Copa América: ¿El éxito es pasar o probar?
Se viene una nueva Copa América y ya sabemos cómo nos pone ese tema, ‘a mil’. Es la novia llegando por primera vez al ‘depa’, los anticuchos sobre la mesa después de 20 años sin pisar Perú. Salivamos de emoción, no hay hinchada que se la tome tan a pecho como nosotros. Somos terceros en las dos ediciones anteriores y ahora que vamos con un equipo extraña y felizmente joven, si quedamos cuartos nomás para muchos será un fracaso. Dirán: “Con los titulares, salíamos campeones”. Sí, claro, y Blatter es honrado.
En cualquier caso, los ‘consagrados’ que hoy no están convocados son más fijos para las Eliminatorias que Alemania jugando contra la reserva de Bolivia. Gareca apunta al mundial, lo cree posible y para eso cuenta con los ‘referentes’, los de su confianza. Y es que su salario no será nada extraordinario para un seleccionador, pero el premio pecuniario por clasificarnos es estratosférico, como lo era el de Autuori o Markarián, por eso ahí sí se resiste a probar. Para hacer experimentos está esto que empieza ahorita, la Copa Centenario, ahí está dispuesto a poner lo que pide la gente salvo, obvio, que en Videna, en algún caso particular, le recomienden no hacerlo. Por lo demás, si los hinchas pedían a ‘Chiquito’ Flores, también lo llevaba a EEUU.
Más allá de eso, yo creo en esta selección. Bueno, digamos mejor, creo en muchos de los jugadores convocados para esta Copa (igual hay 2 ó 3 ‘colados’ pero qué se hace). Eso no significa que piense que vamos a pasar una o dos fases, no. No lo espero, no me interesa tampoco. El éxito verdadero para una selección cuya base longeva juega ya 3 ó 4 Eliminatorias (Pizarro tiene 5 inclusive) y momentáneamente se renueva hoy, no es pasar, el éxito es probar, jugar quizá solo tres partidos y luego regresar a casa eliminados, pero con un catálogo de jugadores que pueden servir. Eso vale más que jugar seis partidos y quedar terceros con lo que ya conocemos. Eso de que “el Perú estuvo en boca de todos” por las medallas de bronce es para los despistados, para los que creen que los lentes de contacto usan tomacorriente para cargarse.
Lo concreto es que con esta ‘selección renovada’ hemos ganado un par de amistosos y ya nos llenan la cabeza con que eso no sirve, que jugamos contra ‘bomberos’, contra ‘pitufos’, etcétera. Los rivales fueron bastante débiles, ciertamente, pero si nos repitieron a diario durante décadas que no tenemos más jugadores para competir que los ‘habituales’, uno tiene ahora que dudar. Porque si ‘los otros’, los que juegan ahora por la selección, fueran tan limitados como nos martillan hace años, estos partidos fáciles igual los perdían, y fueron ganados cómodamente. El tema es que para algunos, si perdían con Trinidad y Tobago o El Salvador “eran malos”, si empatábamos con ellos, también “eran malos” y goleándolos, igualito, “son malos”. La conclusión entonces para esos ‘escépticos’ es que sencillamente los de ahora no deben estar, que “hay que jugar con los mejores”. Sí, con los que nos suelen dar alegrías siempre, con los que usted está pensando.
Creer que se está buscando la base para lo que resta de las Eliminatorias es ser tan ingenuo como candidato firmando el Pacto Ético. ¡Hay algunos que creen de verdad que estamos para pelearla con 4 puntos de 18 y sin ganarle a Venezuela en casa! Es conmovedor, yo los escucho y se me caen las lágrimas, palabra. En fin, creo en Da Silva, en Benavente, Flores Trauco, en varios más, pero para verlos en otras Eliminatorias más adelante pase lo que pase ahora. Perder con Brasil y Ecuador en la Copa, si ocurre, es normal, no los descalifica. ¿Qué quieren? Recién los ponen y ¿ya queremos que rompan con 80 años de historia? Claro, cuando pierden los habituales es: “no tenemos más” pero si pierden los de ahora (algunos cruzan los dedos para que eso ocurra) será: “¿Ven? No dan la talla”. Así es que prepárese, sueñe, delire con la Copa si quiere, pero recuerde que de los terceros nadie se acuerda y que para nosotros la prioridad es otra: probar, no pasar.