Este sábado no hay segunda vuelta
Se viene otro Clásico y, valgan verdades, las palabras sobran. Un partido como este solo admite un resultado: el triunfo. Pensemos en nuestras urgencias conocidas -deportivas e institucionales- que un empate o una derrota empeorarían. Este sábado, pues, se pueden definir muchas cosas ¿Las principales? Si llegamos a la punta del campeonato o tenemos que empezar a buscar otro entrenador.El rumor de la última semana fue que Vitti no sería titular en Matute. De Chemo se pueden decir muchas cosas, menos que tenga vocación de suicida, así que no creo que tal idea haya pasado por su cabeza. Imagino que sus preocupaciones van por otro lado: jugar con doble línea de cuatro, usar tres al fondo o sentar a Morel, por ejemplo.
Personalmente, me inclino por un 3-2-3-2 con Fernández en el arco; Revoredo, Galván y Galliquio; Rainer y Toñito; Álvarez, Vitti y Alva; Ruidíaz y Fano. ¿Por qué pienso que la ‘U’ debería jugar así? En primer lugar porque la crema necesita proponer y este sistema le permite abrir la cancha por los costados y tener al menos seis jugadores en posición de ataque. Y sin la pelota, tanto Álvarez como Alva pueden tapar a los volantes aliancistas y darle mayor respiro a Vitti, quien muestra mayor movilidad y recursos que Morel. Con el ex San Martín libre, detrás de los puntas, puede darle mayor dinámica y variedad a los avances, además de precisión a ese último pase que tanto nos está faltando desde el inicio del campeonato.
Tampoco me disgustaría jugar con cuatro, con Rabanal como lateral izquierdo y una primera línea de volantes con Álvarez, Rainer y Toño, dejando a Vitti en el medio con Ruidíaz y Fano en el ataque. El arco estaría más resguardado y aunque se perdería juego por las puntas, la velocidad de Ruidíaz podría ser letal con los pases largos en salida.
Pero no basta con que Chemo acomode las piezas en su lugar, sino también que estas funcionen. Y en ello tienen que ver también los rendimientos individuales, muy irregulares en más de un caso. El Clásico es motivación suficiente para despertar algunos talentos dormidos.
Otros que deben jugar su partido son los dirigentes y ese arranca cumpliendo con abonar al menos una parte de los dos meses que se les debe al plantel. Ahórremonos caras largas asumiendo ese compromiso.
La chamba del hincha la conocemos todos: alentar sin descanso, olvidando rencores y cualquier otra disputa. Este partido hay que ganarlo. En un Clásico no hay segunda vuelta.
¿Qué equipo enviarían a la cancha este sábado?
Espero sus comentarios.
Un abrazo para todos.
Mientras tanto, les dejo unos recuerditos para ir calentando el ambiente: