Obama y el banquero
Fotos: Xinhua
Esto fue lo que dijo Julio César ante el senado romano, allá por el año 47 a.C., para describir su exitosa gira por el Oriente que le permitió restablecer el orden en las fronteras de Asia Menor. Tras coronar a Cleopatra como reina de Egipto se sentía un conquistador selló su gran victoria en la expedita Batalla de Zela (actual Turquía)
Aquí un mapa de su gira asiática
“我来了, 我看见了,我赢了”
Esto es lo que no podrá volver a decir ningún presidente estadounidense ante el Senado de su país para describir su viaje a China. En el 2009 d.C., Barack Obama inició su primera gira asiática que incluyó Japón, Singapur, China y Corea del Sur.
Aquí un mapa de su gira asiática
En contraste con sus predecesores que pusieron en aprietos a los líderes chinos durante sus visitas de Estado, Obama cambió diametralmente el tono y lo moduló hasta uno conciliador y bajito….
¿Tanto, que nadie lo escuchó?La Cleopatra de esta historia es la descomunal deuda que EE.UU. ha contraído con China. El Reino del Centro tiene reservas de divisas por unos $2 billones. De esta fortuna, una parte son documentos de tesoro de EE.UU. valorados en unos $800.000 millones. Esta suma convierte a Beijing en el principal acreedor de Washington en plena crisis financiera mundial.
En palabras simplonas: China es un banquero y EE.UU. su cliente. El banquero “le ha prestado” al cliente nada menos que $800.000 millones. El cliente, que siempre se ha caracterizado por su solvencia económica, está atravesando por una crisis de liquidez. Si en estos momentos, el banquero exige que se le pague la deuda -completa, o en partes- al cliente no le queda otro camino que el harakiri financiero.
Y claro, el cliente no va a molestar al banquero, mucho menos cuando lo visita en su propia casa. Así que Obama se ha dedicado menos tiempo en exhortar a China (a seguir el modelo occidental, a abrirse política y económicamente) y más tiempo a darle garantías (que le va a pagar).
¿Pero acaso el banquero no tiene nada que perder?
Para el banquero, los $800.000 millones son mucho más que dinero. La inversión vale tanto por su monto real como por el poder que le otorga a China sobre EE.UU. y por ende, el mundo entero. Sin este escudo monetario de divisas billonarias, la ascensión de China como superpotencia podría detenerse o incluso, retroceder.
Si EE.UU. se ahoga en la crisis, arrastrará al fondo a otras economías que hasta ahora giran en torno a este país. Producto de este hundimiento, el comercio mundial también descenderá a las profundidades. Las olas no se tragarán a China (demasiado grande) pero es probable que quede a la deriva y sus tripulantes pidan cambiar al capitán por inepto. ¿Adiós al Partido Comunista Chino?
El banquero está perdiendo a su principal cliente. China necesita un mercado tan grande como el de EE.UU. y EE.UU. necesita un proveedor tan grande como China. De allí la desesperación de China por encontrar nuevos estantes para sus productos en otros rincones del planeta y con otros proveedores.
Moraleja:
Si el cliente le debe al banquero miles de dólares, el problema es del cliente.
Si el cliente le debe al banquero millones de dólares, el problema es del banquero.
Operación Seducción
Antes de la llegada de Obama, el diario oficialista China Daily publicó un editorial donde pedía que EE.UU. responda con algunas garantías como “Respetar la soberanía china y su integridad territorial”. Esto suponía, olvidar cualquier pretensión de discutir el modo en que China se ocupa del Tíbet y de Taiwán (La doble T).
Obama fue mucho más allá. Apenas llegó a Shanghai reconoció públicamente a China como la otra nueva “superpotencia”, algo que hasta el momento EE.UU. no hacía. Después se mostró conciliador en temas que China considera “no-negociables”: La doble T. Dijo enfáticamente que EE.UU. reconocía el principio de “Una sola China” (adiós, Taiwán), y que el Tibet era “parte integrante del territorio chino” (adiós Dalai Lama).
Así empezó la historia. ¿Cómo terminó? China obtuvo concesiones por parte de EE.UU. sin modificar ni un milímetro sus posiciones. Como prueba: la agenda bilateral:
DISEÑO: PCO
Hablemos de sexo libertad en Shanghai
EE.UU. pretendía que sea un diálogo participativo de tipo foro democrático entre Obama y los estudiantes chinos. China había seleccionado cuidadosamente al auditorio (todos miembros de la Liga de la Juventud Comunista) y revisado sus preguntas.
Obama habló sobre la libertad de expresión en la red y se pronunció contra la censura. China no transmitió el encuentro por cadena nacional ni a través de los populares portales de la red china.
Obama mencionó los derechos universales (libertad de expresión y oración, acceso libre a la información, participación política irrestricta). China detuvo o puso bajo arresto a activistas prodemocráticos y disidentes durante la visita.
EEUU colgó actualizaciones del evento en chino por Twitter y Facebook.
China tiene bloqueadas ambas plataformas dentro de su territorio aunque los bloggers chinos saben cómo saltar el Gran Cortafuegos o Muralla China de la censura.
Obama lanzó la “operación seducción”. Se mostró como un político relajado, expresivo, cercano y hasta de buen humor. China proyecta por la televisión local la imagen jerárquica de líderes adustos, distantes e inexpresivos, con excepción de Wen Jiabao.
El desencuentro Obama-Hu
Obama aceptó de entrada “la doble T” pero también subrayó que “los derechos universales deben estar disponibles para todos los seres humanos y todas las minorías”. Exhortó a la reanudación del diálogo entre China y representantes del Dalai Lama, tan pronto como sea posible. Hu ni lo miró.
