En la mañana del 7 de octubre todos los reflectores del fútbol mundial se dirigieron a Newcastle upon Tyne, una ciudad del norte de Inglaterra. Cientos de aficionados de su club local, el Newcastle United, se acercaron a las puertas del estadio St. James’ Park para celebrar.
Mientras las cervezas volaban por los aires, el Twitter oficial del equipo anunciaba que el Public Investment Fund (PIF), fondo de inversión del gobierno de Arabia Saudita, adquirió el 80% de la propiedad del club. Otras dos empresas se reparten el 20% restante: RB Sports & Media, de una de las familias británicas más ricas, y PCP Capital Partners, de la empresaria Amanda Staveley, quien fue intermediaria en el proceso de compra.
🤝 An investment group led by the Public Investment Fund, and also comprising PCP Capital Partners and RB Sports & Media, has completed the acquisition of 100% of Newcastle United Limited and Newcastle United Football Club Limited from St. James Holdings Limited.
— Newcastle United FC (@NUFC) October 7, 2021
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Trascendió que el Newcastle fue vendido por 300 millones de libras esterlinas, unos US$409 millones.
El PIF es dirigido por Mohammed Bin Salman, príncipe del país árabe, quien posee un patrimonio superior a los US$500 mil millones. Esto representa más del doble del PBI que reportó el Perú en el 2020 (US$202 mil millones). En total, la familia real tiene un patrimonio de US$1,4 billones.
Estas cifras son las que animan a los aficionados de Newcastle, quienes hoy ven a su equipo en el penúltimo lugar de la tabla de la Premier League. Aún no cantaron una sola victoria. La debacle futbolística del club inició hace 14 años cuando el empresario Mike Ashley lo adquirió. Sus políticas de traspaso austeras, así como su facilidad por vender a los jugadores más talentosos del equipo para obtener ganancias rápidas terminaron llevando a las urracas a disputar en dos ocasiones la Segunda División.
En los últimos cinco años el equipo rondó en la intrascendencia del décimo y el décimo tercer lugar de la liga.
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Su actualidad contrasta con los principales equipos del torneo. Según la consultora británica Deloitte, cinco de los diez clubes que generaron más ingresos en la temporada 2019/2020 son ingleses. Solo el Manchester United consiguió más de €711 millones. Newcastle en 2018/2019 llegó a generar €201 millones, ubicándose en la décimo novena posición a nivel mundial. Este año salió del radar.
Los equipos con capitales de países árabes también están en la lista, como el Paris Saint-Germain (€635,9 millones) o el Manchester City (€610,6 millones). Ambos tienen como dueños a millonarios cataríes y de los Emiratos Árabes Unidos, respectivamente. Además, esta no es la primera experiencia saudí en el fútbol europeo. Turki Al-Sheikh, ministro de este país, adquirió el Almería de la Segunda División española en el 2019 y actualmente está luchando el ascenso.
Así, la esperanza se posa en el histórico y hoy nimio equipo del norte inglés.
Reviviendo la marca y la imagen
El Newcastle se fundó el 9 de diciembre de 1892. No es campeón del fútbol inglés desde la década del 20 y no lucha por un campeonato desde 1997. En ese mismo año nació Allan Saint-Maximin, su jugador más prometedor en la actualidad.
Las urracas no se acercan a los éxitos deportivos desde hace mucho, y precisamente sus nuevos dueños buscarán cambiar esa cara con nuevos fichajes. Se espera que estas adquisiciones sean mediáticas, por lo que acercarán al club con su afición. “Estás hablando de una nueva dinámica con los hinchas. Si mañana rompes el mercado con un jugador de renombre, la gente va a voltear y hay gente que va a volverse hincha. Es un tema de momento, de tendencia, de una marca que quieres consumir y sin duda hay espacio para el Newcastle”, explica Ricardo García, socio fundador y director comercial de la Asociación Peruana de Marketing Deportivo (APEMD).
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Sin embargo, el cambio de imagen de un club histórico en tiempos bajos no solo se explicaría por el negocio deportivo. Desde Inglaterra diversas voces advierten que la inversión saudí podría representar un caso de ‘sportswashing’, es decir, el uso de deportes para limpiar el nombre de Estados que suelen ser autoritarios o que no respetan los Derechos Humanos.
Amnistía Internacional criticó la venta, aduciendo que el fútbol inglés permite que el Gobierno del país árabe utilice el torneo para lavar su imagen. “Amnistía señala que esto representa un intento muy claro por parte de las autoridades saudíes para lavar su pésima gestión [contra los] Derechos Humanos, utilizando el ‘glamour’ de la Premier League”, señaló el organismo en un comunicado.
