A un año de la extraña desaparición del avión de Malaysia Airlines
Tras 365 días de búsqueda, drama y especulación, permanece tras un velo de misterio el destino final del vuelo de la aerolínea estatal Malaysia Airlines, que dejó la capital malasia la madrugada del 8 de marzo del 2014 (hora del Asia), esperando un viaje tranquilo y de rutina hacia Pekín, itinerario que nunca pudo cumplir.
En un comunicado oficial, el 29 de enero de 2015 Malasia declara que el desaparecido vuelo MH370 sufrió un accidente, dando el caso por cerrado y abriendo la puerta para iniciarse el proceso de indemnizaciones. Sin embargo, el gobierno chino respondió inmediatamente diciendo que “Pekín tenía la disposición de encontrar el avión y los cuerpos de sus ocupantes”. Y es que en realidad, al no hallarse hasta el momento los restos del avión y los cuerpos de las víctimas, todo sigue siendo un misterio.
De los 239 pasajeros 153 eran chinos. La nave desapareció de los radares el sábado 8 de marzo de 2014, una hora después de despegar de Kuala Lumpur, Malasia, en una situación climática adversa, rumbo hacia Pekín, China. El avión, que partió exactamente a las 00:41 (11:41 a.m. del viernes 7 en Perú) debía llegar a su destino a las 06:30.
La versión oficial indica que el Boeing 777-200 desapareció de los radares 38 minutos después de despegar y que a bordo se desconectaron los sistemas de comunicación. También señala que un radar militar detectó el avión, que ya había cambiado de rumbo, dirigiéndose hacia el Océano Índico; y que un satélite recibió siete transmisiones de la aeronave hasta siete horas y media después del despegue. La aeronave desaparecida tenía 12 años de antigüedad y había sido fabricada en Estados Unidos.
¿Por qué el Boeing se desvió miles de kilómetros de su itinerario antes de perderse sobre el Océano Índico? Uno de los supuestos sugiere que “alguien” desconectó los sistemas de comunicación de la cabina y piloteó durante varias horas la nave sin rumbo fijo, hasta quemar la última gota de combustible. Pero existen otras hipótesis, como el secuestro o el suicidio de uno de los pilotos, posibilidades que vienen siendo evaluadas por los equipos de investigación. No se descarta tampoco que el Boeing sufriera un incendio o alguna falla técnica insuperable.
Todos pensaban que el hallazgo de los restos de la aeronave demoraría algunos días, pero empezaron a pasar las semanas sin ninguna novedad. Para el 18 de marzo la búsqueda contaba ya con la participación de 26 países. El 24 de marzo el primer ministro de Malasia anunció que de acuerdo a información obtenida en base a datos satelitales el vuelo había “caído en el sur del Océano Índico”.
Sentenció además que no había sobrevivientes, pegándole un tiro de gracia a las últimas esperanzas que tenían los abrumados familiares. Sin embargo, la presión de estos, al no tener pruebas concretas de la muerte de los ocupantes, y menos de los restos del avión, empujó a que la búsqueda no se detuviera. Las autoridades australianas se sumaron al operativo de rescate, pero dejaron en claro que buscar el avión en el lecho marino era como “tratar de encontrar una hormiga en una cancha de fútbol”.
Tras medio año de incertidumbre
A seis meses de la desaparición, el análisis de las comunicaciones entre el avión y una estación terrestre fortalecieron la idea que la nave giró al sur antes de lo previsto, y que ese cambio fue deliberado. Ya para octubre del 2014 rescatistas, exploradores, cartógrafos y oceanógrafos se habían sumado a las autoridades que llevaban a cabo el “barrido” por las inmensas áreas de mar. Aun así los resultados seguían siendo nulos.
El caso de los iraníes
Además de los 151 ciudadanos chinos, 50 malayos, y 34 de otras nacionalidades, se había detectado la presencia de dos iraníes, quienes habían usado pasaportes robados. También se ha planteado la probabilidad que el avión haya volado con todas las personas a bordo inconscientes por falta de oxígeno hasta quedarse sin combustible y caer sobre el océano.
Extraños antecedentes del piloto y copiloto
Las pesquisas han revelado que el comandante Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, tenía un simulador de vuelo en su casa y que había borrado datos del sistema. Por su parte, el primer oficial, copiloto Fariq Ab Hamid, había permitido que dos jóvenes viajaran con él en la cabina durante un vuelo en 2011, trasgrediendo las normas de seguridad de la compañía.
Juicios e indemnizaciones
Algunos parientes de las víctimas rechazaron la indemnización de 40.000 euros que les ofreció la empresa, pues según el Convenio de Montreal les correspondería unos 140.000 por cada víctima. Se presentaron varias demandas -civiles y penales- en China y Francia. En una de ellas un pasajero acusa a las autoridades malasias de negligencia por tardar en poner en marcha la búsqueda, no notificar que un radar militar había detectado fuera de su ruta al avión y porque dos pasajeros iban a bordo con pasaportes robados (los iraníes).
Cumplido un año del inexplicable desvanecimiento del enorme Boeing y sus ocupantes, entre los mares y los cielos del sudeste asiático y Australia, la única esperanza está en el enorme despliegue económico que están poniendo en juego chinos y australianos para resolver el misterio, y sobre todo, traer la paz de la verdad a los angustiados familiares de los pasajeros.
(Miguel García Medina)
Foto: Agencias
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