¡Desesperante!
Veo este gol…
…y luego recuerdo aquel ante los venezolanos o el que le marcó a Libertad hace apenas unas semanas, y me pregunto qué pasará por la cabeza de Piero Alva, si en algún momento de su vida habrá hecho algún tipo de autocrítica o simplemente ya se resignó a su desesperante irregularidad.
La culpa del empate ante Gálvez no es enteramente suya… ¡pero qué manera de estropear cada contragolpe, de errar tantos servicios, de poner tan mal el pie con el arco a tiro de gol!
Los problemas de esta ‘U’ son más profundos que Alva, es cierto; pero acaso el 23 crema sea el símbolo de este andar errático, intermitente, pálido del equipo que dirige Juan Reynoso, a pesar de que los números digan que está solo a tres unidades -y con un partido menos- del puntero del Descentralizado 2009.
El 1-1 ante el equipo de Rafo Castillo confirmó el mal momento futbolístico crema. Pese a que Gálvez ofensivamente hizo muy poco por la inoperancia de Paul Cominges y la falta de profundidad de su hermano Juan en los servicios, el peso del partido recayó en los centrales merengues debido a la poca marca que hubo en el medio. La ‘U’ no hizo pressing; el único que salió aprobado en la volante fue Rainer porque Vásquez marcó con la mirada, mientras Correa y Miguel Torres anduvieron peleados con la pelota. Galliquio, por ubicación y anticipo, destacó por arriba y por abajo. Además tuvo trabajo extra ante el mal desempeño de Balta, a años luz de lo que mostrara el año pasado con el ‘Flaco’ Gareca en el banco.
Los problemas, como siempre, estuvieron arriba. Empeñoso Perillo pese a su torpeza -el gol estuvo a punto de errarlo porque en un momento le pica mal la pelota cuando la toca con la izquierda- y desesperante Alva, que mató cuanto contragolpe se generaba por no soltar la bola con rapidez.
En el segundo tiempo, cuando se jugó de contra, el equipo mejoró con el ingreso de Orejuela; sin embargo, ya al promediar la etapa era evidente que algunas piernas empezaban a flaquear y urgía un hombre de refresco para recuperar la pelota. Se imponía la salida de Vásquez o la del propio Torres para quitarle el balón a Iriarte o a Juan Cominges, pero Reynoso se confió y llegó el autogol de Quina, una jugada tan desafortunada como la que provocó la apertura del marcador.
Reynoso necesita autocrítica a gritos. Debe abandonar el tonito soberbio que lo ha acompañado últimamente y encontrar soluciones -olvidarse de las rotaciones, por ejemplo- antes de que los resultados empiecen a quitarle crédito. Obviamente, andar tan cerca del puntero le da espacio para respirar, pero un grande como la ’U’ no puede acostumbrarse a mostrar tan poco en un campo de juego.
¿Ustedes qué piensan? ¿Se arreglarán las cosas con la vuelta de Solano y Galván? ¿No sería mejor que arrancase Orejuela en lugar de Alva?