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Según un reporte de inteligencia de Estados Unidos, filtrado en febrero, el príncipe Mohammed Bin Salmán aprobó y ordenó asesinar a Jamal Khasoggi, periodista opositor del régimen. Los hechos ocurrieron dentro del consulado de su país en Estambul, en el año 2018. Los aviones con los que los asesinos escaparon habrían sido propiedad del FID. El dueño del Newcastle niega los cargos.
Previamente, Amnistía Internacional también se había manifestado en contra de la compra de Manchester City por jeques de los Emiratos Árabes Unidos.
Así, de acuerdo a estas voces críticas, la familia real buscaría ingresar a la Premier League para mejorar su imagen, a la par de expandir sus inversiones. “Se trata de lavar la imagen o cambiar el concepto de los jeques árabes. ¿Por qué elegir el fútbol? Porque te puede dar un rédito de imagen importante. Es un refresco de la imagen del país, en la medida que haya logros deportivos que lo acompañen”, comenta Raúl Rosales, director de la carrera de Administración y Negocios del Deporte de la UPC.
De conseguir estas victorias y clasificar a torneos internacionales, los nuevos dueños del Newcastle podrán aprovechar nuevas oportunidades de relacionamiento con autoridades internacionales y otros presidentes de clubes relevantes. “Hay un tema también de relaciones públicas, cuando uno organiza el partido uno puede darse el lujo de invitar al palco presidencial a autoridades. Finalmente esa es una inversión en imagen, que de alguna forma te debe dar réditos económicos”, añade Rosales.
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A pesar del trasfondo del FID, los especialistas consultados coinciden en resaltar que si la liga inglesa aprueba la transacción es porque el comprador cumplió con todos los protocolos necesarios, incluida la transparencia en el origen del dinero invertido. Por este motivo no habría inconvenientes futuros para el nuevo equipo rico del país. “Inicialmente hay un ruido mediático que es cuestionado debido al gobierno saudí, no por el FID, y hace que todo esté enrarecido. Le tocará a las autoridades encargadas definir si hay algo que no está bien”, resalta García.
De este modo, entre la polémica por el comprador y la esperanza de los aficionados, las urracas de Newcastle enfrentarán una nuevo vuelo en su centenaria historia. El camino de la inversión no termina con la compra, su siguiente reto será obtener los mejores fichajes sin romper las normas de juego limpio financiero que hay en el fútbol mundial.
¿Una compra en Perú?
No hubo jeques en las negociaciones, pero es muy recordado el caso de una millonaria compra fallida de un club peruano. A inicios del año 2004 la crisis económica en Universitario de Deportes se hacía cada vez más evidente. Luego de muchos años de especulaciones, Jorge Vergara, presidente del Grupo Omnilife que en ese entonces era el dueño del club Guadalajara de México y del Saprissa costarricense, presentó una oferta formal para adquirir el club merengue.
Según comentó a los medios, invertiría US$20 millones al año para potenciar el club y esperaba convertirlo en una sociedad anónima. Su plan deportivo era que la ‘U’ estuviera formado únicamente por jugadores peruanos, misma característica que tenía su equipo mexicano.
Su propuesta también aceptaba cualquier deuda que se le reconozca a Gremco, compañía encargada de la construcción del estadio Monumental. Hoy, Universitario le debe US$57′788.868 a esta empresa.
Por aquellos años, Alfredo González era congresista y presidente del cuadro crema. Desde el primer momento decidió oponerse a la posibilidad bajo el lema “la ‘U’ no se vende”. Tras algunas negociaciones y a pesar de que una parte de los socios buscaron convencerlo, González logró su cometido y siguió dirigiendo al club hasta 2007.
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Actualmente la crisis económica sigue aquejando al cuadro crema, siendo el único equipo declarado en insolvencia en el 2012 que hasta nuestros días no tiene un plan de reestructuración aprobado ni ha pagado un sol de su deuda concursal. En total debe más de US$64 millones y más de S/157 millones. Indecopi le reconoce más de 400 acreedores.
Por su parte, Vergara volvería al Perú en 2017, buscando comprar a Sporting Cristal. Las negociaciones tampoco prosperaron y Backus terminó vendiendo el club celeste a Innova Sports por más de US$5 millones en el 2019.
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Vergara falleció el 15 de noviembre del 2019, dejando a su hijo como el nuevo presidente del Guadalajara. En vida también incursionó en el fútbol estadounidense y chino. Pero sus mejores resultados siempre fueron con el rebaño sagrado mexicano.
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