Mundial de Brasil
Nos dijeron que Borges odiaba el fútbol, razón suficiente para cerrar filas contra el deporte rey. Sin embargo, así como el argentino se espantaba del balón, hubo muchos otros que escribieron sobre él. En la edición de El Dominical de ayer podrá apreciar un interesante juego sobre el particular. Si no tiene el impreso, puede leerlo en: selección de escritores
Confieso que me divorcié del fútbol la enésima vez que Perú fue descalificado para asistir a la copa mundial, sin embargo la nota de ayer me produjo un súbito entusiasmo, casi un reentre al deporte que un día me encandiló ¿Me encandiló? Sí, fue en la prehistoria, antes de Burga, cuando se podía soñar. Eran aquellos tempranísimos años en los que el fútbol era magia y arte, todo a la vez. La selección era un baile y la Marinera el compás.Quizás si hubiera sabido entonces que Borges odiaba el fútbol, yo hubiera odiado a Borges.
Crecí jugando fútbol bajo la sombra de las grandes leyendas y hasta me empeciné en hacerla de calichín en el Sporting Cristal. Sería un jugador de fútbol que poetizaba y hasta hubiera escrito poesía con los pies.
Pero…las sucesivas derrotas le robaron el encanto a la fiesta. Me alejé hacia otros territorios, lejos de la yerba y la tiza. A veces la ilusión rutilaba sus breves luces para apagarse pronto otra vez ¿Alguien sabe que fue de Manco? “Así es el fútbol”, me dice un amigo escritor, frase pronunciada también por Agapito Rodríguez (arquero del Unión Minas) luego de la goleada de 8 a 1 que le propinó el memorable Cristal del 97. Sí, así es el fútbol, frase que los peruanos solemos usar para barajar nuestros fracasos, pues no son los dirigentes ni los técnicos ni los jugadores los artífices del fracaso, es el destino, Dios, la ley natural. “Así es el fútbol” es la variante del “Así es la vida” con la que nos solemos justificar.
Sí, así es el fútbol y, en ocasiones, así es la vida. Tanto que hoy, tras tal resignación me pregunto si alguna vez un periodista deportivo del futuro me entrevistará como el último peruano que vio a Perú en un Mundial o si Puente Piedra parirá a un Cubillas o Cañete a un Lolo, cuando Cubillas y Lolo sean tan de atrás (en los calendarios) como Bolognesi o Grau.
Esta semana me preparo a ver una justa más sin la rojiblanca. Una más en que apostaré no por los mejores equipos sino por algún team que se parezca más a Perú, por el biotipo, el color de la camiseta o las características del país, por lo que sea que llene aquel inexplicable vacío que nadie ha sabido pagar. Boba ilusión esa, la de estar sin estar. En fin.