¿Qué hacemos con Perillo?
La ‘U’ acaba de empatar con Melgar en Arequipa. Sacar un punto en la Ciudad Blanca no es un mal negocio, nunca lo ha sido, aunque el recuerdo de los triunfos conseguidos en esa tierra el año pasado -gracias a dos delanteros que hoy no están con nosotros: el ‘Vágón’ Hurtado y ‘Malingas’ Jiménez- hacen empalidecer este 0-0. Lo más preocupante fue que el partido pudimos perderlo -el árbitro Garay no cobró un claro penal en perjuicio de Zúñiga a 4′ del final- y que nuestros atacantes no intimidan a nadie.
Es imposible pensar que la ‘U’ pueda hacer daño con Gianfranco Labarthe y Juan Manuel Perillo en el ataque. El ex Boys al menos ha anotado algunos goles en partidos fundamentales, pero el argentino… ¿un atacante de esa categoría puede vestir la misma camiseta que tanto prestigiaron Lolo y Terry?
A lo largo de la historia merengue no han sido pocos los ‘paquetes’ que han desfilado por su delantera. Recuerdo al ‘Pinocho’ Vargas, que anotó un par de goles al Boys por la Libertadores y al poco tiempo tuvo que regresarse a Uruguay porque tenía la rodilla rota. También a los uruguayos que trajo el ‘Gordo’ González; a un gordito movedizo que jugó en la campaña del 82, Carlos Espósito; al Chato de Souza en la época de Piazza; al argentino Gorostidi; al inexplicable Alfredo Aníbal Gonzales; al chileno Vergara, que llegó al Perú en muere y al argentino Ariel Ceferino Beltramo, quien jugó en la ‘U’ de Markarián del 94 con un pobrísimo desempeño (por si acaso tiene web. Su dirección es www.arielbeltramo.com) … En fin, no son pocos los impresentables que han osado ponerse la ’9′ de Lolo o fungir de Cachitos Ramírez o ‘Truchas’ Rojas.
Juan Manuel Perillo llegó con el antecedente de haber surgido de las inferiores de Boca. En el archivo encontré que antes de ponerse la crema, vistió cuatro camisetas: la de Juventud Antoniana (Primera B Nacional, Argentina), Deportivo Quito (Ecuador), Once Caldas (Colombia) y Pierikos (Grecia). El dato más alarmante es este: el gol que anotó hace unos días ante CNI fue el número siete en toda su carrera deportiva.
Es cierto que los buenos atacantes son caros y escasean, ¿pero qué motivó a los directivos traer a un jugador tan poco efectivo ante el arco rival y que no exhibe mayores virtudes con la pelota en los pies? Cuando recién arribó, el año pasado, Ricardo Gareca dijo que él no lo había pedido, lo cual generó un encontrón con la dirigencia. Sin embargo, tengo entendido que le hicieron contrato hasta junio de este año.
¿Qué hacemos con Perillo? ¿Hay que esperarlo todavía? ¿No será mejor darle chance a algún jugador de la cantera? ¿Y qué hay de Calheira?