Lío de bandera
En una hinchada las banderolas tienen un significado que va más allá de lo meramente representativo. Es la encarnación de un estilo, de una manera de expresarse, de una forma de vivir la pasión. ¿Les convencen las explicaciones de la policía sobre la desaparición de las banderolas de la Trinchera Norte? A mi no. Afirmar que nunca las incautaron, que las dejaron en la casa del ‘Gordo Bu’, cuando ellos mismos se mostraron manipulándolas, me deja demasiadas dudas. Si es cierto, como ha trascendido, que algunos malos efectivos las vendieron a la barra aliancista, cometieron un error imperdonable. Por culpa de esa jugadita, de esa tonta viveza, ya hay gente llamando a recuperarlas con sangre. Y esa es una situación que debemos evitar.
No he sido nunca de la barra crema, aunque durante mi adolescencia acostumbraba a sentarme en norte, siempre en lo más alto, para evitar la lluvia de corontas de choclo y bolsitas de ‘agüita’ amarilla que solían caer durante el fragor de los partidos. Meterme en líos nunca fue lo mío y la violencia de las hinchadas siempre me causó repulsa. En Alianza dicen que no saben nada sobre las banderolas, que es falso que algún dirigente haya dado los 9.000 soles con los que, se afirma, el Comando Sur las habría comprado. Hasta el momento no hay pruebas contundentes que sustenten las acusaciones contra la policía, pero algo huele muy feo. Sin embargo, lo más importante en estos momentos es evitar que se desate la violencia. Por lo pronto, la policía no puede contentarse con el comunicado que dio ayer, en el cual sostiene que las banderolas las dejó en la casa del ‘Gordo Bu’ y que de ahí se las robaron (ministra Cabanillas, se necesita una explicación que despeje cualquier duda. Y si hay un culpable, que sea sancionado). Con la violencia no se juega y esta situación nos ha puesto a todos en el borde. Evitemos que ocurra alguna desgracia.
Actualización. Acaba de ganar la ‘U’ 4-1 al Huancayo. Aunque Perillo y Labarthe anotaron (el ‘Chino’ lo hizo en dos ocasiones), el rival fue muy poco para cambiar la opinión que tengo sobre los dos: les falta nivel para vestirse de crema. Lo grave ocurrió en la calle: me informan que dos facciones de la Trinchera se enfrentaron en los alrededores del estadio. Si bien no hubo víctimas -como irresponsablemente se difundió en una conocida radio-, el miedo volvió a instalarse cerca de un campo de juego. Ojalá las cosas no degeneren.