La 'U': En el pecado estuvo la penitencia
Así como se hundió el Titanic en su viaje inaugural, así eliminaron a esta ‘U’ suntuosa de refuerzos, casi todos de nivel selección (2 peruanos, 2 panameños y 1 venezolano) en apenas primera ronda de Copa. Encalló así un sueño mal construido, duró menos que un viaje hecho con la imaginación. El gasto fue millonario, los administradores en Ate creyeron que renovando el plantel con exceso alcanzaba, dejando entonces otros cabos sueltos. Y claro, a una Copa no se asiste dando ventajas tan notables: faltaba contratar a un entrenador a la altura de las circunstancias. En el pecado estuvo la penitencia.
Es extraña la lógica desarrollada por la nueva administración crema, que uno suponía profesional, habiendo millones en juego, en un club que se hace guiños con la quiebra hace décadas. Chale nos merece a todos respeto como ex jugador, muy linda su anécdota en la Bombonera, y el ponerle la pelota en la cabeza a Rendo para mortificarlo, muy pícaro él,, pero es evidente que como entrenador su mejor momento fue hace casi 20 años, ganando dos títulos locales, y ni siquiera entonces trascendió internacionalmente. Tiene en su haber muchas participaciones en Libertadores,. Sudamericanas, Merconortes, y la única fase que los cremas pasaron con él en todas, fue la de inscripción. Ni una más. Eso sin contar que registra en su haber la peor goleada de Universitario en torneos continentales: un 0-6 contra Rosario central con Ibáñez, Grondona y otras grandes figuras locales.
¿Y el manejo profesional?
Con todos esos antecedentes, la administración merengue le confió a chale un equipo costosísimo. Si el técnico elegido para su club era él –que barato ya tampoco es- pudieron ahorrarse los millones de soles en jugadores, que hoy configuran un despilfarro de escándalo, dados los resultados, no pudieron eliminar ni a Capíatá. Carro del año, chofer de combi. Ah, y el mecánico es el ‘Puma’ Carranza, quien posiblemente no distinguiría para medir el rendimiento físico de un jugador entre un GPS y un USB.
Ahora escucharán y leerán que “el fútbol peruano es así”, que somos malos, que aflojamos, que no es novedad que nos dejen con el molde hecho. Es verdad, aquello no colisiona con lo que aquí escribo. Y es que si no profesionalizamos, pero en serio, este deporte no va a cambiar.
Uno entiende que hay una presión social de un sector de nostálgicos para que todo referente ex mundialista tenga trabajo en el fútbol porque: “pobrecito pues, si no sabe hacer nada”, no importa su nivel de preparación (salvo excepciones, que las hay y tienen un currículum digno en su recorrido por diversos clubes) ni lo que puede aportar, pues dárselo es una forma de agradecerle nuestra niñez feliz o la alegría de nuestros padres o abuelos futboleros (por eso los tenemos de supuestos comentaristas, gerentes, entrenadores, asistentes). Hasta allí, se entiende, no se justifica. Pero que las personas responsables de administrar un club importante y al filo de la cornisa hayan empleado el mismo ‘criterio de la gratitud’ para darle manejo ‘chicha’ al producto de un presupuesto elevado sin importarles el riesgo existente es una negligencia grave y con dinero ajeno. Una ‘chambonada’ que no van a pagar con lo suyo, eso es evidente.
Decepción, supongo, para los hinchas, por parte de una administración que pregonó “profesionalismo en todas las áreas” y que con todo lo que debe acaba de tirar al cesto de desperdicios muchos fajos de miles de dólares de la manera más boba, sin pelear en serio, casi en una ‘timba’. Salvo que se diga ahora que el objetivo de semejante gasto es ganarle un fin de semana cualquiera a Cantolao o Huancayo. Para pelear un título acá, alcanza con mucho menos. Y con el mismo comando técnico, también.