Angel Hugo Pilares

Durante casi 13 años fueron Tití y Benedetto. El lo recuerda vestido de bombero o montado en un caballo y murió de risa con sus aventuras en la Copa América 2004. Esa que cambió para siempre al hombre que comentaba al fútbol con la seriedad de un soldado al borde del campo.

— La gente en el Perú siempre recuerda a Tití y Benedetto. ¿Donde está Tití? ¿Cómo está Benedetto?
Siento una profunda satisfacción porque Perú generó una bisagra en mi vida. Normalmente nosotros hacemos las cosas demasiado serio y aquella Copa América de Perú, en Piura y Chiclayo, comenzó una historia distinta con Tití. Hasta terminamos teniendo un programa al aire en .

— ¿Qué es de Tití?
Tití está bien, sobrellevando su situación, que no es una cosa muy fácil con el dolor de la pérdida de un hijo, apoyándose en sus afectos y en sus seres queridos, tratando de trabajar, tratando de sobrevivir. No es fácil, pero es fuerte desde lo mental.

— Veo mucha gente desilusionada con tu selección.
El hincha entiende que al Mundial no puede faltar. El único antecedente se vincula a Perú en el 69. Hay una cierta obligación y cuando conviertes algo en una obligación, las cosas se complican mucho más. Los jugadores tienen una enorme jerarquía, pero cada vez que vienen acá, por la gente o lo que fuere, hay un bloqueo mental, frustración, poca lucha contra la adversidad. Por eso digo que los equipos se destacan cuando están bien de la cabeza.

— ¿Y Perú?
En Perú la cabeza viene con un envión muy positivo.

— El hincha no entiende que el futbolista es un ser humano.
No hay forma de que lo entienda. Lo que sí creo es que Argentina no tiene margen para el error. Se acabó. El gran desafío de Sampaoli es poder, en todo este tiempo, insertar una energía que no viene mostrando. La energía no tiene que ver con las ganas, sino con superar la adversidad. Si pudiera meter ese convencimiento a los futbolistas, Argentina podrá tener un buen rendimiento, como lo tuvo en los primeros 25 minutos contra Venezuela.

— Técnicos del perfil de Sampaoli son estudiosos de la táctica y puede quedar la impresión de que descuidan la cabeza del jugador.
En el caso de Sampaoli, él habla todos los días con los futbolistas. A mí no me preocupa la jerarquía o si los jugadores están bien o mal desde lo futbolístico, porque vienen en un alto nivel en Europa. Porque el problema es que no logran ratificar su momento acá. El viaje que él hace a Europa es para saber de boca de cada uno de ellos si ese convencimiento existe. Porque si le preguntas a un jugador si está convencido, te va a decir que sí, pero también están los ojos del entrenador para saber si lo que le están diciendo es verdad. Así trabaja ante la adversidad.

— ¿Qué otros trabajos hace Sampaoli?
Acá se hace un trabajo desde lo futbolístico, de lo que es el rival. Me contaban que han visto muchísimas veces todos los partidos de Perú, porque tienen todo. A nivel individual de los jugadores, está yendo a refrescarles datos individuales y los conceptos, así como meter y machacar sobre el tema anímico.

— ¿Influye la cancha?
Para mí no cambia. El partido lo juegan los jugadores. Lo que pasa es que para Argentina, sea cual fuera el escenario, tiene esa ansiedad de cumplirle a la gente. Y cuando tienes la obligación de encantar a la gente, no terminas cumpliendo ese objetivo. O por lo menos le viene ocurriendo eso. Argentina está con la extrema necesidad de gustarle a alguien. Y cuando le quieres gustar y no es que llegas como consecuencia, ocurre esto.

— ¿Y Messi?
Messi se va a destacar en el equipo porque el equipo lo va a respaldar y él va a ser la frutilla del postre. No es que él tiene que salvar al equipo. El equipo lo tiene que respaldar para que termine haciendo la mejor jugada. Ahí está la idea.

— Lo que necesitan, entonces, es trabajo.
Esto es de tiempo. Una vez que Argentina llegue al objetivo del Mundial, va a ser otra cosa cuando los tenga 30 o 40 días. La gente va solamente con el hábito de ganar, no está con la necesidad de verlos jugar bien. La gente no juega el partido: lo juegan los jugadores y la cabeza de los jugadores. Por eso creo que es un punto de inflexión para los jugadores desde la cabeza, no desde lo futbolístico, porque pierdan o ganen no va a cambiar el concepto a largo plazo que la gente tiene de ellos. Lo que sí es cierto es que de la cabeza se juegan un desafío grande: la jerarquía de ellos para superar la adversidad.

— ¿Qué le gusta del equipo de Gareca?
Me gusta la paciencia que tiene para luchar en la adversidad, porque hubo momentos que no fueron buenos, pero él lo sacó adelante con bajo perfil, no genera conflictos, los jugadores responden. Es muy simple Ricardo y creo que, además, hay jerarquía, porque no alcanza simplemente con el mensaje. El jugador de fútbol debe ser bueno para después capitalizar ese mensaje. Hay jugadores que están capacitados para hacer la campaña que están haciendo, que no es fortuita. El equipo ha jugado muy bien y levantó mucho en los últimos tiempos. Es como un envión de confianza. A partir de esa confianza apareció el funcionamiento.

— Siempre destacan a Guerrero, ¿hay alguien más que puedas destacar?
Guerrero es un jugador bárbaro y Farfán, que no lo viene utilizando, es otro. Adelante Perú tiene futbolistas de mucha más valía y jerarquía de los que tuvo Venezuela, por lo que yo creo que Argentina debe tener menos errores y más concentración, porque un error lo puede capitalizar Perú. Ese es otro desafío que tiene Argentina, es el otro partido que tiene que jugar.

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