiko televisivo
Siendo la televisión un escaparate ávido de personalidades espontáneas, no podía dejarlo escapar. Convencido por el publicista Jorge Álvarez, entra en los hogares peruanos un 1 setiembre de 1959, con “La pareja 6”, programa de concurso transmitido por canal 4, cuya dinámica ponía a prueba qué tanto se conocían las parejas que asistían al show auspiciado por una conocida marca de detergente; la misma que confiando en esa carismática locomotora que había resultado ser Ledgard, decide ampliar el espacio, transformando el programa en “La familia 6”.
El desenfadado animador iría dejando de lado el terno y la corbata que caracterizaban la sobriedad de sus colegas televisivos de esa época para movilizarse con sus juegos a distintos hogares de Lima, su éxito iba en aumento, por lo que el entonces canal 13 (hoy Panamericana Televisión), lo llevaría a sus filas.
Ya en su nueva casa televisiva y a sus 40 años, la chispa de Kiko fulguraba con mayor intensidad, por lo que le fueron encomendados espacios como “Villa Twist”, “Un Juego para Dos”, y el hasta hoy recordado “Haga negocio con Kiko”.
España y el fin
Tanto el régimen militar de la época como la necesidad de hacer vela al viento y encontrar nuevos puertos trasladaron al genial Ledgard durante la década del 70 hasta tierras ibéricas, es así que sus peculiares costumbres, como el usar calcetines de distintos colores al mismo tiempo, o más de un reloj de pulsera en aquellos brazos que parecían estar siempre poseídos por una inagotable energía, conquistaron a la teleaudiencia española.
Teniendo al productor español Narciso “Chicho” Ibáñez como el cerebro detrás de las cámaras y delante de ellas a un Kiko que al escuchar la voz de “al aire” parecía reinventarse a sí mismo con su fina excentricidad, “Un dos tres”, programa emitido por Televisión Española solo podía tener un resultado: el éxito.
El cariño del exigente público español lo mantuvo en Madrid hasta 1981, cuando el inquieto espíritu que habitaba en el animador lo trajo a Lima, sin sospechar que durante una conferencia de prensa en un hotel de San Isidro, uno de sus chispazos de locura haría cortocircuito al caer de un tercer piso, cuando una baranda en la que intentaba caminar haciendo equilibrio cedió por su peso.
Su buena estrella lo hizo sobrevivir al nefasto accidente, pero aquel golpe tan fuerte aquejaría su salud hasta el día de su muerte, ocurrida el 23 de abril de 1995. Sus apariciones en televisión se fueron haciendo esporádicas, quedando reservadas para alguna entrevista, en la que sorprendía a su interlocutor con alguna ocurrencia que sacaba hábilmente para demostrar que él seguía siendo el rey de esa mesa de juego, a veces ingrata, llamada televisión.
(Dick Cáceres Navarro)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio