¿Por qué los chinos y los peruanos no vamos al Mundial?
Te preguntarás cómo es posible que en un país de 1.350 millones de habitantes no existan 11 futbolistas capaces de lograr la clasificación de China al Mundial. Los fans chinos también se preguntan lo mismo y esta es una de las explicaciones más divertidas: “Hay dos cosas que frenan a los jugadores de la selección china: el pie derecho y el pie izquierdo”.
En este mismo país, que domina varias disciplinas olímpicas, y que además asegura ser la “cuna más antigua del fútbol”, José Antonio Camacho, el último entrenador español de la selección china, se preguntaba lo mismo que tú, hasta que fue despedido por no hacer milagros. Digamos que no encontró a los 11 astros pero sus pupilos perdieron 11 de los 20 partidos disputados, ganaron apenas 7 y empataron otros 2. Adiós Brasil 2014.
Sin mencionar la razón de peso que argumentan los fans chinos ¿por qué China y Perú no pueden lograr cupos para el Mundial? Como dicen que una pena entre dos es menos atroz, este es un recuento de los tremendos desaciertos –y contados aciertos para ser justos- del fútbol chino, algunos de los cuales ¡qué casualidad! compartimos los peruanos. Empezó el partido:
Ranking FIFA
China: Puesto 103. Su primer y único Mundial: 2002 (Hace 12 años)
Perú: Puesto 45. Su último Mundial: 1982 (Hace 32 años)
1. Corrupción
Ni la FIFA se le compara. La historia de corrupción del futbol chino es más larga, alta e impenetrable que la Muralla China. En el 2009, el Gobierno Chino lanzó una campaña contra la mafia de apuestas y sobornos en la que estaban involucrados clubes, jugadores, árbitros, directivos y hasta empresas vinculadas al fútbol. Todo estaba en venta, hasta un cupo como jugador de la selección nacional a tan solo 100.000 yuanes ($16.000 dólares del momento). Pero esta lucha contra la corrupción recién ha empezado a cortar cabezas.
2. Semillero sin semillas
Los niños chinos no juegan fútbol en las calles. Después del colegio, los niños chinos hacen tareas y estudian. Durante los fines de semana, hacen tareas de fines de semana, estudian y toman otros cursos. En vacaciones, hacen tareas de vacaciones, estudian más, y adelantan cursos. Con la mala fama que tiene el fútbol chino, los padres no permiten que sus hijos únicos se involucren en este deporte, ni siquiera cuando están en la universidad. Además consideran que el estudio es la mejor forma de ascenso social. En generaciones pasadas, los niños chinos solo jugaban ping-pong en las escuelas.
3. Actitud futbolera
En ESTA entrevista, el técnico José Antonio Camacho, describió sus vivencias con los futbolistas de la selección china. Si bien algunas de estas prácticas son culturales, otras se alejan bastante del futbolista profesional. “No va al choque, no mete la pierna ni recupera el balón en la presión. Cuando acaba la jugada se queda arriba y no recupera su posición en el campo para iniciar la fase defensiva”, contó asombrado. Pero lo que más le sorprendía es que “no se comunican entre ellos en el campo”. La prensa china denunció que varios jugadores se escapan de las concentraciones, tienen muchos vicios y se divierten con prostitutas.
4. Astros extranjeros
Varios extranjeros -entre jugadores y técnicos- integran el plantel de clubes chinos con sueldos astronómicos. En un principio se trataba de futbolistas destacados pero con más de 30 años de edad, además de técnicos que tienen copas como figuritas de álbum. Pero también es el caso de jugadores como el francés Nicholas Anelka que ganó más de $300.000 semanales en un equipo chino. Según varios entrenadores extranjeros, el gran problema radica en que las estrellas foráneas siempre tienen las posiciones claves en los partidos de clubes locales, lo cual impide el desarrollo de talentos chinos.
5. Ricos compran clubes
La última moda de los magnates chinos es comprar clubes de fútbol. Song Weiping es dueño de “Lucheng”, Wang Jianlin de “Dalian”, y Zhang Li de “Fuli”. Ahora Ma Yun -conocido como Jack Ma y fundador de AliBaba-, acaba de adquirir el 50% de las acciones de Guangzhou Evergrande, el mejor equipo de la primera división china de fútbol, por casi $200 millones de dólares, seguro que de su caja chica. Este club que tiene como técnico al italiano Marcello Lippi, consiguió el año pasado ganar la Liga de Campeones Asiática, el primer triunfo de un equipo chino en más de dos décadas.
6. Mejores las mujeres
A diferencia de los hombres, la selección femenina china es conocida como “Las Rosas de Acero” ya que en el 2006 obtuvieron el campeonato de la Copa Asiática, y en 1999, el subcampeonato de la Copa Mundial. Han clasificado para el próximo Mundial de Canadá 2015. A pesar de esto, el sueldo de cada jugadora es apenas una fracción de lo que recibe un hombre. Un futbolista chino promedio gana $150.000 dólares anuales.
7. Fans voyeristas
Una legión de hinchas acude a los estadios locales y extranjeros (un grupo gigantesco viajó a Brasil) y sigue a muerte los partidos por la televisión o internet (ya han fallecido hasta tres personas en China por no despegarse del Mundial ni para dormir). Japón es el enemigo acérrimo (el partido China 1 – Japón 3 de la Copa Asiática fue el más visto en la historia de la televisión china, y cuando la selección china perdió, los hinchas se lanzaron a las calles). Cualquier fan puede analizar todo tipo de jugada, pero la mayoría NUNCA ha tocado un balón (aunque ya se compraron la pelota).
8. Asunto presidencial
El presidente Xi Jinping es un gran fanático del fútbol y hasta hizo pataditas en una cancha extranjera. Hace poco visitó a la selección china infantil de fútbol que está concentrada en Berlín y entrena con los equipos alemanes. No ha podido más y ha develado sus tres deseos: “clasificar al Mundial, albergar un Mundial y ganar un Mundial”. Por supuesto que no ha dicho en cuánto tiempo.
9. Mirando el futuro
Descubre AQUÍ lo ocupadas que están las selecciones chinas, masculina y femenina, durante el Mundial de Brasil 2014, y además cuál es el plan de los dirigentes deportivos chinos. Desde el 2012, ya existe una Academia de Fútbol en Guangzhou que está formando jóvenes y niños, con técnicos extranjeros. Este semillero pertenece al magnate Xu Jiayin, el otro dueño del club Guangzhou Evergrande. Un experto del fútbol chino, Rowan Simons, afirma en su libro “Bamboo Goalposts” que China necesita un Plan de 30 años”.
Todavía se recuerda la famosa frase del ex capitán chino de la selección nacional Li Weifeng, tras la derrota ante Brasil en los Juegos Olímpicos, “Nosotros jugamos fútbol, como los brasileros juegan ping-pong”.