Carlos Zambrano y Darío Benedetto se hicieron presentes en La Bombonera el último miércoles | Foto: Agencias
Carlos Zambrano y Darío Benedetto se hicieron presentes en La Bombonera el último miércoles | Foto: Agencias
Eliezer Benedetti

En el Cilindro de Avellaneda, los ánimos se calentaron en el Boca-Racing del domingo pasado. Un hecho habitual en este tipo de compromisos en Argentina, donde se desatan todos los fervores posibles dentro y fuera del campo. Pero la bronca no germinó entre los adversarios, como podría esperarse, sino más bien entre propios compañeros de equipo. y protagonizaron una dura gresca en los vestuarios durante el entretiempo, que no les impidió seguir jugando en el complemento de ese choque, pero sí en el duelo del último miércoles en La Bombonera.

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Tanto el zaguero peruano como el delantero argentino aparecieron en el campo con marcas en el rostro o cerca de él en el Cilindro de Avellaneda hace algunos días. Los rumores de una pelea entre ambos, inevitablemente, comenzaron a aparecer. La prensa argentina confirmó la pugna en los vestuarios instantáneamente. Y ya luego el actual DT de Boca, Hugo Ibarra, confirmó la discusión, aunque sin añadir mayor cizaña al asunto.

“Hubo una discusión en el entretiempo, nada más que eso. No tengo la menor idea por qué. No sé si el golpe de Zambrano fue por eso. Sé que hubo una discusión y nada más. Jugó 90 minutos y también pudo haber sufrido un golpe en el encuentro. No me preocupan estas situaciones. Para mejorar, deben haber discusiones”, señaló el entrenador.

En tanto, ninguno de los dos jugadores se pronunció sobre la pelea al finalizar el encuentro. “Partido complicado pero ‘La Entrega’ del grupo no es negociable”, fue lo único que posteó Zambrano con una imagen grupal. El ‘Pipa’, por su parte, no dio señales de vida.

Las horas pasaron, amaneció el lunes, el ‘Kaiser’ ya lucía un rostro renovado (sin señales de golpe), y de lo único que se hablaba era de la gresca entre Zambrano y Benedetto. Ese tema, de hecho, sigue acaparando bastante atención hoy en día. Y seguramente lo seguirá haciendo otros días más.

Boca Juniors, ante esa situación, decidió castigar a su ‘5′ y a su ‘9′, privando sus presencias en las convocatorias de los siguientes dos partidos. Castigo justo, pensaría cualquiera que se quedó con el panorama general de la discusión, pero no lo piensa igual Zambrano, que vivió en carne propia lo que sucedió.

“Fue un guantazo, no me lo esperaba... Los compañeros nos agarraron de inmediato. En el camarín, él me pidió disculpas. Yo me contuve”, contó su versión el ‘Kaiser’ en una entrevista con el Diario Trome.

“No estoy de acuerdo (con la sanción), porque me la estoy llevando gratis. No es justo, yo no hice nada, me siento incómodo, pero solo queda aceptar”, añadió.

El rostro golpeado de Carlos Zambrano
El rostro golpeado de Carlos Zambrano

En tanto, Benedetto sigue sin pronunciarse públicamente. Quien sí dejó un mensaje ante las olas de críticas que señalan al ‘Pipa’ fue su representante Marcelo Valeri, que aprovechó para subir un estado de WhatsApp con las estadísticas del delantero argentino. “105 partidos, 57 goles, cuatro títulos. Que la cuenten como quieran”, publicó.

Estado de Agente de Darío Benedetto en WhatsApp | Captura: Olé
Estado de Agente de Darío Benedetto en WhatsApp | Captura: Olé

Uno en el palco, otro en el césped

Dejando de lado la polémica, tocaba concentrarse primordialmente en el rival de anoche: Rosario Central. Y eso es lo que hicieron Zambrano y Benedetto. Ambos, con la noticia ya confirmada de que no jugarían ese partido, se reencontraron el miércoles en las instalaciones de la Casa Amarilla, centro de entrenamiento de Boca, con algunos de sus compañeros que tampoco aparecieron en la convocatoria y los que se vienen recuperando de distintas lesiones.

De acuerdo a Olé, los jugadores cumplieron con sus actividades de trabajo, más allá de la suspensión que tienen encima. “Entre 8 y 8.30 tuvieron que estar para el desayuno obligatorio, a las 9 salieron al campo de juego y a las 12 participaron del almuerzo grupal”, informó el medio argentino.

Llegada la hora del partido, Zambrano y Benedetto no dudaron en hacerse presentes en La Bombonera para alentar al equipo, aunque claro, cada uno lo hizo por su lado, con el clima de tensión aún intacta entre ambos, pese a las disculpas que confirmó el mismo vicepresidente del club.

“Ellos tuvieron su charla luego del partido, también en el hotel, aclararon las cosas. Son gente grande. Esperemos que no se vuelva a repetir. Tomaremos más cuidados. Esperemos que no vuelve a ocurrir porque ellos son ídolos, deben ser profesionales todo el tiempo y los chicos del club copian...”, apuntó Juan Román Riquelme.

Entonces, en la previa del duelo contra Rosario, el ‘Pipa’ saltó al campo de juego sin sus chimpunes y su típica indumentaria azul y oro. Ahora, con un jogger y un caluroso abrigo para opacar el frío, el delantero argentino piso el césped junto a Exequiel Zeballos (en muletas), quien fue operado hace unos días y viene recuperándose de su lesión.

La hinchada de Boca ovacionó al ‘Changuito’ por su gran esfuerzo para seguir al equipo y Benedetto no escuchó, gracias a ello, pifias en su contra durante ese momento. El ‘Pipa’, luego, tuvo que disfrutar del encuentro en la tribuna, pero muy lejos de Zambrano.

El ‘Kaiser’, que confiaba en una victoria de su equipo desde temprano pese a su suspensión, vio el partido desde un cómodo palco de La Bombonera, con menor atención a la que recibió el ‘Pipa’. El defensor peruano, fastidiado por no estar dentro del campo, alentó a los compañeros que sí pudieron estar y especialmente a ‘Luchito’ Advíncula, que jugó los 90 minutos y recibió una tarjeta amarilla.

El partido, que significó además el regreso de Carlos Tévez a su casa, finalizó en empate sin goles en el marcador. Ni Boca ni Rosario Central pudieron romper la igualdad, así como ni Zambrano ni Benedetto han podido romper la tensión que hay entre sí.

Y es que, sin duda alguna, será altamente complicado que la relación entre el zaguero y el delantero de Boca vuelva a la normalidad. Las heridas cicatrizan, claro -y eso refleja ahora el rostro de Zambrano-, pero lo que ocurrió en Avellaneda será difícil de olvidar para ambos. Mientras tanto, el club xeneize confía en que las aguas se calmarán muy pronto para bien de los mismos jugadores y de la institución.

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