La historia de un padre de familia puede resumir las desgracias que muchos otros padecen en silencio, mientras la pandemia del coronavirus sigue sobre nuestras cabezas. Culpa, rabia y dolor son sentimientos que se aprietan en el corazón de un papá que sabe que mañana sus hijos no tendrán un techo que los proteja. Así le sucedió a Israel Rodríguez, un hombre de 24 años de edad que, pese a las súplicas, fue echado del departamento que alquilaba en una ciudad de Texas, Estados Unidos.
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“Es mi culpa, porque se supone que yo soy el hombre de la casa”, dijo Rodríguez a CNN. La voz se le quebraba mientras miraba a sus dos hijos: Israel y Fabián de uno y 4 años, respectivamente. Ellos ignoraban el drama por el que estaban a punto de pasar, en la calle en plena pandemia de una enfermedad que no tiene piedad con los más vulnerables.
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La tierra de las oportunidades no es la misma desde la llegada del COVID-19. Las brechas sociales se han vuelto más obvias que antes y las minorías son las primeras en sacrificarse. “No tenemos ningún lugar adonde ir en este momento. Pasaron muchas cosas con el coronavirus (sic). Cuando golpeó, perdí mi trabajo”, añadió Rodríguez.
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Pero esto no era una sorpresa. Israel sabía que el día del desalojo se acercaba y no había cómo pagar la renta. Recibió muchas advertencias por la falta de pago del alquiler, tanto el administrador del departamento como el propio tribunal del condado de Harris se pronunciaron al respecto. Sin embargo, las advertencias no sembraban dinero en la tierra, él no tenía cómo materializar los miles de dólares que hacían falta.
Cuando llegó el día, ninguna de sus súplicas fue suficiente para detener el desalojo. Simplemente se hizo cumplir la ley. Bennie Gant, agente de la oficina del policía del condado de Harris, se anunció en la puerta, Rodríguez se asomó y solo atinó a decirle “No tenemos adónde ir”
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A Gant se le partió el corazón, pero los Rodríguez eran una de las ocho familias que él y su equipo tenían que desalojar ese mismo día en aquel condado de Houston, Texas.
“Desde el problema del COVID-19, tengo un número significativo de familias que lloran así, hombres y mujeres”, dijo el policía, mientras los trabajadores arrojaban las pertenencias de la familia a la calle. “¡Es difícil! Tengo seis hijos, seis hijos yo mismo”, añadió el agente y sacudía la cabeza ante el trabajo que le tocaba realizar.
Solidaridad en tiempos de coronavirus
Ni el policía, ni su jefe son insensibles ante lo que sucede. Rodríguez llevaba dos pedazos de papel en ese crítico momento: un cheque sin cobrar de US$361 y un volante con una lista de refugios para personas sin hogar en Houston. Este ’flyer’ había sido creado por los agentes que se encargan de los desalojos, quienes trabajan para el alguacil del distrito 1 del condado de Harris, Alan Rosen.
“Somos seres humanos”, señaló Rosen. “Es horrible. Es horrible tener que desalojar a alguien de una casa. Este es su refugio. Aquí es donde está su vida familiar” añadió el alguacil a CNN.
Rosen abrió una cuenta de GoFundMe para ayudar a los Rodríguez y a muchas otras familias que se encontraban un una situación muy parecida. A las pocas horas, se dibujó un nuevo camino para todos ellos, pues empezaron a recibir miles de dólares. La publicación pedía inicialmente 25.000 dólares y hoy suma más de 170 mil aportado por más de dos mil personas.
Ante tal oleada de solidaridad, este viernes Israel Rodríguez agradeció la ayuda ante los medios de comunicación locales. “Gracias a Dios que muchas familias hispanas me están ayudando, amigos de Luisiana que no he visto en 10 años”, dijo el padre de familia.
Contó que ya se encuentra trabajando y que viven junto a su familia en un hotel. Ahora el hispano con la ayuda de Alan Rosen se encuentra buscando un nuevo lugar para vivir. “Esto es lo mejor que me ha pasado y me ayudará a ser una mejor persona, gracias a mi madre que me da fuerzas y gracias a Dios por toda la gente que me ha ayudado y hasta ahorita me siguen ayudando”, señaló Rodríguez embargado de emoción.
Cabe destacar, que el mismo viernes 4 de setiembre entró en vigor una orden de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), mediante la cual se suspende todo desalojo de inquilinos afectados por la crisis sanitaria y económica desencadenada por la pandemia de coronavirus.
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