Esos goles que tanto grité
Plata nunca ha sobrado en mi casa, en particular cuando era joven y entre Sendero y la hiperinflación no nos daban respiro. Ir a la cancha los domingos era un deseo por lo general frustrado, por eso andaba pegado a la radio, gritando muchos goles sin verlos, imaginando los saltitos de Rey Muñoz sobre la pelota antes del centro que el Diablo Drago o Miguel Seminario transformarían en el tanto de la victoria.
Es difícil hacer un recuento de los goles cremas que más he gritado porque nuestro equipo tiene la particularidad de regalarnos victorias espectaculares, maravillosas, forjadas en las condiciones más adversas e inimaginables, que nos hacen saltar el corazón y agradecer al cielo por tener la sangre de color rojo y crema. Hay goles, sin embargo, que los recordamos siempre por circunstancias especiales. Comparto con ustedes algunos de ellos:
1. Ante Alianza, liguilla del Torneo 1985
No estuve en el Nacional esa noche, pero con Ovación me sentí en medio de la vieja barra Oriente. El primer tiempo terminó 2-0 a favor de Alianza, y arrancando el segundo casi nos hacen el tercero. Sin embargo, la garra tiene color merengue y pronto los pusimos contra su arco. He visto el video después de muchos años y creo que es el Diablo Drago el que la mete, me parece que con la barriga, no sé… Esa noche mi casa fue un loquerío. No paraba de gritar.
2. Ante Peñarol, Copa Libertadores, 1996
Ya era periodista del decano, pero no me tocó viajar a Montevideo. Markarián había dejado el equipo y en la emergencia ‘Pichicho’ Benavides agarró el timón. Fue un partido emocionante, que viví aferrado al respaldar de una silla de la redacción para no caerme de tanto saltar, deseando que los minutos se esfumaran, que todo terminara ya. Recuerdo que nunca vi a Ibáñez tan nervioso y que el golazo del ‘Mágico’ Gonzales lo grité con toda mi alma.
3. La corrida de Rossi.
Alguna vez le pregunté a un dirigente de la ‘U’ la razón por la que habían despedido a Álex Rossi y su respuesta absurda fue “que no tenía gol”. Y era absurda porque Rossi, sin ser un extraordinario delantero, era un jugador hecho a la medida de Universitario. Guerrero y terco, el brasileño vivía los partidos como nadie y sabía transmitirlo a la hinchada. Recuerdo cuando sacó en brazos al ‘Cuto’ de la cancha y, por supuesto, ese golazo maravilloso, previa corrida de 60 metros, superando el achique de Balerio. Han pasado 13 años y Soto sigue sin alcanzarlo. ¿Alguien podrá colgar el video en la red?
4. El Betito con el alma
Confieso que cuando llegó sentí un aroma a estafa. El Beto Carranza venía de una lesión durísima y aunque había jugado por los grandes de su país, sus mejores momentos eran ya parte del recuerdo. Hasta que llegó esa tarde en Cerro de Pasco cuando se mandó ese carrerón que, de solo verlo, cansa, aún ahora. No sé si fue la adrenalina o la “sopa de cóndor”, pero ese día el argentino nos hizo vibrar.
Les dejo el gol del Betito al Minas, en la final del Apertura 2000, crema en su más pura esencia.
¿Y ustedes qué gol crema han gritado con el alma?
ACTUALIZACIÓN. Gracias a Rafael Salinas tenemos el golazo de Rossi a Cristal. Son solo unos segundos, pero valen la pena. Mil gracias a Rafael.