Explorador
El título es sugerente y explica por qué no viajo dos veces a un mismo país o por qué no vuelvo mis pasos al ayer.
Tengo el alma de un explorador y, por tal, mi tiempo es el siglo XV. Mis personajes selectos son los descubridores portugueses o españoles, los pioneros del Oeste gringo, Odiseo o Sandokán. La aventura de vivir es vivir lo nuevo y no de nuevo.
Nunca vuelvo atrás. Muchos amigos quedaron en la vía, apreciados en la memoria de este azaroso descubridor que no retorna sus ojos. No releo, soy dado a leer sin tregua y sin volver al mismo libro. Compro libros, los devoro con fruición, a sabiendas que su última página será siempre un definitivo adiós. Descarto de mis cartografías los lugares que ya visité. Mi pasaporte no admite reediciones de viajes. Novarse es vivir (no dije renovarse como D’Annunzio). No vuelvo a las viejas dimensiones, a los museos que ya visité, a las viejas fragancias, a los labios de los que ya bebí, a las comidas que repetí, a los temas que ya gasté, a los sueños roídos, a las callejas que con mis pasos ya herí.
Si me precio de un goce intenso es el de mi trabajo en El Dominical, que es descubrir cada semana algo nuevo (aún de lo que sabía), es explorar, rodar, viajar, leer, completar, verificar, nunca repetir ni anclar. Soy de los que paso de un tema del saber a otro como un viajero feliz, como un lector voraz, como un pasajero impenitente. Por eso siempre quise ser periodista y escritor, no abogado ni cuadrícula, que lo fui por certeza y seguridad. Por eso y por más amo la libertad.
Odio la ley del eterno retorno de Nietzsche y las repeticiones sucesivas y las vueltas y revueltas avisadas y los redescubrimientos y las batallas interminables y previsibles y los adversarios congelados.
Proveeme ventura y providencia siempre de nuevos seres, de nuevos libros, de nuevos lugares, de nuevos acontecimientos, de nuevos disfrutes y de nuevas batallas. La vida con anclas y puertos de retorno a la experiencia que viví tiene la quietud silenciosa de las lápidas. La genuina vida es libertad, movimiento, desenfreno, novedad, descubrimiento, experimentación, ida, dinámica, dialéctica, aventura, pasión, locura, extremo, insensatez, exploración, placer, azar…
Lo expresé en un viejo poema que obsequio a la luz:
Vuelvo
……y no vuelvo el mismo.
ni a los viejos amores
ni a los antiguos himnos.
Vuelvo a las cosas sencillas
a las sabias nociones
a la fruta del ramo
a la orilla del agua.
Pero no se nos ha sido dado volver.
Jamás volvemos
al ángulo recóndito
al minucioso espacio
ni a los perfumes
ni a las canciones
ni a los tamaños.
Vuelvo
….pero no vuelvo el mismo
porque nos se nos ha sido dado volver.