La interminable gloria de ‘Néctar’
La historia del grupo ‘Néctar’ fue escrita quizás para llamar la atención de aquellos sectores del Perú que siempre dieron la espalda a esa música que representa la banda sonora de la vida de millones de peruanos, en la combi, en el mercado, o en sus casas. He aquí su historia en breves palabras, a cinco años del 13 de mayo del 2007, día del fatal accidente.
‘El Arbolito’ que acompaña a miles de peruanos, con sus acordes de guitarra que mezclan sabrosamente el festejo y la melancolía y su letra que habla de un adiós inevitable, puede ser el marco musical de la trayectoria y trágico final de los integrantes del grupo Néctar.
Los orígenes de este grupo se remontan a comienzos de los años ‘80, cuando Jhonny Orosco, cantante y líder de la banda, también era bajista de ‘Pintura Roja’, una de las agrupaciones de la época dorada de ese género musical.
El éxito meteórico y efímero alcanzado por ‘Pintura Roja’, entre 1983 y 1986, se fue esfumando a finales de esa década ochentera, lo que llevó a Jhonny Orosco a tierras argentinas.
Ya afincado en Buenos Aires, ciudad a la que Orosco llegó escapando del terrorismo, la crisis económica y la inestabilidad peruana, el ex ‘Pintura Roja’ no se resistió a seguir rindiéndole culto a los ritmos tropicales.
La capital porteña vio nacer el 24 de junio de 1995 a ‘Néctar’, el grupo musical que Jhonny fundara para poner a bailar a la creciente ola de fanáticos de la cumbia que había en tierras gauchas.
Aún cuando al principio Orosco tenía que alternar su rol de cantante con el de vendedor ambulante, no pasó mucho tiempo para que el esfuerzo rindiera sus primeros frutos. El año 2000 fue el año de ‘El Arbolito’, tema infaltable en toda ‘bailanta’ argentina, cuyo éxito llegó también a Perú y Bolivia.
Al éxito de este tema le siguieron el de otras canciones como ‘Pecadora’, ‘Ojitos hechiceros’ y Tú vives equivocada’, la gloria había llegado, y su fama hizo que Néctar iniciara giras por Estados Unidos, Europa y algunos países de América Latina.
El accidente
El sueño del grupo duró hasta la madrugada del 13 de mayo de 2007, cerca de las 2:30 am los ocho integrantes de la agrupación subieron a una combi conducida por el empresario Juan Alberto Murillo; salían de una magnífica presentación en ‘El Mágico’ y se dirigían a continuar la noche cumbiambera en ‘El Rey de la Sabrosura’.
Nunca llegarían a este último lugar, el vehículo en el que iban trató de rebasar por la derecha un auto Fiat, el cual también cambió de carril hacia la derecha tratando de darle paso; la temeraria maniobra propició el descarrilamiento de la combi que destrozó las vallas de un puente de la autopista 25 de mayo para caer estruendosamente y luego estallar, dejando completamente calcinados a los nueve integrantes de ‘Néctar’, su empresario y algunos amigos.
Lo que vendría después sería una serie de especulaciones sobre un supuesto crimen en contra de los cumbiamberos al no querer pagar cupos para actuar en Argentina y la asunción del grupo y aún más de su líder Jhonny Orosco al estatus de ídolos populares.
El regreso
El 8 de julio de 2007 los restos de Jhonny y Enrique Orosco, Miguel Porras, Ricardo Hinostroza, Pedro Saavedra, Juan Carlos Marchand, Daniel Cahuana, Pascual Rayme, Myriam Orillo y Óscar Orrillo Marín recibieron un colosal homenaje popular en la plaza de Acho, antes de ser enterrados.
Las condolencias llegaron hasta del entonces presidente de la República, Alan García Pérez, quien impuso sobre el grupo la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos.
Ante la multitud que bregaba por ver o tocar por última vez los restos de sus ídolos, se movilizaron unos 2.500 policías para acompañar el cortejo fúnebre hasta el cementerio de Huachipa en el que serían enterrados.
Con su muerte ‘Néctar’ le abría las puertas de la gran ciudad a la cumbia, dejaba de ser la música preferida de los cerros, para revelarse como una de las más grandes representantes de la identidad cultural peruana.
(Dick Cáceres Navarro)
Fotos: El Comercio/ Agencia