A propósito del Dalai, la Casa Blanca le comunicó que Obama no se reuniría con él en octubre durante su estadía en Washington, ya que era una fecha muy próxima a la gira asiática del mandatario. Estrecharle la mano al Dalai irritaría a China. Todos los presidentes desde George HW Bush (papá) en adelante se han reunido en privado con el Premio Nobel de la Paz. En el 2007, George W. Bush (hijo) fue el primer presidente que le dio la bienvenida públicamente y le confirió la Medalla de Oro del Congreso en una ceremonia en el Capitolio.
Obama puso sobre la mesa la gran preocupación de su gobierno: El yuan. Pidió a Hu que permita la apreciación de su moneda acusada de causar desequilibrios económicos en todo el mundo. China no hizo la menor concesión sobre el yuan. De pie junto a Obama, Hu evitó mencionar el yuan o el dólar.
Hu también puso sobre la mesa la gran preocupación de su gobierno: El proteccionismo. Precisamente los nuevos aranceles estadounidenses sobre los productos chinos. Obama se limitó a firmar un documento en el que EE.UU. y China se comprometían a luchar en contra del proteccionismo. Pero no hubo ninguna precisión.
Obama remarcó que Irán deberá asumir las consecuencias de un bloqueo en la negociación sobre su programa nuclear y Hu recordó que China prefiere negociar en lugar de castigar.
China y EE.UU., los dos principales productores y consumidores de energía, y mayores emisores de gases contaminantes, anunciaron un acuerdo de cooperación sobre el medio ambiente que tenga “un efecto operacional inmediato” dijo Obama. Hu explicó que dependerá de las “responsabilidades” y “capacidades de cada uno”. El acuerdo se perdió en la nebulosa.
Los carismáticos Obama y Wen
Obama se reunió con el premier Wen Jiabao y compitieron en carisma. Pidió el apoyo de China para convencer a Corea del Norte de que opte por la desnuclearización y se integre a la comunidad internacional. Insistió en que el único camino es el diálogo multilateral que incluye a las dos Coreas, China, Rusia, Japón y Estados Unidos.
Wen Jiabao visitó el mes pasado Pyongyang y se reunió con el líder norcoreano Kim Jong-Il. Fue en esa reunión cuando Kim le expresó su voluntad de retomar las negociaciones multilaterales sobre su programa nuclear si EE.UU. accedía primero a mantener conversaciones bilaterales.
Wen que no se va por las ramas le respondió a Obama “la confianza mutua nos ayudará a avanzar, mientras que los recelos nos harán retroceder”.
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¿Conferencia de Prensa?
Obama y Hu se presentaron ante los periodistas nacionales y extranjeros. Leyeron declaraciones escritas y no respondieron a ninguna pregunta, así acabó la conferencia de prensa. No se anunció ningún acuerdo concreto y el comunicado mostró que sobre la mitad de temas evocados, EE.UU. y China continúan en desacuerdo.
Hace una década, en el mismo lugar, el Presidente Bill Clinton frente a su homólogo chino Jiang Zemin criticó a China por la matanza en la Plaza Tiananmen. Hace tres años, en la Casa Blanca, el Presidente George W. Bush (que no es precisamente el ídolo de los medios) frente a su homólogo chino Hu Jintao insistió en que debían responder las preguntas de periodistas estadounidenses y chinos durante la visita de Estado de Hu.
Estas fueron las reacciones del comunicado conjunto Obama-Hu:
Prensa oficialista:
China Daily: “La visita de Obama del 2009 a China establecerá un ejemplo que muestre al mundo cómo dos grandes países, con amplias diferencias culturales y experiencias históricas, pueden lograr juntos muchos beneficios si se tratan como socios iguales”.
Prensa estadounidense:
Washington Post: “Listening to President Obama and his Chinese counterpart this week, it was hard to tell who was Hu”.
Bloggers chinos:
Obama preguntó a Hu: “What do you think about dissidents and critics?”
Hu dijo: 大牢 (“Dalao” en chino, que significa prisión, pero que suena igual a “dialogue”)
Obama respondió: “Dialogue, that’s nice”.
Joyas dignas de censura
Debido al malestar general, Obama concedió entrevistas individuales a las cadenas de televisión de su país y a un medio chino.
El periódico local elegido por la administración Obama fue el Southern Weekend. A pesar de que las preguntas y las respuestas pasaron por los ojos de los estrictos censores chinos, la cándida entrevista no apareció publicada en algunos de los ejemplares distribuidos al día siguiente, en la capital china.
Entre las preguntas para Obama figuraba esta joya digna de censura:
“Usted mencionó a Yao Ming en Shanghai, y yo sé que usted está interesado en básquetbol. ¿Tiene aún tiempo para jugar? ¿Podría darnos más detalles acerca de su trabajo y su vida?”.
Las cadenas de televisión estadounidense tampoco se quedaron atrás. Chuck Todd de NBC News’s le preguntó a Obama “si había perdido peso”. Otras joyas como estas que tuvo que responder Obama fueron:
“Usted es muy famoso por ser un hombre muy cool, pero ¿qué cosa no le gusta de usted mismo?”
“Golf. ¿Cómo le ha beneficiado?
“¿Lee cuentos a sus hijas antes de dormir?”
Con joyas como estas, hasta el Presidente Hu se animará pronto a responder a la prensa.
¿Te decepcionó Obama, el premio Nobel de la Paz, en China?
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